Una mujer arroja su feto al inodoro de un hospital y tira de la cadena
La Fiscalía de Madrid abre diligencias contra ella por un supuesto aborto intencionado
La Fiscalía de Madrid ha abierto diligencias por presunto aborto intencionado contra una mujer que dio a luz prematuramente en el servicio de urgencias de la maternidad del hospital Doce de Octubre y que arrojó el feto, de unos 20 centímetros, a la taza del retrete. E inmediatamente tiró de la cisterna. Todo eso lo hizo dentro del aseo de la sala de observación en la que estaba y delante del médico que acababa de cortarle el cordón umbilical. "Y ahora demuestra tú que eso lo he hecho yo", desafió al médico, que se quedó estupefacto, y a las enfermeras que habían acudido en su ayuda.
La mujer, de 22 años y natural de la República Dominicana, acudió a fines de septiembre, de madrugada, a las urgencias del Doce de Octubre de Madrid. Se quejaba de dolores en el abdomen. Los médicos le preguntaron si estaba embaraza. Reacia al principio, terminó asintiendo. Lo sabía de sobra: llevaba casi cuatro meses embarazada y había decidido interrumpir el embarazo bruscamente. En la mañana de ese día, se había tomado cuatro pastillas antiembarazo Citotec.
Fue atendida en una de las dependencias de las urgencias. Los sanitarios le preguntaron si había tomado alguna medicación, y ella, en principio, lo negó. Le hicieron pruebas y la dejaron en una sala, en observación.
Cerca de las una de la madrugada, las enfemeras escucharon gritos de auxilio en un pequeño servicio que había en la sala. Dos de ellas acudieron allí corriendo y la encontraron en cuclillas encima del inodoro. El feto empezaba a verse salir por la vagina. Alertaron a un médico, que llegó corriendo al lugar. El cuarto de baño era muy pequeño. Apenas cabía una persona. Al llegar el médico vio que el feto ya colgaba totalmente de la vagina, pero unido aún por el cordón umbilical. Y ordenó que le trajeran de inmediato unas pinzas y tijeras para cortarlo.
El médico, dada la estrechez del servicio, necesitó ayuda de la chica para la intervención. "Sujeta tú el feto con las manos mientras yo cortó el cordón", le dijo el facultativo. Y así lo hizo. El feto cayó en manos de la joven y ésta, inmediatamente, lo arrojó al inodoro y tiró de la cadena del agua. "Y ahora demuestra que he sido yo la que lo ha hecho", señaló, desafiante y aturdida.
El feto arrojado al inodoro media unos 18 centímetros, según fuentes de la investigación. Los investigadores han preguntado a los facultativos cómo es posible que la mujer hubiese tomado cuatro pastillas antiabortivas sin prescripción médica. Máxime cuando se trata de un fármaco que precisa de receta para ser dispensado. Los médicos han indicado que es un barbaridad lo que hizo esta mujer y que ignoraban de donde pudo obtener el Citotec, si bien señalan que es relativamente fácil obtener pastillas de este tipo en "el mercado negro".
Tras el truculento hecho, los médicos avisaron a la policía, que se presentó en el hospital para indagar lo ocurrido. En el parte médico, los facultativos anotaron que se trataba de un aborto intencionado, al margen de los supuestos legales.
La policía le leyó entonces sus derechos como detenida. Justo después de arrojar el feto a la taza del retrete, la chica fue conducida al quirófano para ser intervenida. Le hicieron un legrado abdominal y quedó hospitalizada.
La policía, tras comunicarle la detención, quedó con ella al día siguiente para tomarle declaración en el hospital. Ella se negó. "Sólo declararé ante el juez", manifestó, en presencia de su abogado, Carlos Ruano.
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