La Casa Blanca insta al Congreso a prohibir la clonación humana
El Vaticano condena el experimento, mientras que la Sociedad Internacional de Bioética lo aplaude
La Casa Blanca ha urgido al Congreso de Estados Unidos a prohibir la clonación humana en respuesta al anuncio hecho ayer por la empresa de investigación de este país, Advanced Cell Technology (ACT), que afirma haber clonado el primer embrión humano empleando una técnica a la empleada para crear a la oveja Dolly.
"La prohibición es la postura del presidente... una sabia acción que se debe tomar", ha señalado a la prensa el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
"El presidente espera que, como resultado de este primer paso en las consecuencias morales de crear una vida en nombre de la ciencia, el Senado actúe para prohibir este procedimiento", ha añadido Fleischer. Además, el propio Bush ha señalado que la clonación humana "no es correcta", que tiene una opinión "muy clara" al respecto y que no la piensa cambiar.
Entre las primeras reacciones a la noticia, tanto la Casa Blanca y como el Vaticano han criticado con dureza el experimento, mientras que la comunidad científica se ha mostrado dividida.
En Washington y antes de las declaraciones de Fleischer, la portavoz presidencial Jennifer Millerwise, ha afirmado que el presidente estadounidense, George W. Bush, se opone "al cien por cien" a la clonación humana y ha recordado que Bush prestó todo su apoyo a un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes para prohibir cualquier experimento en este sentido.
Desde Roma, el Vaticano ha expresado también su preocupación por el anuncio y ha recordado su condena de cara a ese tipo de experimentos. La primera reacción del Vaticano llegó a través de monseñor Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la doctrina de la fe, la institución que dirige el cardenal Joseph Ratzinger.
"Todavía no sabemos exactamente de qué tipo de proceso se trata y si puede ser definido como una verdadera clonación humana", ha declarado monseñor Bertone. "Aún son necesarias una serie de verificaciones científicas", ha añadido.
El responsable de la subcomisión Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española, Inocente García, ha asegurado que la clonación humana, aunque sea con fines terapéuticos, supone "utilizar a un ser humano al servicio de otros", por lo que se trata de una práctica que "éticamente no es aceptable".
Por su parte, la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, ha manifestado que "hay que continuar investigando para aprovechar al máximo las técnicas que permitan minimizar o solucionar enfermedades muy presentes".
Asimismo, ha asegurado que en España "hay empresas e investigadores con niveles muy altos en biología molecuar", pero "otra cosa es que estas empresas se dediquen a la búsqueda de la clonación, que no es el caso".
La ministra ha recordado que España suscribió el Acuerdo de Oviedo contra la clonación humana, que incluso "ha sido revisado desde el punto de vista de la Comisión Europea, por lo que la posición española es muy clara".
Por su parte, la Comisión Europea ha reafirmado que no financiará la investigación sobre clonación humana con fines de reproducción por razones éticas, ni cualquier actividad que sirva para crear embriones humanos para la investigación.
El comisario europeo de Investigación, Philippe Busquin, ha dejado clara la posición del Ejecutivo de Bruselas sobre este tipo de investigación. "No todo lo que es científicamente posible y tecnológicamente factible es necesariamente deseable o admisible", ha señalado en un comunicado. Sin embargo, ha manifestado que el experimento "demuestra la importancia de potenciar un debate en la UE".
"Hito científico"
Frente a estas opiniones, el presidente del comité científico de la Sociedad Internacional de Bioética, Marcelo Palacios, ha aplaudido el experimento. En declaraciones a RNE, Palacios ha subrayado que supone un "hito en la investigación científica".
Así, ha explicado que la utilización de la transferencia nuclear para obtener las primeras fases del desarrollo humano (un preembrión en la fase de blastofisto), permite crear células troncales potencialmente utilizables para desarrolar tejidos (nervios, músculos, órganos) y trasplantarlos.
En la misma línea, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha calificado de "hecho positivo" el experimento siempre que los poderes públicos aseguren que se utilización sea "exclusivamente con fines terapéuticos".
Por su parte, el director del Departamento de Genética de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Ramón Lacadena, es contrario a la clonación de embriones humanos. A su juicio, "no se debería entrar en el mundo de la clonación por transferencia de núcleos dentro de la especie humana, porque abre una puerta que será muy difícil volver a cerrar".
En su opinión el problema ético que se plantea reside en que "el fin justifica los medios". En este sentido, ha destacado que "el fin es fantástico", pero habrá que plantearse si este fin puede llevarse a cabo "a costa de crear embriones". Según ha explicado, algunos científicos diferencian estos embriones de los creados por a fecundación natural denominándolos "somáticos".
En similares términos se ha expresado el secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC, Gonzalo Herranz, quien ha declarado hoy que las mismas objeciones de índole moral que cabe hacer a la clonación con fin reproductivo valen también a la que tenga exclusivamente un objetivo terapéutico.
"Se crean seres humanos para limitarlos a la condición de simples complejos celulares, al servicio no de otros, sino de la persona que dona el nucleo". ha señalado Herranz. En su opinión, esta técnica, muy costosa, solo será accesible para personas privilegiadas económicamente.
Además, las asociaciones españolas de bioética han condenado la "doble moral" de instituciones públicas y privadas frente a la clonación humana con fines médicos y
han apostado por una prohibición universal, ya que "no puede estar prohibida en el sector público y permitida en el privado".
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