Su utopía es nuestra pesadilla: así piensa el partido antifeminista inglés

En la sugestiva novela El cuento de la criada, la gran Margaret Atwood nos sumergía allá por 1985 (mucho antes de la actual proliferación de distopías de todo color y pelaje) en un mundo gobernado por una dictadura teocrático-militar donde todos los derechos sociales han sido suspendidos, y el Estado ha obligado a los ciudadanos a cumplir con las bases morales y éticas del Antiguo Testamento. En este universo de pesadilla, el más alto rango social al que pueden aspirar las mujeres es ser esposas y llevar una toga azul, como la de la Virgen María. Al final de una rígida jerarquía, se encuentran las criadas, mujeres fértiles cuyo único rol consiste en parir hijos para las esposas estériles. Por supuesto que, en esta ficción inventada por la autora canadiense, las mujeres tienen prohibido leer. Si entráis a la página de J4M&B, podréis conocer el manifiesto de esta nueva coalición política de ultraderecha, que parere una realización material de la sutil alegoría realizada por la profética imaginación de la reconocida autora canadiense.

Este nuevo partido, que se postulará con tres candidatos en la región de Nottingham en las próximas elecciones, propone anular el Equality Act 2010 (una ley antidiscriminación por motivos de género, raza y/o religión vigente en la actual constitución británica), impedir el acceso de las mujeres a cargos directivos, prohibir el aborto y la fertilización asistida para lesbianas y madres solteras, y promover la formación escolar diferenciada para niños y niñas entre otras iniciativas que intentarán retrotraer dos siglos de luchas sociales y, cabe aclarar, no solo feministas. Sin embargo, no todo son fantasías en plan ciencia ficción distópica para Mike Buchanan, un ex empresario conservador, autor de libros como Feminism: The Ugly Truth, y líder de J4M&B. También hay lugar para la ironía, como la creación del premio a “la feminista mentirosa del mes” asignado a diferentes personalidades (como Roz Hardie, la CEO de la organización Object que lucha contra la objetivación sexual de las mujeres en los medios y la cultura popular, o la parlamentaria laborista Gloria De Piero por sus observaciones sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres). Pero esto no es todo. También tiene un reconocimiento especial a “la harpía feminista con más trayectoria” concedido a Germaine Greer, la autora de La mujer eunuco, que junto con El segundo sexo de Simone de Beauvoir, puede considerarse unos de los textos más influyentes del feminismo de la segunda mitad del siglo XX.

Quizás más preocupante que estos intentos fallidos de humor (la verdad es que a ninguna periodista o política le mueve un pelo que le saquen una foto con una nariz de payaso, como afirmó en esta entrevista Roz Hardie) es su actitud relativista con cuestiones como la violencia doméstica, el abuso sexual o la mutilación genital lo que provoca escalofríos. ¿Podrá realmente esta gente conseguir bancas en el parlamento inglés? ¿Se extenderá su ideología por el resto de Europa? ¿Se pondrá de moda este “Boys to The Front”, la perversión de aquel legendario llamamiento de los conciertos de Bikini Kill, entre la derecha reaccionaria y conservadora europea?