Científicos japoneses implantan el gen de una espinaca en un cerdo para mejorar la carne
Su consumo no representa riesgos para los humanos y la carne tiene un 20% menos de grasas saturadas
Un grupo de investigadores japoneses han anunciado hoy una primicia mundial en el campo de la ingeniería genética: el implante de un gen vegetal en un mamífero. Los científicos han logrado implantar con éxito el gen de una espinaca en un cerdo, con el fin de convertir parte de la grasa saturada del animal en ácido linoleico, considerado un elemento esencial para la nutrición, lo que mejora la calidad de la carne.
"Hemos confirmado por primera vez en el mundo que el gen de una planta puede encajar en un mamífero vivo y no en células de cultivo", ha explicado Akira Iritani, profesor de la Escuela de Ciencias y Tecnologías Biológicas de la universidad de Kinki, en Osaka, al oeste de Japón.
Iritani ha apuntado que la carne de los cerdos que llevan el gen de espinaca tiene un 20% menos de grasas saturadas, que son malas para la salud, que la del resto de cerdos. "Sé que los alimentos genéticamente modificados no tienen una buena acogida entre el gran público, pero espero que se hagan pruebas para que la gente tenga ganas de comer [este nuevo tipo de cerdo] por razones de salud", ha declarado el profesor.
La clave: encima FAD2
Para llevar a cabo este experimento, los investigadores han utilizado una encima de la espinaca denominada FAD2, que transforma las grasas saturadas en ácido linoléico no saturado.
Los investigadores inyectaron el gen en los óvulos ya fecundados de una hembra, para después implantarlos en una cerda normal, que dio a luz a varios cerditos genéticamente modificados. La tasa de éxito del implante fue del 1%.
Los cerditos genéticamente modificados presentan una proporción de grasas saturadas inferior en un 20% al del resto de la piara o, lo que es lo mismo, un 20% más de ácido linoleico.
"Por lo demás son normales en cuanto a su capacidad de reproducción y mantienen la modificación genética hasta al menos la tercera generación", ha apuntado Iritani.
La unión entre un cerdo normal y un animal genéticamente modificado tiene un 50% de probabilidad de dar lugar a un cerdito que lleve un gen modificado, mientras que la unión entre cerdos genéticamente modificados garantiza descendientes portadores del gen hasta la tercera generación, ha explicado el científico.
Este avance, que llega tras los experimentos con genes humanos en los cerdos con el objeto de crear corazones para transplantes, permitirá la producción de carne porcina modificada genéticamente para los supermercados, tras verificar que su consumo no representa riesgos para los humanos.
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