La Duma rusa aprueba la ley de ratificación del Protocolo de Kioto
La entrada en vigor del acuerdo depende de la adhesión de Rusia
La Duma o Cámara baja del Parlamento ruso ha aprobado esta tarde el proyecto de ley para ratificar el Protocolo de Kioto, un voto histórico que salva el acuerdo internacional para combatir el cambio climático alcanzado en 1997. La adhesión de Rusia al tratado, largamente exigida a Moscú por la Unión Europea (UE), permitirá su entrada en vigor tras el rechazo de Estados Unidos en marzo de 2001. Sin embargo, el Kremlin se opuso a Kioto durante mucho tiempo por considerar que perjudicaría al país y limitaría su crecimiento económico.
A pesar de la férrea oposición de nacionalistas y comunistas, el respaldo unánime del grupo oficialista Rusia Unida, que domina dos tercios de los escaños en la cámara baja del Parlamento, ha dejado el camino expedito para la ratificación del protocolo. Así, los diputados rusos han respaldado tratado internacional de reducción de emisiones tóxicas por 334 votos a favor, 73 en contra y dos abstenciones. Tras superar este obstáculo, el texto aún debe ser ratificado por la cámara alta del Parlamento y por el presidente ruso, Vládimir Putin, que lo enviará a la ONU, depositaria del tratado. Entonces, la ratificación de Rusia será oficial aunque no será efectiva hasta tres meses después debido a que su plazo de registro es de 90 días.
La votación estaba prevista para esta mañana pero se ha aplazado unas horas. "La ratificación del Protocolo de Kioto será examinada por la tarde", ha explicado por la mañana a los periodistas Borís Grizlov, presidente de la Cámara baja y líder de Rusia Unida. Grizlov ha destacado que "esta decisión será en sumo grado política, pues entendemos que sin la participación de Rusia este documento internacional no empezará a funcionar". El viceprimer ministro, Alexandr Zhukov, por su parte, se ha mostrado convencido de que la aplicación del acuerdo será beneficiosa para Rusia y ha opinado que el documento podría quedar ratificado por el país antes de finales de año.
Superado el mínimo requerido
Durante años, el protocolo ha dividido a la clase política rusa entre quienes consideran que su ratificación permitirá un aluvión de inversiones directas y quienes aseguran que hipotecará su futuro crecimiento económico. El primer paso para el visto bueno de Rusia se produjo el pasado 30 de septiembre, cuando el Gobierno aprobó el texto. Ese día, el presidente Putin nombró al presidente de la Agencia de Hidrometeorología y Medioambiente, Andréi Bagritski, su representante oficial en los debates en ambas Cámaras del Parlamento para la ratificación del Protocolo.
Para su aplicación, el Protocolo de Kioto exige una doble condición: el respaldo de un mínimo de 55 países -121 ya lo han ratificado- y que entre todos produzcan al menos el 44,2% de los gases que provocan el efecto invernadero y el aumento de la temperatura en todo el planeta, sobre todo el dióxido de carbono provocado por los combustibles fósiles. Los países que ya han firmado el protocolo producen un 44,2% de estos gases.
Con la adhesión de Rusia, que emite el 17,4%, queda superado el mínimo requerido para que el tratado entre en vigor. Países como Estados Unidos y Australia se han negado a ratificar este tratado, aduciendo que perjudica su crecimiento económico a largo plazo. El Protocolo de Kioto prevé reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 5,2% respecto a los niveles de 1990 en el período de 2008 a 2012.
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