Katharine Jefferts Schori toma posesión como cabeza de la Iglesia Episcopal de EE UU
La elección amenaza con tensar aun más las relaciones entre las diócesis del país
La Iglesia episcopaliana, rama anglicana de Estados Unidos que sorprendió al mundo en 2003 al ordenar al primer obispo homosexual, volvió a sacudir los cimientos de la cristiandad el pasado mes de junio al elegir, por primera vez en la historia, a una mujer, la obispo de Nevada Katharine Jefferts Schori, para liderar su confesión. Hoy, Jefferts Schori, ordenada como sacerdote hace 12 años, ha tomado posesión del cargo mientras soplan vientos de escisión dentro de la Iglesia anglicana.
Según informa Yolanda Monge, Jefferts Schori resultó elegida en la Convención General Episcopal, donde compitió con otros seis candidatos, todos hombres. Obtuvo 95 de 188 votos. De 52 años, casada y con una hija, sucede al obispo Frank T. Griswold, quien se ha retirado tras haber cumplido nueve años en el cargo. La hasta ahora obispo de Nevada ha asumido el cargo de presidenta del arzobispado de la Iglesia Episcopal en una ceremonia en la Catedral Nacional de Washington, en la que se ha convertido en la primera mujer en dirigir una rama de la comunidad anglicana en todo el mundo. Al acto han asistido más de 3.000 fieles.
Hace 30 años, los episcopalianos aprobaban que las mujeres pudieran ser ordenadas sacerdotes, el paso que abrió la puerta a la elección de Jefferts Schori. Y a la polémica, engordada con otras decisiones progresistas. Con 77 millones de seguidores, los anglicanos son la tercera iglesia cristiana en importancia del mundo. En EE UU, cuentan con 2,3 millones de fieles sobre una población cercana a los 300 millones. A diferencia de la católica, no tiene una estructura jerárquica vertical.
"Los marginados son bienvenidos"
Por tanto, las decisiones del sínodo de EE UU son vinculantes sólo para su territorio. El obispo de Rochester daba por hecho en junio, en una entrevista concedida al diario británico The Daily Telegraph, que se avecina un cisma. El arzobispo de Canterbury, máxima autoridad de los anglicanos en Reino Unido y cabeza de la Comunión Anglicana en todo el mundo, dio una cauta bienvenida al nombramiento de Jefferts Schori. Pero el arzobispo Rowan Williams se ha abstenido de felicitar públicamente a la obispo presidenta.
Pero el fantasma del cisma no se circunscribe a las ramas británica y estadounidense, sino a la propia iglesia dentro de EE UU. Cuando en 2003 se celebró la convención que ordenó a Gene Robinson obispo de New Hampshire se hizo algo más que ordenar a un obispo: se colocó al frente de la Iglesia de ese Estado por primera vez en la historia a un homosexual. La decisión levantó mucha polémica. Varias congregaciones estadounidenses abandonaran la iglesia y hubo incluso primados en otros países que amenazaron con provocar una escisión. Jefferts dio todo su apoyo a Robinson y la Diócesis Episcopal de Nevada dio la bendición a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
La elección de Jefferts al frente de la Iglesia amenaza con tensar aun más las relaciones entre tres diócesis (de un total de 100) de Estados Unidos y muchas provincias anglicanas que rechazan ordenar mujeres sacerdotes, aseguraron los críticos de la nueva líder. Sólo las congregaciones de Nueva Zelanda y Canadá cuentan con mujeres obispos, a pesar de que algunas otras permiten a las mujeres acceder al puesto. "Dios da la bienvenida a todos los presentes en esta mesa. Y los marginados son especialmente bienvenidos", fue lo primero que dijo la nueva jerarca al ser elegida para el cargo.
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