Aviones rusos bombardean el hielo de un río siberiano para que no anegue una ciudad
Las aguas del Lena se han desbordado a su paso por Lensk, que ya está inundada más de 18 metros
Lensk, de donde más de 2.000 personas fueron evacuadas ayer, se encuentra privada de electricidad, agua potable y teléfono debido a las inundaciones que afectan a la práctica totalidad de la ciudad, de unos 25.000 habitantes. La población tiene que usar barcas para desplazarse.
Los bombarderos rusos han arrojado bombas FAB-250 de 250 kilos contra la barrera de bloques de hielo formados por icebergs fluviales, mezclados con árboles desgajados y fango. Estos diques naturales, que tienen entre 40 y 75 kilómetros han elevado varios metros el cauce del río, muy crecido por las últimas lluvias.
Las autoridades han advertido de que el nivel del agua ha continuado subiendo durante la noche en Lensk y ya alcanza los 18,24 metros. La cota de alerta se sitúa en los 13,5 metros.
Ingenieros militares comenzaron ya ayer a destruir el gigantesco dique de bloques de hielo que taponaba uno de los tributarios del Lena. La acumulación de bloques había formado un inmenso glaciar de casi 100 kilómetros sobre el río cerca de la isla de Batamai, y sólo el uso de potentes cargas de dinamita pudo abrir un desagüe para las aguas retenidas.
Trabajo contrarreloj
Las fuerzas del ministerio de Emergencia construyen diques a marchas forzadas para intentar desviar la riada que se está formada al ser liberadas las aguas. Decenas de camiones volquetes transportan tierra para formar los diques que deberán desviar o frenar el agua y evitar que arrase la ciudad.
El Lena desemboca en el océano glaciar Ártico y es uno de los ríos más grandes del planeta, con importantes crecidas en primavera, cuando bajan por su curso enormes témpanos de hielo que en ocasiones semejan pequeños icebergs.
Sin embargo, los científicos y habitantes de la cuenca del Lena señalaron que la riada de este año supera a las de los últimos cien años.
Cerca de 20.000 personas fueron evacuadas de las regiones inundadas, aunque son muchas más las que permanecieron atrapadas en sus hogares, mientras que los equipos de rescate trataban de llevar agua potable y comida a las aldeas aisladas.
Las inundaciones también afectaron a la región de Krasnoyarsk, al oeste, donde el río desbordado fue el Yenisei, otro de los gigantes siberianos, sobre la ciudad de Kansk, donde se están desmantelando carreteras para utilizar el asfalto y la arena en los diques.
El nivel del agua del Kacha, tributario del Yenisei, creció 3,4 metros sobre el cauce normal del río, una subida que, al igual que en el caso del Lena, tampoco se había registrado en los anales meteorológicos de los últimos cien años.
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