La OIJ pide más empleo para los jóvenes iberoamericanos
El nuevo secretario del organismo apuesta por políticas transversales de apoyo a la juventud en la región
Que los jóvenes son los llamados a cambiar el mundo no es algo nuevo. Jóvenes fueron los protagonistas del Mayo del 68 y jóvenes son los héroes de las recientes revoluciones en el mundo árabe. La diferencia entre unos y otros son las armas con las que cuentan: las nuevas tecnologías, con Internet a la cabeza, han quebrado las fronteras y han acercado realidades, lejanas hasta no hace mucho tiempo. El joven periodista tunecino Houcem Hamad mostraba recientemente su iPhone y su dedo índice para afirmar, feliz y henchido de orgullo: "Con esto hemos hecho la revolución".
"Los jóvenes están condenados a realizar el cambio social" declaró ayer Alejo Ramírez, argentino de 37 años y flamante secretario general de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), tras tomar posesión de su cargo el pasado lunes en Madrid, en la sede de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).
En Iberoamérica hay 150 millones de jóvenes
En Iberoamérica hay 150 millones de jóvenes y esta cifra va en aumento. Los medios de comunicación informan continuamente de los problemas de pobreza, violencia, pandilleros, narcotráfico y desempleo en la región, pero "los jóvenes se niegan a que este sea el statu quo", afirmó Ramírez. Sin embargo, los jóvenes que están protagonizando los cambios no tienen visibilidad. Poner de manifiesto el importante papel que desempeña este sector de la población y darle el respaldo y las estructuras legales necesarios es el objetivo principal de la OIJ, explicó ayer su secretario general ante un grupo de periodistas en la sede de la Segib.
Para ello, la OIJ apuesta por un trabajo coordinado con los Gobiernos de Latinoamérica, fortaleciendo las inversiones públicas en educación y empleo, para conseguir que los jóvenes obtengan un protagonismo mayor y real, en la sociedad. "Es un desafío para la inversión pública. Se necesitan más políticas de empleo para sustentar el sistema", dijo el nuevo secretario.
Ramírez apuntó que para alcanzar estos retos hay que hacer "una apuesta renovada por la transversalidad en términos de políticas públicas", de la misma manera que se está haciendo con las políticas de género en la región. Una de las herramientas fundamentales con las que cuenta la OIJ es la Convención Iberoamericana de Derechos de la Juventud, tratado internacional único en el mundo que entró en vigor en marzo de 2008 y que hasta la fecha solo ha sido ratificado por Ecuador, República Dominicana, Honduras, España, Costa Rica, Uruguay y Bolivia. Hay varios países que están a punto de ratificarlo, pero hay otros que no están dispuestos, como Paraguay, que considera, según palabras de Ramírez, que esta convención es una injerencia en su política interna. "Sabemos que en Paraguay vamos a perder, pero aún así vamos a invertir allí".
"¿Cómo perciben los jóvenes estas políticas de la OIJ?" se pregunta el secretario general. "En muchos casos existe un abismo entre los políticos y los jóvenes. Hay países donde se invierte mucho en ellos y otros en los que no", responde. La española Leire Iglesias, secretaria general adjunta de la OIJ, afirmó que siempre se trabaja igual, "sea cual sea la situación del país. Los retos son siempre los mismos, pero con puntos de partida diferentes".
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