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Adiós al rosa de toda la vida: el color de la mujer millennial es el salmón empolvado

Envases, prendas, maquillaje o portadas de libros y revistas pasan de la ñoñería y adoptan este tono para conquistar al público femenino.

rosa color tendencia
Clara Ferrero

Por mucho que Pantone se empeñe, el color del momento no es el rosa cuarzo. Su primo hermano, un tono más anaranjado y más apetecible, le está robando todo el protagonismo. Basta con echar un vistazo a nuestro alrededor para advertir una cantidad ingente de elementos de este color que es una mezcla entre el salmón y el rosa empolvado: campañas publicitarias, prendas, logos, revistas, maquillaje o envases. Todo se tiñe de la misma tonalidad tal como advirtió hace unos días en su cuenta de Twitter el guionista de la MTV Darcie Wilder. «Estoy en un grupo –de Whatsapp– hablando acerca de cómo todo luce así ahora», escribió acompañando una imagen que recopilaba varios ejemplos del monopolio de este nuevo rosa. Sus seguidores respondieron al momento sumando ejemplos: el packaging de los bolsos de Mansur Gavriel, la gama de productos de belleza de Glossier o un anuncio de vibradores engrosaron la lista de pruebas que demuestran su omnipresencia. Con pequeñas variaciones, el denominador común de la gama responde a una mezcla entre el rosa y el naranja, con un toque empolvado y bastante más moderno que el rosa chicle de toda la vida.

The Cut, web femenina y feminista de The New York Magazine, no tardó en hacerse eco de la obesión que modistos, publicistas o diseñadores gráficos vienen desarrollando por el tono en cuestión. Bajo el título ¿Por qué las millennials adoran este color?, la periodista Véronique Hyland analiza el fenómeno y reflexiona acerca de por qué gran cantidad de los productos dirigidos a determinado sector de la población –especialmente a las mujeres de entre 25 y 40 años, con cierto poder adquisitivo y gusto por lo artístico– de repente se han puesto de acuerdo para llamar su atención aliándose con la colorimetría. El rosa, a veces denostado por su vinculación con las Barbies, los estilismos azucarados, Paris Hilton o los juguetes sexistas (un estudio de la universidad de Harvard, afirma que muchas mujeres reaccionan negativamente ante él por considerarlo una referencia de género obvia) se vuelve moderno y menos empalagoso en esta exitosa versión. «Diría que su éxito se debe a que resulta femenino sin ser tan descaradamente cursi ni tradicional como el rosa de toda la vida. Al mismo tiempo, resulta más neutro y elegante», nos cuenta Isabel Sánchez, diseñadora web de S Moda.

A continuación, las pruebas que demuestran la plaga de ‘rosa-no-rosa’ que nos invade:

En la moda:

El logo de Acne Studios, las campañas y bolsos de Mansur Gavriel, los carteles de rebajas de & Other Stories o las campañas de firmas femeninas como Thinx (las braguitas anti-manchas que ganan popularidad como alternativa a los tampones y compresas) son solo algunos de los ejemplos que demuestran su idoneidad –al menos así lo creen las firmas– para dirigirse al público femenino. En las pasarelas, donde el rosa en todas sus versiones ha tenido especial relevancia esta primavera, el salmón rosa empolvado gana importancia de la mano de casas como Chanel, Gucci (Alessandro Michele siente especial devoción por este tono que encaja a la perfección en su universioso de ‘caos mágico’), Preen, Loewe o las sandalias de Miu Miu que últimamente obsesionan a las editoras de moda. ¿Qué pensaría de esto Elsa Schiaparelli, inventora del enérgico shocking pink, si levantara la cabeza?

Los diseñadores apuestan por este tono en prendas, campañas, logos y ‘packaging’.
Los diseñadores apuestan por este tono en prendas, campañas, logos y ‘packaging’.Imaxtree / Cortesía de las marcas

En el diseño editorial:

Las portadas de libros, revistas y webs femeninas como Racked se apuntan a la fiebre d eeste color, una demostración de que los matices del rosa son infinitos y que incluso puede resultar antónimo de ‘cursi’ en la saturación y el diseño adecuados. Sweetbitter, la novela de Stephanie Danler, nueva voz femenina de la literatura anglosajona; #Girlboss, el libro de la jefa-villana de Nasty Gal o la edición de Austral de Una habitación propia de Virginia Woolf –todas ellas lecturas potencialmente dirigidas al público femenino– también comparten color de portada. El diseño de revistas independientes como Kinfolk, Blend o Animae también se han apuntado en la tendencia en varios de sus números.

Revistas, portadas de libros o cabeceras como ‘Racked’, fieles al color del momento.
Revistas, portadas de libros o cabeceras como ‘Racked’, fieles al color del momento.

En la industria de la belleza:

Más allá de la idoneidad de este tono para pintarse los labios o las uñas sin estridencias, este ‘nuevo rosa’ tiñe los envases de recientes –y modernas– firmas cosméticas como Glossier, monopoliza la decoración de tiendas como la coreana Miin o atrae la atención sobre el envase de distintos productos de belleza y cajas de suscripción. Parece que cada vez más firmas prefieren desvincularse de la ñoñería del rosa chicle.

Las tiendas de belleza (en la imagen, la coreana Miin) y sus productos se apuntan al ‘nuevo rosa’.
Las tiendas de belleza (en la imagen, la coreana Miin) y sus productos se apuntan al ‘nuevo rosa’.

En la gastronomía:

Cigarrillos japoneses, cervezas de producción nacional, vinos o tés. El rosa del siglo XXI es el preferido de los diseñadores de muchos packaging gourmet. El Frosé –la bebida del verano según varias publicaciones– también es de este color. ¿Casualidad? No hay duda de que el marketing se ha apropiado del tono del momento para invitar a sus potenciales consumidoras a que paseen alegremente la tarjeta de crédito.

Muchos envases de productos ‘gourmet’ vinculan su imagen al rosa-salmón.
Muchos envases de productos ‘gourmet’ vinculan su imagen al rosa-salmón.

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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