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"En todos los lugares hemos visto que la naturaleza se puede recuperar"

El añorado Jacques Costeau no reconocería los fondos que grabó

La vida vuelve en cuanto se deja a la naturaleza tranquila. Esta es la máxima con la que está trabajando Pierre-Yves Costeau, hijo menor del desaparecido Jacques Cousteau, que ha presentado en Barcelona la expedición que ha realizado por el Mediterráneo a bordo del Alcyone, el legendario barco del oceanógrafo francés. Hoy el añorado Cousteau no reconocería el 90% de los fondos marinos que empezó a filmar en 1946.

Acompañado por el español Enric Sala, miembro de National Geographic, Cousteau partió el pasado 4 de junio desde Marsella (Francia) para recorrer los ecosistemas marinos que exploró su padre hace décadas, comprobar su estado actual y compararlos con la riqueza que existe en cuatro de las reservas marinas que hay en el Mediterráneo, en concreto en Córcega (Scandola), Illes Medes (Cataluña), S'Espardell (Formentera) y el archipiélago de Cabrera (Mallorca).

"Estas reservas son como máquinas en el tiempo, un catálogo para ver especies amenazadas, el mero, el coral rojo, la cigala, la megafauna carismática, como si viajaras a hace 200 años por la riqueza marina que ofrecen", ha explicado hoy Sala, que se encuentra en Barcelona junto a Pierre Yves Cousteau, donde ha recalado la expedición.

"Mi padre inspiró a millones de personas a amar, estudiar, explorar y proteger el océano. En esta expedición hemos recuperado esa filosofía y su legado para llamar la atención de las zonas marinas protegidas", ha remarcado por su parte el hijo del científico.

La biodiversidad marina que el oceanógrafo francés filmó en Marsella en 1946 ya no existe a consecuencia de la acción del hombre, especialmente por la pesca, afirma Sala, que pone como ejemplo los escasos ejemplares de foca monje (medio millar) o de tiburones casi desaparecidos al 99%.

A pesar de que no hay unos datos fidedignos de lo que se ha perdido en estas últimas décadas, pero teniendo como referencia las reservas (donde la flora y fauna es entre cinco y diez veces más abundante), Sala calcula que ha desaparecido entre el 50 y el 90% de la riqueza de los fondos marinos mediterráneos. Una muestra es la inexistencia de coral rojo a menos de 80 metros de profundidad. No obstante, los integrantes del equipo de la Sociedad Cousteau y de la NGS recalcan que el mensaje de este viaje científico quiere ser positivo y que permite "ver luz al final del túnel" gracias a lo observado en las reservas.

"El cambio es de proporciones dramáticas, pero el discurso no es de mensaje depresivo, sino de que es posible recuperar lo perdido, y si el Mediterráneo, que es el mar más sobrepescado del planeta, lo ha logrado en algunos puntos, también los demás pueden hacerlo", ha señalado Sala, que subraya "que lo que vemos ahora no es natural, si antes lo normal era que hubiera meros, ahora la referencia son las medusas". A pesar de ello, lamentan la falta de compromiso y critican los esfuerzos "irrisorios" de las administraciones, tanto españolas como del resto de países europeos, y han recordado que tan sólo el 0,01 por ciento del Mediterráneo está protegido.

Los promotores de esta expedición indican que, además, las reservas resultan rentables económicamente, ya que permiten regenerar las especies y aumentar así la pesca en las zonas limítrofes a la vez que fomenta el turismo medioambiental y de buceo, como ocurre en las Illes Medes, donde "sólo 94 hectáreas" protegidas generan unos ingresos de seis millones de euros.

Pyerre Yves ha recordado que esta exploración coincide con el centenario del nacimiento de su padre, cuyos pioneros trabajos, financiados por National Geographic sirvieron para dar a conocer los fondos marinos a varias generaciones de telespectadores que vieron asombrados aquellas imágenes de fauna y flora hasta entonces desconocidos para los ojos humanos. Los hallazgos que se vayan haciendo a lo largo de la expedición irán dándose a conocer a través del National Geographic y la Sociedad Cousteau.

Cousteau y Sala en el Alycone, hoy en Barcelona
Cousteau y Sala en el Alycone, hoy en BarcelonaMARCEL·LÍ SÀENZ

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