Una señal química en los huevos de calamar dispara la lucha entre machos
La feromona de contacto identificada es de la misma familia que una proteína del semen humano
Cuando los calamares macho entran en contacto con un compuesto químico presente en el exterior de los huevos puestos por hembras, cambian inmediatamente de nadar normalmente a un estado de gran agresividad, según un estudio publicado en Current Biology. Simplemente con tocar un huevo, los machos tienden a luchar con otros machos por el acceso a las hembras, incluso aunque estas no estén presentes. Los investigadores creen que este hallazgo representa la primera prueba concreta de una feromona de contacto que induce a la agresividad en un animal acuático.
Las feromonas son sustancias químicas emitidas por animales que forman un sistema de señales. En los humanos no se ha aislado ninguna con seguridad. La molécula ahora identificada pertenece a una familia de proteínas que se encuentran también en los vertebrados (incluidos los humanos), normalmente en las glándulas reproductoras, con un alto nivel en los fluidos seminales del ratón y el hombre.
"La identificación de esta feromona como componente clave del sistema de señales es poco común porque al calamar macho le basta con tocar estas moléculas proteicas para iniciar una compleja secuencia de comportamientos que denominamos lucha agresiva", explica Roger Hanlon, del Laboratorio de Biología Marina de Woods Hole (EE UU), en cuya web se puede ver el vídeo de los experimentos .
Esto es especialmente llamativo porque se supone que la agresión es un proceso bastante complejo, que incluye una combinación de estímulos neuronales, hormonales, fisiológicos y psicológicos. "Aquí encontramos lo que parece ser un estímulo fuerte y directo de moléculas", dice Hanlon.
Los calamares son invertebrados marinos muy desarrollados. El estudio se hizo sobre un calamar común (Loligo pealii), que vive aproximadamente un año y se reproduce en la primavera. Las hembras se aparean numerosas veces y los machos compiten fieramente por la oportunidad de hacerlo. Cuando los machos ven huevos en el fondo del mar, se suelen acercar y, tras tocarlos, empiezan a pelear.
Hanlon y sus colegas han encontrado que el desencadenante de esta reacción es una feromona de una sola proteína que se produce en el tracto reproductivo de la hembra y pasa a la superficie de los huevos. Para ello comprobaron que los machos tienen la misma reacción cuando tocan una proteína purificada, aislada.
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