Fallos de organización en la NASA condujeron al accidente del 'Columbia'
Mañana se hace público el informe definitivo de la comisión que investiga el siniestro, algunas de cuyas conclusiones ya han sido filtradas por fuentes oficiales
Casi siete meses después de la pérdida del trasbordador espacial Columbia con sus siete ocupantes a bordo, está previsto que una comisión de investigación independiente haga público mañana un informe con datos todavía inéditos que pondrán de manifiesto los fallos de organización de la NASA que condujeron a la catástrofe.
La CAIB, siglas inglesas de la comisión de investigación del accidente del Columbia, no ha esperado a la publicación de este informe definitivo para sacar a la luz sus conclusiones respecto a las causas del siniestro y los medios necesarios para mejorar la seguridad de los trasbordadores. La CAIB se ha apresurado a anticipar las conclusiones para que la NASA pueda ganar tiempo y retomar cuanto antes los vuelos tripulados.
Los 13 investigadores que forman la CAIB están convencidos de que una losa del material aislante que recubre los trasbordadores se desprendió y golpeó el ala izquierda del Columbia, durante el despegue, el pasado 17 de enero. El golpe originó una brecha en la cubierta térmica, brecha que resultó fatal en el momento de la reentrada de la nave espacial en la atmósfera terrestre el 1 de febrero.
La CAIB, dirigida por el admirante retirado Harold Gehman, ha recomendado a la NASA que tome medidas para evitar que la piezas aislantes que recubren el módulo central de los trasbordadores se suelten, así como que sitúe cámaras en el exterior de las naves, y en tierra, para efectuar un seguimiento constante de la cubierta durante los despegues. El Pentágono deberá, además, enfocar regularmente sus satélites espías hacia los trasbordadores en órbita para detectar cualquier posible desperfecto externo.
En esta misma lógica, los investigadores han pedido a la NASA que realice una inspección sistemática de los paneles que protegen los bordes de las alas, dado que esta es la parte que corta el aire y que se ha revelado como el punto débil que permitió que aire caliente penetrara en la estructura del Columbia, lo que causó su desintegración durante la reentrada en la atmósfera terrestre.
En caso de que se detecte un desprendimiento en la cubierta antes de iniciada la maniobra de aterrizaje, los cosmonautas deberán tener la posibilidad de salir de la nave para hacer las reparaciones necesarias, algo que hasta el momento no era factible.
Fallos de organización en la NASA
Una parte todavía inédita del informe, de 250 páginas, versará sobre las reformas de organización que la NASA debe acometer para evitar errores de valoración que puedan acarrear catástrofes en misiones futuras. Para comprender mejor los procedimientos que han acarreado errores fatales en el caso del Columbia, los investigadores han aportado una relación de los correos electrónicos enviados entre ingenieros durante la malograda misión. Estos correos describían las consecuencias potencialmente catastróficas del impacto de un pedazo de aislante contra los paneles de protección del trasbordador.
Los responsables de la NASA han asegurado que jamás recibieron dichos mensajes ni detectado ninguna advertencia al respecto, pero rechazaron una oferta del Pentágono para utilizar satélites militares con el fin de fotografiar la nave y detectar posibles problemas, toda vez que al departamento de Defensa habían llegado noticias de un incidente en el despegue.
Este informe, que es el resultado del estudio de 35.000 documentos y centenares de entrevistas con expertos y responsables de la NASA, pesará sin duda ante el Congreso de EE UU cuando la Cámara aborde el debate del presupuesto destinado a la administración espacial.
Fred Gregory, administrador adjunto y número dos de la NASA, ha asegurado que la administración espacial "responderá prácticamente al pie de la letra a las recomendaciones" de la comisión de investigación. Con este objetivo, la NASA ha creado otra comisión —formada por expertos seleccionados por la misma organización— para controlar la aplicación de las medidas tomadas con vistas al reactivación del programa de vuelos.
La CAIB, no obstante, podría efectuar una última recomendación, y pedir la creación de una estructura administrativa que evalúe con independencia los progresos de la NASA. Una recomendación que estaría siendo seguida con atención por el Congreso.
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