Un madre pierde a su bebe por no somerterse a una cesárea porque la cicatriz "arruinaría su vida"

Melissa Ann Rowland estaba embarazada de mellizos. Los médicos del hospital de Salt Lake City que la trataban le aconsejaron someterse a una cesárea para salvar la vida del segundo de sus hijos ya que habían detectado problemas en el ritmo cardíaco de los fetos. Pero Rowland se negó. La mujer de 28 años alegó que prefería morir antes de ir a uno de los hospitales que le recomendaron para hacerse la operación ya que "la cicatriz debajo del vientre" le arruinaría la vida. Su hijo ha muerto y ahora, Melissa Ann Rowland, acusada de homicido, se ha declarado inocente.

Los exámenes médicos han demostrado que el niño falleció dos días antes de que naciera su hermana. Una niña sana, pese a que su madre tomara cocaína y alcohol durante el embarazo, que ya ha sido dada en adopción a una pareja. Rowland, que tiene un largo historial de problemas psicológicos, fue detenida y encarcelada desde el parto de la niña.

"Prefirió su vanidad"

"Ella prefirió su vanidad sobre los intereses de que sus hijos nacieran saludables. No quería cicatrices, no quería ir a ciertos hospitales y, como resultado, el niño murió", ha explicado Kent Morgan, asistente del fiscal del distrito del condado de Salt Lake en Utah. La fiscalía alega que la madre del bebé fallecido actuó con "desmedida indiferencia" por negarse a seguir los consejos médicos que intentaban salvar la vida de los niños.

Melissa Ann Rowland cumple condena en la cárcel del Estado de Utah, al oeste de Estados Unidos, y ha comparecido ante la Corte de Salt Lake City, a través de una cámara de televisión instalada en la celda desde la que se ha declarado inocente y ha negado que hubiese declinado la sugerencia de los médicos a que se realizase una cesárea.