Las autoridades rusas advierten de una nueva crecida del Lena para mañana

De momento la situación está en calma y el agua se ha estabilizado en la ciudad siberiana a 9,18 metros, 1,30 metros por encima del denominado nivel crítico. Sin embargo, un nuevo tapón de hielo se ha formado río arriba a unos 80 kilómetros de la ciudad. Además, los aviones militares no han podido salir de sus bases para bombardear los bancos de hielo, como en días anteriores, por culpa del mal tiempo.

Por encima del nivel crítico, los habitantes de Yakusk han construido diques para contener el agua hasta los 9,50 metros.

Sin embargo, de producirse otra crecida es probable que tenga que ser evacuada en su totalidad y se produzca una situación similar a la de Lensk, una ciudad fantasma tras quedar totalmente anegada por las aguas la semana pasada. Según han comunicado hoy las autoridades, cinco personas murieron en Lensk y otras dos permanecen desaparecidas tras la inundación.

Pese a la gravedad de la situación, los equipos de rescate y el Ejército se están encontrando con la posición de muchos de los habitantes para abandonar sus hogares, porque temen que su marcha sea seguida por el saqueo de sus escasas propiedades.

El Gobierno de Yakutia ha amenazado con encarcelar a quienes hacen negocio con sus barcas para evacuar a los miles de personas atrapadas, a manera de "taxis" fluviales que despojan a los damnificados de sus últimos bienes a cambio de ponerlos a salvo.

Vasili Vlásov, portavoz del Gobierno de Yakutia, ha pedido ayuda urgente a toda Rusia para hacer frente a esta catástrofe natural que ha superado todos los pronósticos y que ha arrasado esa república con la fuerza "de un terremoto", como ayer reconocía el propio Kremlin.

Lensk, un puerto fluvial de donde salen los diamantes que constituyen la principal riqueza de la república, fue el ejemplo más terrible de los efectos de las crecidas del Lena, con sus 27.000 habitantes evacuados y ahora convertida en una ciudad fantasma.

Al tiempo que en Yakutsk se luchaba contra el avance de la riada, en Moscú el Kremlin ha querido quitar dramatismo a la situación y ha anunciado que el agua ha bajado del nivel crítico, pese a las informaciones contrarias que llegaban de Siberia.

"La situación en Yakutsk es difícil, pero no catastrófica", ha dicho el viceministro de Situaciones de Emergencia, Yuri Vorobiov.

Ese optimismo contrasta con la tensión en Yakutia, donde se han incrementado las críticas a Moscú por no haber previsto una situación que se produce todos los años -aunque no con la gravedad de esta primavera- y que en 1998 dejó a miles de personas sin hogar.

Mientras se buscan responsables de la catástrofe, cerca de 50.000 personas evacuadas en los últimos días llenan las escuelas, hospitales y edificios públicos de Yakutia, sin apenas suministros y haciendo frente a las bajas temperaturas de la noche siberiana.