La ‘zarificación’ acecha al mercado de Fuencarral

“La zona ha perdido su identidad. Ya no hay tiendas alternativas y el público que viene ha cambiado. La presencia de grandes cadenas capta a turistas o a clientes más ‘masivos’ y menos específicos”, nos cuenta al otro lado del teléfono Rafael, encargado de Langa Ópticos, uno de los pocos pequeños comercios que sobrevive en la calle Fuencarral tras casi cuarenta años. Él ha vivido cómo desaparecían muchos de los negocios independientes que hace años poblaban el lugar tras la llegada de las cadenas de moda pronta, las zapaterías americanas y las tiendas nórdicas de decoración a precio de saldo. Y, por supuesto, el fin del famoso Mercado de Fuencarral, último reducto de la modernidad que un día había caracterizado al madrileño barrio de Malasaña. Tras la nostalgia que muchos sintieron cuando cerró sus puertas en 2015, pronto llegaron los rumores que especulaban sobre el porvenir del que fuera considerado por Le Monde como “el mejor ejemplo del cambio cultural en España”. Al principio se hablaba de que H&M o Uniqlo estaban interesados en ocuparlo, después otros nombres de grandes cadenas se fueron sumando a la ‘guerra’ por hacerse con este punto estratégico de la Calle Fuencarral. De lo que nunca ha habido duda es de que las tiendas de segunda mano y tatuajes darían paso a una firma low cost, de esas que tanto abundan por los alrededores y que han aniquilado prácticamente el pequeño comercio dando paso a la ‘zarificación’, un cambio drástico en el eje comercial de la zona que sustituye las tiendas especiales y modernas por la uniformidad de la producción en cadena.

“A nosotros no nos ha hecho tanto daño porque no vendemos ropa. Pero es verdad que aún así, en estas tiendas se pueden encontrar gafas de sol muy baratas que no tienen calidad. La culpa no la tienen los grandes inversores sino quien se lo permite. Si en la calle Fuencarral ya no hay pequeñas y medianas empresas es porque no pueden pagar los alquileres”, explica el óptico. Cuando le preguntamos por los rumores que circulan acerca de quién ocupará el antiguo mercado, situado a pocos pasos de su negocio, lo tiene claro: “Ahora mismo ver así el Mercado de Fuencarral da pena. Que abran cualquier cosa mientras que traiga beneficios. Sin duda será uno de esos grandes almacenes low cost pero al menos dejará de estar cerrado”. Alberto Peña, presidente de la asociación Vive Malasaña, secunda sus palabras: «No sabemos con exactitud la marca, pero parece claro que será una gran cadena. Los comerciantes de la zona están temerosos de cómo pueda influir en sus ventas, aunque al final es más de lo mismo: lo que viene ocurriendo con las franquicias instaladas en el barrio y el cambio de público que conllevan».

Las últimas informaciones, según publica El Economista, apuntan a la española Inditex y la británica Topshop como posibles futuros ocupas de lo que fuera una especie de Candem Town a la madrileña. El fondo Activum SG (no confundir con Activum a secas, grupo empresarial del sector inmobiliario nacional), que en su día compró este histórico edificio por un coste estimado en 22 millones de euros, estaría ahora en negociaciones con ambas empresas, tal y como recoge el diario económico. Fuentes de Activium SG confirmaron ayer que las negociaciones no se reactivarían «hasta septiembre” por el periodo vacacional de los afectados.

Quien pierda la puja por hacerse con el histórico enclave de 2.000 metros cuadrados útiles quizá luche por instalarse en otro lugar próximo y, si cabe, más suculento en términos comerciales. Según cuenta a S Moda un portavoz del periódico online del barrio, Somos Malasaña, “el lugar más goloso de la zona sería Fuencarral 77. Tras años abandonado, este espacio va a ser rehabilitado y, por su situación, cerca de la calles Corredera y Espíritu Santo puede ser un punto interesante”.

Mientras florecen nuevos rumores acerca de los posibles ocupantes de este edificio, los esfuerzos siguen centrados en saber si será Inditex o Topshop quien se haga con el Mercado de Fuencarral. Los dos candidatos tienen motivos suficientes para querer instalarse en lo que sería una macrotienda. Topshop, por su parte, lleva tiempo buscando un enclave para vender sus exitosos productos físicamente, ya que por el momento solo cuenta con un pequeño espacio en la madrileña puerta de El Sol y otro en Barcelona. Para Inditex, ocupar el antiguo mercado supondría un mayor control de la zona, ya que tiene varias tiendas del grupo en Gran Vía y otras tantas en las proximidades de la Glorieta de Bilbao, pero algo alejadas de la ubicación en esta vía de algunos de sus competidores como Mango.

Aunque las últimas noticias se centran en estos dos gigantes, la sombra de las especulaciones aún planea –aunque con menos fuerza– sobre Mango, H&M y Uniqlo, firma que ha estado en negociaciones por hacerse con el icónico mercado. La marca japonesa, que ha tenido ciertos problemas para estrenarse físicamente en España, abrirá finalmente su primera tienda el próximo año en el número 18 de Paseo de Gracia. A pesar de que en 2009 comenzaron sus planes para instalarse en nuestro país, la crisis y los problemas para encontrar local han frenado su estrategia. A principios de 2014, Uniqlo estuvo a punto de firmar su entrada en España con un local en Plaza Cataluña de Barcelona, pero finalmente Desigual montó allí una macrotienda. Veremos cuánto tarda en asentarse en Madrid, sea en la calle Fuencarral o en cualquiera de esos bulevares cada vez más ‘zarificados’ y miméticos.