Actividad mínima en la Estación Espacial por una avería
Al primer paseo espacial del sábado le seguirá otro el miércoles para intentar cambiar el módulo de climatización estropeado
La grave avería en la climatización de la Estación Espacial Internacional ha llevado a reducir al mínimo las actividades en su interior, dado que para la vida a bordo y para enfriar los equipos científicos y técnicos sólo se dispone de la mitad de la capacidad habitual en la parte estadounidense de la base. La sección rusa no se ha visto afectada.
Tras la avería, que sucedió el 31 de julio al romperse una bomba de amoníaco situada en el exterior de la estación, los técnicos de la NASA prepararon un paseo espacial para reemplazar el aparato por otro. Sin embargo, durante la salida de dos miembros de la tripulación el pasado sábado, los problemas que encontraron para desmontar el módulo hicieron imposible el cambio, ha informado la NASA. Por eso, se va a realizar un nuevo paseo espacial, no antes del miércoles, y seguramente será necesario uno más para terminar la tarea.
La situación en que se encuentra la estación es de normalidad, pero si se estropeara la otra mitad del sistema de climatización mientras no funciona la primera, la base tendría que ser evacuada. En ella viven ahora seis astronautas -tres rusos y tres estadounidenses, cuatro hombres y dos mujeres-
Lo que pasó el sábado es que de los cuatro conductos de amoníaco que van a la bomba estropeada, los astronautas Douglas H. Wheelock y Tracy Caldwell sólo pudieron desconectar tres. El cuarto mostró una fuga de amoníaco que hizo que desde tierra se indicara a los astronautas que lo cerraran rápidamente otra vez. "Veo pequeñas gotas de amoníaco que salen del conducto", dijo Wheelock. "Estos módulos son bastante complicados", dijo después el director del programa de la Estación Espacial en la NASA, Michael T. Suffredini. "Es amoníaco a muy alta presión el que hay que desconectar y reconectar cada cierto tiempo".
El tiempo total de salida se alargó hasta más de ocho horas, porque los astronautas tuvieron que esperar en la compuerta de entrada de la estación a que se evaporara el amoníaco -una sustancia tóxica- que les hubiera podido salpicar.
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