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Señores, afilen las navajas

Las barberías se imponen en España como los nuevos clubs masculinos. En ellas se deciden las tendencias a seguir, y hoy su apuesta más firme es el mostacho extremo.

Barbas

Nosotros utilizamos el vello facial como las mujeres el maquillaje, para transformarnos», asegura Fernando Díaz, propietario de la Barbería 13 de Valencia. Es en estos salones –espacios en los que el suelo se cubre de pelo, y no solamente de la cabeza– donde las que fueran barbas hipsters se acortan como las faldas para llegar a la altura midi o se convierten en exitosos bigotes. «Se impone la estética a lo Salvador Dalí, con el mostacho cada vez más largo.

Quien lo lleva consigue dar mucha más personalidad a su aspecto», dice Fernando Díaz. «También queda bien acompañado por un vello de tres o cuatro días sin rasurar», continúa el barbero. Este look le gusta al 41% de las mujeres, según el estudio que ha realizado el portal cosmético Glossybox sobre una muestra de más de 10.000 entrevistadas.

New York Barber Shop. Rotterdam. El espacio de Iván Rodríguez ganó el premio de la mejor barbería 2013 (Newyorkbar bershop.nl).

D.R.

Un ejemplo del triunfal ascenso del bigote es Joshua Coleman, quien gracias a él pasó del anonimato a convertirse en imagen de la primera colección de Formichetti para Diesel y a compartir protagonismo con el barbudo más solicitado, Ricki Hall, en la firma británica Pand&co.

El fin del imperio de la barba tiene una razón científica. «El cerebro posee un área especializada en el reconocimiento de rostros y emociones faciales. Cuando se retira el vello, aparece piel e información, muchas veces inconsciente, que el cerebro detecta positivamente y eso nos hace sentir bien», afirma Mila Cahue, psicóloga del centro de psicología Álava Reyes.

Los tatuajes y el mostacho mexicano han multiplicado el caché como modelo del dj de música rock Joshua Coleman

Cortesía de Diesel

También está la razón obvia: gustarle más a ellas. En el último estudio de Gillette sobre lo que les resulta más atractivo a las chicas, un 82% confiesa que no hay nada más sexy que un hombre afeitándose la barba. «El afeitado tiene como fin seducir. Mientras lo hace, el hombre envía muchos mensajes no verbales asociados a sentidos como el olfato, que están muy vinculados a las emociones. Cualquier relación que implica un grado de intimidad necesita el contacto con la piel», concluye Cahue.

Pero el dato más importante es que esta nueva tendencia los conquista sobre todo a ellos. Y un papel fundamental lo tiene la consolidación e influencia de las nuevas barberías. «El hombre se siente identificado con estos locales, ya que el término centro de belleza resulta muy genérico. Aquí, él es el protagonista exclusivo, después de tanto tiempo acudiendo a peluquerías unisex. Ahora, la barbería es sinónimo de prohibido el paso a las mujeres», explica a S Moda Iván Carpio, director de Blackstone, el madrileño club wellness para hombres inspirado en la barbería más antigua del mundo, Truefitt & Hill, inaugurada en Londres en 1805.

Baxter Finley. California. Tal ha sido el éxito de este centro que ya tiene su propia línea cosmética masculina (Baxterfinley.com)

D.R.

Un toque clásico. El negocio se ha vuelto a imponer en España. Lo hizo tímidamente (hace cuatro años), con la apertura de los primeros locales, como Blackstone, hasta consolidarse hace dos, cuando la barba voluminosa recogió el testigo de la gafa de pasta entre los hombres más modernos. «Como ocurrió en su día con los cocineros, ahora hemos coincidido una generación de jóvenes barberos repartidos por todo el país que estamos dando a conocer nuestro trabajo por medio de herramientas como las redes sociales y las plataformas o asociaciones online de nuestro sector», nos cuenta Paco López desde el salón con su propio nombre en Sevilla. Algunas de ellas sonTheQhair.comBarberiasconencanto.com o Barberos3punto.com.

«Trabajamos para dignificar la profesión y a su vez convertirla en centros de moda masculina», concluye López.

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