El Gobierno expropia siete hectáreas en Palomares para limpiar la radiación de las bombas
La "reactivación urbanística" de la zona amenaza con liberar radiación
El Gobierno ha aprobado hoy la expropiación por vía urgente de 67.500 metros cuadrados —casi siete hectáreas, un terreno similar a siete campos de fútbol— de las fincas en las que cayeron de las fincas de Palomares (Almería) en las que cayeron las bombas nucleares hace 38 años. Además, el Ejecutivo ha activado un Plan de Investigación Energética y Medioambiental para "vigilar y recuperar" la zona afectada, retirando los restos de plutonio.
Este plan, elaborado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) , tiene como objeto evitar que "la reactivación urbanística de la zona" provoque situaciones de riesgo por la radiación en la zona. Hasta ahora, "a la vista de los resultados de la vigilancia radiológica, y dada la escasa actividad agrícola y urbanística de la zona", no se había considerado necesario tomar esta decisión. Sin embargo, el Ciemat y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han detectado bajo tierra más plutonio del esperado y temen que la posible construcción de casas (parte de la zona ha sido recalificada) y los cultivos puedan acabar dispersando la radiación. El Consejo Nuclear insiste en que no hay riesgo para la salud porque la contaminación no está en el aire.
El director del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Juan Antonio Rubio, explicó el pasado 27 de octubre a al alcalde de Cuevas del Almanzora (Almería), al alcalde pedáneo de Palomares y a dos agricultores dueños de las tierras donde cayeron dos bombas que la expropiación era inminente. El plan cuenta según Rubio con un presupuesto de tres millones de euros.
El Ciemat, dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, es el organismo heredero de la Junta de Energía Nuclear que vigila la radiación en la zona desde que el 17 de enero de 1966 dos aviones de EE UU chocaron sobre Palomares durante un reportaje. En el accidente cayeron los dos aviones, uno de los cuales soltó cuatro bombas nucleares. Dos quedaron intactas. A las otras dos les falló el paracaídas y liberaron carga a cada lado de Palomares. Una de las bombas cayó cerca de la parcela (13.000 metros cuadrados) que Juan Zamora, cartero de profesión hoy jubilado, tenía junto al cementerio. Es la Zona 2. Washington almacenó allí 1,6 millones de toneladas de tierra contaminada que trasladaron a EE UU.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.