La ONU aprueba el primer plan mundial de lucha contra el sida

El documento aprobado, que consta de quince páginas, reconoce que el virus VIH y el sida "constituyen una emergencia global y uno de los desafíos más formidables a la vida humana y la dignidad". El último borrador de la declaración ha sido negociado durante tres días de controvertidas reuniones y distribuido hoy por la oficina de prensa de la ONU.

Los jefes de Estado, de Gobierno y ministros que han participado en la reunión destacan con preocupación "que cualquier persona, rica o pobre, sin distinción de raza, edad o género, puede ser infectada por el VIH" y muestran su convencimiento de que "sólo una respuesta inmediata, coordinada y duradera" atajará la enfermedad.

La declaración recomienda a los gobiernos que establezcan en el año 2003 estrategias que se refieran a la epidemia "en términos directos", y que "hagan frente al estigma, el silencio y el rechazo de la realidad" de esta pandemia, que afecta a 36 millones de personas. También afirma que "la prevención es el puntal de la acción contra el sida".

Para el 2003, se pretenden establecer metas nacionales con plazos concretos. El objetivo es que en el 2005 se haya reducido en un 25% la incidencia del virus entre los jóvenes de ambos sexos (de 15 a 24 años) en los países más afectados, y en todo el mundo en un 25% para el 2010. También aconseja que para el 2005 haya en todos los países, en particular en los más afectados, una amplia variedad de programas de prevención.

Esos planes deben abarcar actividades de educación para reducir el comportamiento de "alto riesgo y alentar el comportamiento sexual responsable, incluidas la abstinencia y la fidelidad; dar mayor acceso a artículos básicos como preservativos para el hombre y la mujer y equipo esterilizado para inyecciones".

Se pretende también reducir "el número de lactantes infectados con el VIH en un 20% para el 2005 y en un 50% para el 2010, ofreciendo al 80% de las mujeres embarazadas que recurren a servicios de atención prenatal información, apoyo psicológico y otros servicios de prevención del VIH.

En cuanto al tratamiento, la declaración establece que en el 2003 se establezcan estrategias nacionales para afianzar los sistemas de salud y hacer frente a los factores que afectan al suministro de medicamentos para el VIH, como los medicamentos para la terapia antirretroviral. La declaración señala que debe propiciarse el acceso a los medicamentos a precios asequibles.

Otra de las cuestiones es la reducción de la incidencia en los grupos vulnerables, que evita cualquier mención concreta a los homosexuales. El plan habla únicamente de "actividades que exponen al alto riesgo de infección con el VIH, como el comportamiento sexual de alto riesgo sin protección y el uso de drogas inyectables".

La declaración también establece el objetivo de que se gasten anualmente entre 7.000 y 10.000 millones de dólares en los países de ingresos bajos y medianos. Sin embargo, no fija aportaciones concretas por país, dado que las distintas delegaciones nacionales han mostrado reticencias hasta conocer más detalles del modo en que se gestionará el Fondo.