El robot 'Beagle2' se separa con éxito de la sonda 'Mars Express'
La sonda europea tiene quue realizar a partir de ahora su segunda maniobra más compleja: propulsarse hasta una órbita elíptica próxima a los polos marcianos
La sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha iniciado hoy, viernes, la fase más crítica de su misión al planeta rojo, que culminará el día de Navidad con su instalación en la órbita donde permanecerá dos años. Se trata de dos maniobras "complejas y audaces" de las cuales la primera, soltar las amarras del pequeño robot Beagle2, ha concluido ya con éxito, según ha informado a mediodía un portavoz de la ESA. Con la misión de buscar rastros de vida en el planeta más cercano a la Tierra, la Mars Express puso rumbo a su lejano destino el pasado 2 de junio y ahora, tras haber efectuado un viaje interestelar de seis meses de duración, está a punto de llegar a puerto.
Tras haber recorrido 400 millones de kilómetros a una velocidad de 10 kilómetros por segundo, el satélite europeo ha puesto en marcha las operaciones a primera hora de hoy una serie de maniobras. La primera, que ha concluido a las 8.31 GMT (una hora más en la España peninsular) pero se ha confirmado tres horas después, ha consistido en activar un mecanismo pirotécnico para desatar los amarres que sujetan al pequeño robot Beagle2, que está armado con un pequeño brazo para hurgar en el suelo del planeta y recoger muestras frescas y posibles restos fosilizados, a la sonda con el fin de dejarle caer sobre la superficie de Marte.
Cerrado sobre sí mismo como una almeja, el Beagle2 ha estado temporalmente en trayectoria de colisión con Marte pero, gracias a un mecanismo de pilotaje que se ha activado desde la Tierra y a un gran paracaídas y enormes cojines hinchables, podrá aterrizar sin daños. También la sonda ha encendido sus motores de propulsión para salir de la peligrosa trayectoria. El momento de soltar amarras está considerado como uno de los más complicados de la misión y se ha producido seis días antes de que la Mars Express llegue a su destino final. Conscientes de la complejidad de esta operación, los científicos de la ESA habían previsto otra tentativa, que no ha sido necesaria, por si falla la primera.
Nueve notas de Blur
La misión de este robot, de 65 kilos, concebido por el investigador británico Colin Pillinger, es aterrizar en la región ecuatorial de Marte, llamada Isidis Planitia, para analizar el terreno y buscar eventuales rastros de vida pasada o futura. Su nombre es un homenaje al navío en el que Charles Darwin se aventuró entre 1831 y 1836 y del que trajo su teoría de la evolución de las especies. Pillinger presumía de que "¡si un marciano tiene una flatulencia, 'Beagle2' será capaz de detectarlo!", ya que, en efecto, el robot husmeará el aire del planeta a la búsqueda, entre otras cosas, de metano, que emanaría de posibles microbios anidados en el suelo.
Para diseñar su robot, el británico contó con la colaboración del grupo Blur y el polémico artista Damien Hirst, conocido por sus animales troceados y conservados en formol. Blur compuso un acorde musical de nueve notas que será transmitido por la antena de Beagle2 como señal del aterrizaje, previsto para el día 25, si se lleva a cabo sin problemas, mientras que Hirst creó una paleta de puntos coloreados para que la cámara del robot pueda calibrar los tonos del planeta. Paralelamente, en la misma noche de 24 al 25, la sonda deberá llevar a cabo unas maniobras de gran precisión que la deben inyectar hacia una órbita elíptica próxima a los polos marcianos.
"A media jornada del 25 de diciembre sabremos si la doble operación ha sido un éxito", precisó ayer Philippe Moulinier, responsable de satélites de EADS Astrium, constructor de la sonda. Mars Express, que tiene forma de caja de aluminio con paneles en forma de nido de abeja y que pesa 1.223 kilos, no alcanzará su posición definitiva hasta el 8 de enero. Desde este lugar privilegiado, estudiará la superficie, el subsuelo y la atmósfera de Marte durante dos años terrestres (un año marciano). En una misión histórica para Europa, la Mars Express se sumará a otras que están en ruta o que ya han llegado. Si todo se desarrolla como está previsto, seis satélites más inspeccionarán el planeta: el japonés Nozomi y los estadounidenses Mars Global Surveyor, Mars Odyssey y Rover.
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