Soraya Post, la gitana feminista con escaño en la Eurocámara
Hablamos con la eurodiputada del primer partido feminista con representación en el Parlamento Europeo, que promete combatir el populismo, la xenofobia y el sexismo.
La activista sueca Soraya Post, cabeza de lista del primer partido feminista con representación en el Parlamento Europeo, es desde el pasado domingo el nuevo azote de quienes demonizan la inmigración y exaltan las identidades nacionales. Con solo un escaño, su formación, Iniciativa Feminista (Feministiskt Initiativ), promete combatir el populismo, la xenofobia y la desigualdad en el continente. La historia personal de esta representante política es el ejemplo de la Europa de las minorías, esas a las que los nobles principios fundacionales de la Unión han ignorado y que los populismos de nuevo cuño pretenden condenar al ostracismo. En declaraciones a S Moda, la flamante eurodiputada asegura que se equivocan quienes creen que su partido y sus ideales son flor de un día.
"El feminismo no es solo un asunto de mujeres, busca atacar todas las vertientes de las violaciones de los derechos humanos. No tiene sentido dividir ni etiquetar esta batalla por géneros, etnias, discapacidad u orientación sexual", defiende. Su triple condición de madre, gitana y feminista, refuerza su legitimidad para contrarrestar la desmemoria de algunos europeos, que parecen empeñados en olvidar las macabras aportaciones totalitarias de su continente al siglo XX. Ante el ardid populista que supone el auge del Frente Nacional en Francia o UKIP en el Reino Unido, esta histórica feminista y activista de los derechos de los gitanos se presenta como el provocador espejo de quienes la acusan, a ella y a los integrantes de otros colectivos, de ser la causa de todos los males de Europa.
En su país, donde la mayoría de los partidos defienden sobre el papel políticas feministas, su formación busca situar esa lucha por la igualdad en la primera línea del debate político. Ahora también lo harán en Europa: quieren promover el aborto libre y gratuito, la igualdad de salarios y la creación de organismos nacionales y supranacionales que desarrollen la lucha contra el bullying y la discriminación en general. "La gente se está movilizando porque ya conoce el peligro de los partidos racistas", explica. Y advierte: "El feminismo es el enemigo histórico de los fascismos".
Soraya Post celebra su escaño el pasado domingo.
Cordon Press
Ante la pasividad de las políticas institucionales en pos de la igualdad, en 2005 la empresaria y exparlamentaria progresista del Riksdag (asamblea legislativa de Suecia) Gudrun Schyman fundó el partido Iniciativa Feminista. Tras casi una década de vistosas acciones populares −en 2010 Schyman quemó 100.000 coronas suecas en protesta por el desfase de salarios entre hombres y mujeres− y escuetos resultados en las urnas, finalmente ha sido el Parlamento Europeo el que les ha dado la oportunidad de llevar a cabo su lucha. Con un 5,3% del total de votos, Soraya Post representará a las feministas suecas en Europa: "Vamos a cambiar el orden patriarcal en la Eurocámara, algo que espero tenga un efecto sinérgico en todos los países y llene de esperanza a quienes crean en la igualdad entre sexos".
Las propuestas de los partidos feministas europeos, muchos de ellos de reciente creación, sacudieron los prolegómenos de la cita electoral del pasado domingo en países como Francia, Alemania o Suecia. Este último, referencia del Estado de bienestar y la igualdad, lleva tiempo intentando atajar sin demasiado éxito los problemas que afectan a las mujeres −altas tasas de violencia doméstica, acoso o salarios más bajos−. Y eso es lo que desean enmendar las integrantes de esta formación, ahora también en Europa: "Vamos a poner de relieve una dimensión feminista en la Eurocámara. Mi primer objetivo consistirá en vigilar que los presupuestos generales respeten la máxima de la igualdad, y analizaré, como mujer gitana que soy, la situación de mi etnia a nivel continental", explica la diputada. Frente a los críticos que censuran la radicalidad de los planteamientos de Post y su partido, lo cierto es que, a diferencia de otros grupos políticos, en las palabras de esta mujer no encontramos ningún disparate. Seguro que a partir de ahora se aburrirá de escucharlos en bancadas contiguas.
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