"Ahora puedo empezar a reconstruir mi vida"
El primer sospechoso en el 'caso Madeleine' recibe 750.000 euros de la prensa británica por daños a su imagen
El primer sospechoso oficial en la investigación sobre la desaparición en Portugal de Madeleine McCann, el británico Robert Murat, ha aceptado hoy 600.000 libras (unos 750.000 euros) en concepto de indemnización por los daños a su imagen causados por diez periódicos británicos, después de que sus responsables admitieran este jueves la falsedad de sus acusaciones y se disculparan ante él en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales. "Salgo exculpado y con el reconocimiento de que lo que se dijo contra mí era totalmente falso", ha señalado a la salida del tribunal. Murat, que reside a poco más de cien metros de donde desapareció la niña en mayo de 2007, en una zona turística del Algarve, ha subrayado que esos diarios "destrozaron totalmente" su vida y la de su familia y le causaron una "angustia inmensa". "Estoy encantado de que las publicaciones implicadas hayan admitido hoy la falsedad de todas sus informaciones y yo pueda ahora empezar a reconstruir mi vida", ha añadido.
El hombre, que sigue siendo considerado sospechoso, emprendió acciones judiciales junto a su amiga Michaela Walczuch y el consultor de telecomunicaciones Sergey Malinka contra los rotativos por la publicación de casi un centenar de artículos "gravemente difamatorios".
Además de la compensación económica, el pacto incluye una disculpa escrita por parte de los rotativos implicados, The Daily Mail, The Evening Standard, Metro, The Daily Express, The Daily Star, The Sunday Express, The Daily Mirror, The Sunday Mirror, The Sun y The News of the World.
Su caso se suma al de los padres de Madeleine, Gerry y Kate McCann, indemnizados con 550.000 libras (unos 694.000 euros) por los periódicos del grupo Express Newspapers.
Doce días después de la desaparición de Madeleine, de cuatro años, la policía portuguesa declaró sospechoso oficial a Murat tras levantar las sospechas de la prensa británica desplazada al Algarve, a la que sirvió de intérprete. El hombre, que ha defendido siempre su inocencia, fue interrogado varias veces y la policía investigó a varias personas de su entorno y se incautó de diversos objetos personales, desde ordenadores a ropa, para analizarlos. Sin embargo, la policía nunca llegó a detenerle ni le acusó formalmente.
Las sospechas sobre Murat se diluyeron cuando a comienzos de septiembre pasado los padres de la pequeña fueron declarados sospechosos de una hipotética muerte accidental y ocultación del cadáver de su hija, algo que ellos niegan.
El pasado 12 de julio, los investigadores portugueses cerraron el caso sin haber obtenido ninguna prueba concluyente.
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