Y tú... ¿a cuántos planetas has ido?
Un repaso a las condiciones físicas de Mercurio, Venus y Marte para entender por qué no hemos ido allí
A veces los pequeños te sorprenden con preguntas como ésta después de escuchar una charlita sencilla de astronomía. Hace poco tuve la oportunidad de ir a un colegio para hablar del cielo a un grupo de niños con edades entre 5 y 7 años. Les hice una presentación con imágenes bonitas de planetas, cometas, el Sol, estrellas, galaxias... Les hablé durante media hora, y aunque creía que los chavales iban a estar cansados, fueron ellos los que me agotaron con casi dos horas de preguntas: "Y por la noche, ¿qué hay en lo negro?", "Y todas esas cosas que nos has contado, ¿cómo las sabes?" (bien mirado, estas dos cuestiones no son nada triviales de contestar),
Fue entonces cuando una niña con tirabuzones rubios me preguntó angelicalmente: "Y tú, ¿a cuántos planetas has ido?" Pues me alegra que me hagas esa pregunta. Obviamente ni yo ni nadie hemos ido físicamente a ningún planeta del Sistema Solar ni por supuesto a ninguno de los más de 370 planetas extrasolares (planetas que orbitan en torno a otras estrellas distintas del Sol) que se han descubierto. Comenzando por los segundos, si quisiéramos ir en un cohete al planeta extrasolar más próximo, deberíamos planificar una misión a la estrella Epsilon Eridani, la más cercana a nosotros con un planeta orbitando a su alrededor. Esta estrella es algo más fría que el Sol y está a 10.4 años-luz de distancia. Suponiendo que nuestro cohete viajara a 40.000 kilómetros por hora, velocidad que ha sido alcanzada por vehículos espaciales diseñados por el hombre, sólo tardaríamos 281.000 años en llegar a ella... casi mejor lo dejamos. Los viajes interestelares son hoy ciencia ficción y lo serán por un buen puñado de décadas, siendo muy optimista.
Tardaremos aún bastantes años para ver un humano recoger con sus manos las rojizas piedras de Marte
Planetas ardientes
Pero ¿y en el Sistema Solar? ¿por qué no hemos visitado ningún planeta? Comenzando por Mercurio, el más próximo al Sol, ninguna nave, incluso no tripulada, se ha posado en su superficie. Cuando ésta queda expuesta al Sol, pueden alcanzarse 430 grados de temperatura, y puesto que no hay atmósfera que retenga el calor, la temperatura en la noche mercuriana puede caer hasta 130 grados bajo cero. Construir un ingenio espacial que se pueda posar en Mercurio, que aguante temperaturas que funden el plomo y diferencias térmicas de 500 grados entre el día y la noche no es precisamente algo que esté en los planes de las agencias espaciales.
A pesar de encontrarse más lejos del Sol que Mercurio, las temperaturas en Venus son incluso más altas que las de Mercurio, alcanzándose los 470 grados centígrados debido a que posee una atmósfera de dióxido de carbono tan densa que provoca un efecto invernadero muy eficiente. Para agravar aún más las cosas, la presión en la superficie es la equivalente a la que soportaríamos si estuviéramos a unos 900 metros de profundidad en el océano. Y por si eso fuera poco, de vez en cuando llueve... ¡ácido sulfúrico!. En 1975, la nave soviética Venera 9 envió las primeras imágenes de la superficie de Venus, y fue la primera misión en la historia de la exploración espacial que aterrizó de forma suave en la superficie de un planeta.
El planeta rojo
Marte sí ha sido visitado por muchas naves no tripuladas. A las primeras misiones Mars de la Unión Soviética y a las míticas Viking 1 y 2 de NASA que amartizaron en 1976 en el planeta rojo han seguido muchas otras que han orbitado el planeta o que también se han posado y realizado exploraciones detalladas de la superficie, enviando imágenes espectaculares, como los dos pequeños robots Spirit y Opportunity. También hay que decir que ha habido muchas misiones que se han perdido o estrellado sobre Marte.
Marte es más frío que la Tierra y técnicamente es más sencillo combatir las bajas temperaturas que las altas. Las temperaturas máximas en la superficie rondan los 5 bajo cero ¿Por qué no hemos ido todavía allí en persona? Un viaje a Marte es muy complejo: cuando el planeta está más cerca de la Tierra sólo nos separan de él 55 millones de kilómetros, alrededor de un tercio de la distancia Sol-Tierra. Esta distancia se podría recorrer en 58 días viajando a 40.000 kilómetros por hora, pero obviamente los planetas no están quietos y la distancia Tierra-Marte aumenta y disminuye, de modo que se estima que el viaje en las condiciones más favorables duraría unos seis meses. Medio año flotando en el espacio haría que los astronautas llegaran a Marte no precisamente en las mejores condiciones físicas para hacer una exploración. Durante el viaje la nave estaría expuesta a la intensa lluvia de partículas del viento solar (en la Tierra estamos protegidos de esta lluvia gracias a nuestro campo magnético) que sería nociva para los tripulantes... y otro pequeño detalle es que además de ir, habría que volver, es decir, deberíamos tener en Marte un buen cohete para afrontar el retorno a casa. En mi opinión tardaremos aún bastantes años para ver un humano recoger con sus manos las rojizas piedras de Marte.
¿Y Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, los planetas más externos del Sistema Solar? Ahí ni se plantea un viaje tripulado: son gaseosos y no poseen una superficie donde podamos posarnos y caminar.
¡Espero haber contestado a la pregunta de los niños!
Benjamín Montesinos es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y miembro de la Sociedad Española de Astronomía
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.