Italia suspende la libre circulación de ciudadanos de la UE por la neumonía asiática
El Gobierno de Silvio Berlusconi ha congelado temporalmente el acuerdo de Schengen para instaurar controles sanitarios en los aeropuertos italianos
El acuerdo de Schengen, que permite la libre circulación de ciudadanos entre los países firmantes (todos los de la Unión Europea menos Irlanda y Reino Unido, y además Noruega e Islandia), ha perdido a uno de sus miembros a causa de la neumonía asiática. El Gobierno italiano ha decidido suspender este tratado de forma temporal para instaurar controles sanitarios en sus aeropuertos, con el fin de evitar que la epidemia se cuele en el país.
En esencia, el acuerdo posibilita que un viajero despegue de Madrid y entre en Roma con tan sólo mostrar su documento de identidad. Ahora bien, ese viajero puede ser un español, pero también un ciudadano de un pais fuera de la UE que ya haya pasado los controles de aduana pertinentes a su llegada a Madrid.
Los controles en los aeropuertos italianos se aplicarán "a los pasajeros de todos los aviones procedentes de las zonas consideradas de riesgo, aunque entren en Italia desde países firmantes de Schengen", según ha declarado hoy el comisionado del Gobierno para esta crisis sanitaria, Guido Bertolaso.
Este tratado contempla la posibilidad de que se restablezcan los controles fronterizos por razones de orden público. Hasta la fecha, Italia ha comunicado nueve casos sospechosos del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, según sus siglas en lengua inglesa).
Italia, la más precavida
La UE consideró hace unos días que, para evitar la "seria amenaza" que supone la neumonía asiática, los países miembros de la UE deben garantizar "el control de los viajeros internacionales procedentes o en tránsito de las zonas de riesgo". Los ministros de Sanidad, reunidos con carácter extraordinario sobre el SARS, rechazaron la propuesta italiana de que se sometiese a control a los pasajeros de todos los países con la enfermedad, pero acordaron garantizar la trazabilidad de los pasajeros procedentes de las zonas declaradas de riesgo por la OMS —como algunas partes de China, Toronto, y Singapur—.
Esto supone seguirles el rastro durante dos semanas por si alguno presenta algún síntoma y homologar tales controles en el espacio Schengen (los países de la UE menos Irlanda y Reino Unido, más Noruega e Islandia).
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