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El Tribunal Supremo de Florida permite la muerte asistida de una mujer en coma desde hace 13 años

La corte cierra un larga batalla judicial en la que había intervenido incluso el gobernador del estado, Jeb Bush

El Tribunal Supremo de Florida ha autorizado hoy que se desconecte la sonda de alimento que mantiene viva a una mujer de 40 años que lleva 13 en coma. Con esta decisión los jueces cierran una larga a la par que fascinante batalla judicial en la que se entremezclan odios familiares, presuntos intereses económicos y cuestiones religiosas y de principios éticos. Y, de paso, abren la vía para aplicar la eutanasia en virtud al derecho a morir con dignidad que la Constitución de este estado norteamericano contempla para los enfermos en fase terminal.

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Terri Schiavo sufrió una bajada de potasio en 1991 cuando seguía una dieta de adelgazamiento, a consecuencia de la cual sufrió un ataque al corazón y entró en coma. Su marido — Michael Schiavo— y sus padres —Robert y Mary Schindler— estuvieron de acuerdo en que, a pesar de que los médicos no les daban ninguna esperanza, deseaban mantenerla con vida de forma artificial a la espera de poder reanimarla algún día.

Indemnización millonaria

Pero siete años después, los jueces obligaron a los médicos que supervisaban el régimen de Terri Schiavo a pagar una indemnización millonaria al entender que la mujer entró en coma por una negligencia en sus labores. Poco después, Michael Schiavo revelaba que su mujer le pidió que la prolongaran artificialmente la vida si algún día caía en coma.

Se inició entonces una pugna judicial entre el marido y los padres de Terri Schiavo. El hombre, que vive con otra mujer con la que tiene dos hijos, llegó incluso a prohibir a los Schindler visitar a su hija, aunque un juez le impidió cumplir con esta medida. Los padres, por su parte, grabaron un vídeo a escondidas en el que la mujer sonríe y gesticula cuando la acarician, y arguyeron que, con una terapia adecuada, podría llegar a recuperarse. Pero los médicos no llegaron a una conclusión clara, y los jueces se decantaron por dar la razón al marido.

Una ley en 24 horas

Los padres de la mujer emprendieron entonces una campaña en los medios de comunicación para tratar de "salvar" la vida de su hija, que tuvo como efecto más importante la aprobación urgente —en 24 horas— en el Congreso de Florida de una ley que autorizaba al gobernador, Jeb Bush —hermano del presidente del país, George W. Bush—, a reconectar la sonda de alimento. En virtud a esta ley, el gobernador puede intervenir sólo si el paciente no ha expresado su voluntad de morir por escrito, se encuentra en estado vegetativo y un familiar se opone a que se desconecte la sonda. Una vez creada la legislación ad hoc, Bush, un católico devoto —como los Schindler—, ordenó reconectar las sondas como "última opción moral" el pasado mes de octubre, cuando Schiavo llevaba ya seis días sin alimento y agonizando.

Medida anticonstitucional

Pero en seguida surgieron las dudas sobre la constitucionalidad de esta ley, puesto que, en esencia, el poder ejecutivo estaba revertiendo, a partir de una decisión del cuerpo legislativo, una decisión judicial. Ahora la Corte Suprema de Florida ha dictaminado que, efectivamente, la orden de Bush fue inconstitucional, dando de hecho luz verde para que Terry Schiavo muera. En opinión de los siete jueces del tribunal, la ley promulgada en octubre de 2003 supone una violación de la separación de poderes en el seno del Gobierno, y vulnera además el derecho de la paciente a morir dignamente recogido en la Carta Fundamental.

En Estados Unidos no existe legislación ni proyectos de ley que contemplen vía alguna para facilitar la muerte a enfermos terminales. El único estado en el que es legal el suicidio asistido es Oregón, en virtud a unaley de 1998 que permite a enfermos adultos a los que les queden menos de seis meses de vida solicitar fármacos letales a sus médicos. 190 personas se han acogido a esta ley desde ese año —una de cada mil de las que han muerto allí en ese periodo—.

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