Un mal año para el lince en cautividad
Solo ocho cachorros salen este año adelante, frente a los 18 de la temporada de cría anterior
Con la muerte hace una semana de Geo, un macho de cinco meses, la temporada de cría en cautividad del lince ibérico de este año se cierra con un pobre balance. Sobre todo, si se compara con la del año anterior. Entre marzo y abril de este año nacieron nueve crías, cinco machos y cuatro hembras. Tras la muerte de Geo por una infección pulmonar, las crías que han salido de momento adelante son ocho. El año pasado fueron 18 los cachorros que se lograron dentro de este programa de cría en cautividad, que, desde 2005, ha registrado unos 50 nacimientos y en el que hay ahora cerca de 80 ejemplares.
Todos los nacimientos de esta temporada se han registrado en las instalaciones de La Olivilla, en Jaén. El programa cuenta también con centros de cría en El Acebuche (Doñana, Huelva), el zoobotánico de Jerez (Cádiz) y Silves (en el Algarve portugués). En todas estas instalaciones los técnicos del programa de conservación en cautividad han registrado cópulas entre 18 ejemplares adultos, pero los embarazos no salieron bien o los cachorros murieron en los primeros días de vida, algo habitual en este tipo de felinos.
Tras la baja natalidad de este año los técnicos sospechan que podría estar la enfermedad renal que está afectando a los linces del programa en cautividad. Al parecer, uno de los suplementos vitamínicos que se les suministra a los felinos es el culpable de esta dolencia , que ha provocado ya la muerte de tres linces y afecta de manera severa a otros diez.
Que el programa de cría en cautividad haya registrado un mal año no significa que esté en peligro la conservación de este felino amenazado. La estrategia de conservación que lidera Andalucía tiene otra pata más importante: la conservación in situ, es decir, en la naturaleza. Unos 220 ejemplares viven ahora en libertad repartidos entre las poblaciones de Doñana y Sierra Morena. La intención de los responsables del programa Life del lince es reforzar las poblaciones ya existentes y reintroducir ejemplares en zonas de la península Ibérica en las que este animal desapareció hace años.
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