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Reportaje:

Brasil lidera la carrera hacia la delgadez

La obsesión por el culto al cuerpo le ha llevado a ser el país del mundo que más productos adelganzantes fabrica y consume

Brasil es el país del mundo que más fármacos produce y consume para adelgazar, según el informe publicado ayer por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Argentina es el segundo país en el ránking mundial de consumo de psicotrópicos anorexígenos, cuya función principal es inhibir el apetito y también calmar la ansiedad. Lo más grave es que algunos de estos productos se venden sin receta y, en muchos casos, a través de Internet, lo que no permite tener un registro preciso de los casos.

Los índices de Brasil, en su obsesión por lograr el cuerpo perfecto, superan tres veces a los de los Estados Unidos. Para el ministerio brasileño de Sanidad los datos del informe “son alarmantes”. El incremento del consumo de productos adelgazantes en Brasil podría deberse, según el informe de la ONU, a la producción interna, tanto que en 2005 el 98,5% de la anfepramona, usada en el mundo para adelgazar, fue fabricada en Brasil.

El documento alerta también de la enorme cantidad de medicamentos falsos que se venden incluso en lugares como las peluquerías. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 25% al 50% de estos medicamentos para adelgazar vendidos y consumidos en Brasil son falsos. Por lo que la ONU pide a los países, en especial al brasileño, que extremen la vigilancia sanitaria para evitar este tipo de fraudes.

El ministerio de Sanidad anunció ayer que el Gobierno va a tomar rápidamente medidas para alertar, sobre todo a los jóvenes, del peligro del uso incontrolado de los adelgazantes. En los últimos meses han muerto en Brasil tres jóvenes por anorexia, entre ellas, la modelo Ana Carolina Reston, de 21 años.

Las medidas también irán dirigidas a los médicos para alertarles sobre los riesgos que conlleva el abuso inadecuado de los psicotrópicos anorexígenos para la salud, como dependencia, psicosis, problemas cardíacos, entre otros.

Según Pedro Gabriel Delgado, coordinador de Sanidad, el ministerio podría incluso “tomar medidas drásticas”. Una de ellas sería la prohibición de la producción de fórmulas para adelgazar, que se elaboran sobre todo en farmacias, una de las principales fuentes de producción de ese tipo de medicamentos.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) también presentará en las próximas semanas medidas severas contra el alto consumo de anorexígenos. Según Dirceu Raposo de Mello, director y presidente del organismo sanitario, se va a divulgar un reglamento para controlar todas las recetas de fármacos adelgazantes. Lo malo es que se desconoce cuál es el consumo ilegal real de estos medicamentos ya que las medicinas se venden no sólo en farmacias sino en cualquier parte.

Cuando el presidente Luiz Inácio Lula llegó al poder en 2002 lanzó la gran campaña contra el hambre. Meses después, una encuesta realizada por el Estado, reveló que el problema más grave de Brasil no era el hambre sino el exceso de peso entre los ciudadanos, incluso entre los más pobres. Lula cambió el nombre del programa: en vez de Hambre Zero, ahora se llama Bolsa Familia.

Pero el problema de la obsesión por adelgazar subsiste en un país donde el culto del cuerpo es casi una religión. Más que el hambre lo que preocupa es la estética por conseguir el cuerpo perfecto.

La modelo Ana Carolina Reston murió hace unos meses de anorexia.
La modelo Ana Carolina Reston murió hace unos meses de anorexia.AP

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