La crisis dispara las peticiones de ayuda a la Casa de la Caridad

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo el lunes que la crisis económica "ya no es financiera, sino de los barrios y las familias". Acierta, según los responsables de la Casa de la Caridad de Valencia, que ha desvelado esta mañana su informe sobre las actividades de la asociación durante el año pasado. Las cifras duelen: 143.938 personas acudieron al comedor de la ONG el año pasado por 59.285 de 2008. Esto supone un aumento del 143%. "No vemos un horizonte claro", ha lamentado el presidente, Antonio Casanova. "No ya para 2010, que será peor que 2009, sino que ni siquiera en 2011 se vislumbra un cambio de rumbo", ha añadido.

Desgranando los datos, el colectivo más perjudicado el año pasado fue el de los inmigrantes regulares, es decir, los que tienen permiso de residencia en España, en especial los jóvenes entre 21 y 40 años. Si antes apenas acudían al comedor, el año pasado se sentaron a sus mesas 33.000. La crisis castiga especialmente a este grupo, pues sin contrato de trabajo los afectados no pueden renovar sus permisos de residencia y quedan en situación irregular.

"Estamos en cifras de la posguerra", ha asegurado Casanova. "Entre comidas, cenas, desayunos y paquetes de comida, el año pasado atendimos 340.356 peticiones". Lo peor, en palabras de los responsables de la Casa de la Caridad, es que la atención ya no se centra en los indigentes e inmigrantes irregulares, sino en familias enteras y extranjeros con los papeles en regla. Ahora, los inmigrantes con permiso suponen ya un porcentaje importante, al igual que los españoles sin recursos, que pasaron de 18.000 en 2008 a 35.000 el año pasado.

Si en enero de 2009 la Casa de la Caridad de Valencia dio de comer a 7.800 personas, el mes pasado fueron 12.180. "Es una situación de alarma social", ha expresado Casanova, "y aquí no pasa nada".