¿Y si fuera verdad que Zara ha fichado a John Galliano?

Ríete tú de Versace o Marni para H&M; de Karl Lagerfeld para Macy's o Net-a-porter; de Missoni para Target, o de cualquiera de las colaboraciones que se han forjado en el último año cuando ninguna de ellas tiene ánimo de rescate. Ríete tú de Angela Merkel y el euro cuando Pablo Isla podría haberse convertido en el redentor de John Galliano. Esto -que el gibraltareño vaya a hacer una colección cápsula para Zara- que suena a inocentada salida de algún portal español que ha saltado a los mentideros online internacionales con forma de rumor y ha vuelto a nuestros rotativos en formato noticia, podría ser, aunque quede en agua de borrajas, el acaecimiento más excitante de un 2012 que acaba de empezar: por mucho que acabe desmintiéndose, no nacerá nueva que nos cause tanto tremor como el simple espejismo de su cumplimiento. 

¿Acaso nos recorrió el cuerpo un cosquilleo similar cuando supimos de la posibilidad de Raf Simons en Dior? ¿Tiritaríamos lo mismo si el gato al agua se lo llevara otra cadena en lugar de Inditex? No. Porque los elementos que provocan nuestra agitación no son ni la maison francesa ni el fenómeno lowcost. Lo que realmente nos pone es imaginar una unión de fuerzas entre la empresa que más alegrías nos ha dado en 2011 y el diseñador que mayor disgusto nos propinó.