Imputado el director del colegio al que acudían los niños que dieron positivo por cocaína
Los profesores avisaron al responsable del centro "hace meses" de que los menores podían estar siendo objeto de malos tratos por parte de su madre
El director del colegio de Madrid al que acudían los dos menores maltratados que dieron positivo por cocaína ha sido imputado por "omisión de socorro". Al parecer, varios profesores le habían avisado "hace meses" de que podían estar sufriendo malos tratos por parte de su madre, ya que llegaban al centro con moratones y quemaduras de cigarrillos, según informa La cedena SER. Los niños, de siete y tres años, se encuentran en un centro de protección de la Comunidad de Madrid.
El director del colegio no ha confirmado ni desmentido la acusación de varios trabajadores. De momento, se ha negado a declarar ante la policía pero tendrá que hacerlo ante el juez. Dos trabajadores del colegio, en cambio, han declarado ante la policía que "hace meses" que le avisaron de que "los menores podrían estar siendo objeto de malos tratos porque llegaban a clase marcados": moratones en diversas partes del cuerpo, quemaduras de cigarrillo en manos, cara y espalda, y heridas mal curadas que -según los testigos- incluso olían mal.
Según esta declaración, el director hizo caso omiso a estas advertencias asegurando que las "normas del colegio pasan por no decir nada de lo que está ocurriendo". Los hechos se aceleraron el pasado día 8 cuando uno de los menores, el más pequeño (de 3 años), tuvo que ser ingresado en el hospital porque tenía convulsiones provocadas por la ingesta de cocaína.
No hizo nada
La madre y el tío toxicómano de los menores ya se encuentran en la cárcel. Fue el mayor de los menores quien reveló a los testigos que su tío es drogadicto y les había ofrecido droga en alguna ocasión. Entonces, los trabajadores del centro volvieron a relatar el caso a la dirección de colegio pero el director no hizo nada.
La madre, actualmente en prisión, ha declarado ante la policía que su hermano es drogadicto y que aunque la droga no está habitualmente en casa, el menor de tres años ha podido consumirla de los restos de algún cuchillo o papelina que su hermano se ha podido dejar por descuido.
En cuanto a los golpes, asegura que sus hijos se caen mucho y que a veces se pelean con otros chavales de etnia gitana que conviven con ellos en el barrio.
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