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Entrevista:RICHARD PRING / Catedrático de Oxford

"El sistema puede rendir cuentas sin tener que hacer 'ranking"

Cuando en España apenas empieza a arrancar la cultura de la evaluación del sistema educativo, con pruebas nacionales y autonómicas, Inglaterra ya está haciendo el camino de vuelta. Muchos años después de desarrollar un sistema en el que todos los alumnos hacen pruebas nacionales a los 7, 11, 16, 17 y 18 años (hasta el año pasado, también a los 14) para "rendir de cuentas", de hacer ranking de escuelas que dejan orgullosísimos a unos y hundidos en la miseria a otros, Richard Pring, el primer catedrático de Educación de la Universidad de Oxford, hoy ya retirado, recomienda "que se separen muy bien las pruebas para evaluar los conocimientos de los alumnos de las que buscan la rendición de cuentas -éstas se pueden hacer sin tener que evaluar a todos-, y eliminar los ranking", aseguraba recientemente, en Madrid, tras su intervención en el Seminario de Primavera de la Fundación Santillana.

"Hay que dejar a las escuelas mucho más margen para decidir cuáles son sus valores y sus objetivos"

Pring se refería a algunas de las conclusiones del informe que acaba de dirigir sobre la educación en Inglaterra y Gales y que presentará en las próximas semanas. El trabajo ha hallado fortalezas (por ejemplo, la labor conjunta de equipos de educación y atención social), pero también serios problemas. "El sistema está muy centralizado, tanto en el currículo como en los test nacionales. Muchos profesores se quejan de que tienen que cubrir el temario y preparar a los alumnos sólo para esos test, aunque crean que no es la mejor manera de hacer su trabajo", asegura.

"Hay que dejar a las escuelas mucho más margen para decidir cuáles son sus valores y sus objetivos. En un centro de una zona marginal de Londres el éxito puede consistir en mantener el interés de los jóvenes por el estudio". Un objetivo por lo demás, que está entre la mayores preocupaciones en Reino Unido -un país con la mitad de abandono educativo temprano que España-, junto con el mejorar nivel de la educación de los alumnos. Pero Pring no habla de endurecer los contenidos teóricos ni de obligar a los niños a hincar los codos como si de ellos dependiera su vida. Al contrario, habla de la necesidad de recuperar ola parte más práctica de la educación, demasiado centrada hoy en la teoría -lo que también podría mejorar las escasez de alumnos en ciencias, dice- y dar flexibilidad al sistema, mezclando, como ha hecho Inglaterra en una opción que mezcla las clases de instituto como se conocen en España, con clases de FP, y que conducen exactamente al mismo título, desde el que se puede continuar hacia la FP o a la Universidad.

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