Censurar al soldado Ryan
Una veintena de televisiones se niegan a emitir la película de Steven Spielberg sobre el Desembarco de Normandía por violenta y soez
La cadena de televisión ABC, una de las tres emisoras que cubren todo el territorio de EE UU, celebra el Día de los Veteranos de Guerra con la emisión de Salvar al soldado Ryan, la película de Steven Spielberg que retrata el Desembarco de Normandía. Pero una veintena de emisoras regionales que ofrecen la señal de la cadena en diversas zonas del país se han negado a proyectar el largometraje por sus imágenes violentas e incluir un buen puñado de tacos.
A Spielberg le costaba imaginarse la guerra sin sangre, sin sufrimiento y con personajes que habla con corrección exquisita. Por eso, los 20 primeros minutos de Salvar al soldado Ryan son un retrato terrible, desabrido, sangriento y cruel de la batalla en las costas de Francia. Los veteranos que la vieron en el estreno reconocían admirados su verosimilitud. "Sólo falta el olor de la muerte", dijo uno.
Por esa razón y por un vendaval de puritanismo televisivo que se remonta al seno desnudo de Janet Jackson en una entrega de premios, varias redes locales taparán la señal de la ABC con una programación alternativa mientras se emita el largometraje. Temen que la Comisión del Mercado de las Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) les imponga una multa que puede ser multimillonaria si suma las escenas violentas y los tacos de Salvar al soldado Ryan.
La ABC, que es propiedad de la poco sospechosa Walt Disney, defiende a capa y espada la decisión de proyectar la película y pide a todas sus emisoras asociadas que la respeten. Pero ni el nombre de Spielberg ni los cinco oscars (mejor director incluido) que obtuvo ni el sentido común pueden más que el miedo a la sanción.
La FCC asegura que cuando la película se emitió en 1991 ya recibió una queja por su contenido, pero que no impuso sanción alguna. Claro que entonces el pecho de Janet Jackson no había vito la luz de los focos. En los pasados premios MTV el también cantante Justin Timberlake le quitó un trozo de vestido dejando un pezón a la vista del público y de los miles de espectadores que seguían la ceremonia por la NBC. La sanción fue la más alta de la historia de la televisión de EE UU y desde entonces todas las cadenas se han cuidado mucho de los programas en directo. La propia ABC, por ejemplo, emitió la entrega de los Oscar del año pasado con un retado de cinco segundos, los justos para censurar cualquier destape o palabra malsonante que alguna estrella voraz de polémica osara divulgar.
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