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10 cosas que no sabías de René Lalique, el padre de la joyería moderna

Una exposición en Salamanca recoge varias de las piezas que inmortalizaron la obra de este mítico artesano del Art Nouveau y Decó.

joyeria rene lalique
Carlos Azevedo-Museu Calouste Gulbenkian-Coleção Fundador /Cortesía de Casa Lis

A su manera, René Lalique (1860-1945) fue un poco el Coco Chanel de la joyería. No precisamente por el estilo, sino más bien en el concepto: la capacidad de elevar un material ‘humilde’ a categoría de lujo. Si Coco lo hizo con el tweed o las perlas falsas, René lo consiguió con el vidrio. En un momento en el que la joyería andaba obsesionada por las líneas recargadas, el platino y los diamantes, este artesano francés sustituyó las gemas por impresionantes y complejos diseños estructurales que incluían exquisitos esmaltados. Trabajó con el oro, el carey, el marfil y semipreciosas como la amatista o la turmalina y los ópalos, a los que se les atribuía mala suerte en el pasado

Con un vasto conocimiento del arte, su trabajo, enmarcado en el Art Nouveau y el Art Decó, se resume a menudo en las tres ‘efes’: figuras femeninas, flora y fauna. Sus diseños son sensuales, exuberantes, y están plagados de referencias a figuras mitológicas y a otras culturas como la japonesa – se puede apreciar en sus pavos reales y sus ramas de cerezo – o en el Antiguo Egipto, como muestran sus piezas que incluyen escarabajos y flores de loto.

A la izquierda, diadema ‘Rama de manzano’ tallada en cuerno con flores con oro y diamantes. A la derecha, ‘Ninfa entre glicinas’, elaorada con perla barroca, marfil, oro y esmalte.
A la izquierda, diadema ‘Rama de manzano’ tallada en cuerno con flores con oro y diamantes. A la derecha, ‘Ninfa entre glicinas’, elaorada con perla barroca, marfil, oro y esmalte.Carlos Azevedo-Museu Calouste Gulbenkian-Coleção Fundador /Cortesía de Casa Lis

Por primera vez en España, y hasta el 16 de septiembre, el museo Art-Nouveau y Art Decó Casa Lis de Salamanca acoge en la exposición René Lalique, joyero. Colección de la Fundación Gulbenkian siete piezas exclusivas del artista y hace un recorrido por su trayectoria como joyero, vidriero y perfumista. Una colaboración estrecha con la fundación, en Lisboa, que se hace posible gracias a la estrecha relación que este ‘Rodin de las transparencias’, como le llamó Collette, tuvo con el empresario y coleccionista armenio Calouste Sarkis Gulbenkian. Aprovechamos la muestra para recopilar varias curiosidades del que es, para muchos expertos, el progenitor de la joyería moderna.

1. Cartier está en su currículo Se formó como aprendiz en los talleres de Louis Aucoc y en los inicios de su prometedora carrera figuran tres grandes nombres para los que ejerció como diseñador freelance: Cartier, Boucheron, con el que colaboró con varias piezas como por ejemplo brazaletes, y Vever, al que vendió varios dibujos en 1883. Dos años más tarde adquirió el taller de orfebrería de Jules Destapes, lo que le permitió comenzar su trayectoria como fabricante joyero sin trabajar para otros patronos.

2. Sin él, la historia del perfume no sería la misma: Una de las primeras herramientas de marketing en los perfumes cuando todavía no existía el marketing fue la elaboración de llamativos frascos, y muchos de los icónicos llevaron el sello Lalique. Lo que comenzó como una colaboración para el empresario perfumista François Coty se convirtió en una manera de revolucionar el negocio frente a las petacas lisas comercializadas hasta entonces.  Diseñó para los perfumes de Gabilla, Lucien Lelong, Guerlain, D’Orsay y también para Rolland & Gallet. Lalique también fue responsable del primer perfume de Worth, Dans la Nuit (1924), que se presentó en una esfera esmaltada de azul con estrellas. El perfume venía en un frasco diseñado por el artista llamado ‘Boule Majestic’ que aludía a las noches sobre Capri. Otro fue Vers Toi (1934), con una forma de maceta con diseños geométricos. La Casa Lis de Salamanca expone una importante colección de frascos diseñados por él.

Candelabro ‘Cariátides’ y pantalla ‘Flores’, elaborados en vidrio blanco.
Candelabro ‘Cariátides’ y pantalla ‘Flores’, elaborados en vidrio blanco.Catarina Gomes Ferreira-Carlos Azevedo-Museu Calouste Gulbenkian-Coleção Fundador /Cortesía de Casa Lis

3. Decoró el Orient Express… y varios transatlánticos: Entre varias de sus colaboraciones vinculadas a los medios de transporte figura el interior del tren de lujo que inmortalizó la escritora Agatha Christie. Un icono del art-decó en el que participó con varios paneles de cristal incrustados en madera de caoba de Cuba que recogían figuras con ninfas bailando entre vides. Fue tal la reputación del coche salón, llamado ‘La flecha de Oro’, que después se rebautizó como ‘el vagón Lalique’, según recoge el diario Le Monde. El joyero también decoró el vagón restaurante con piezas de ramos de flores sobre plata incrustada en madera de plátano. Sus lámparas y candelabros se subieron a bordo de la decoración de tres transatlánticos franceses: el Paris, el Île de France y el Normandie.

4. Arrancó su imperio del vidrio con 47 años. Si la exposición Universal de 1900 en París supuso el epítome de su carrera como joyero, la de Artes Decorativas de 1925 fue su clímax como vidriero. Lalique fue una prueba de la capacidad para reinventarse: como le iba tan bien en el sector del vidrio, y a pesar del enorme éxito de sus joyas, decidió retirarse del sector y centrarse en el trabajo con el cristal. Fundó en 1921 su propia fábrica en Wingen-sur-Moder, en Alsacia, todavía operativa, en la que llegó a tener hasta 600 empleados. A pesar de ser un artesano, no rechazó la producción industrial, y su factoría estaba encaminada a automatizar muchos de los pasos a la hora de realizar obras en vidrio. Sin embargo, lo suyo no fue la producción en masa: muchos de las etapas del proceso requerían la mano de los maestros vidrieros.

5. Colaboró con grandes proyectos arquitectónicos: su trabajo con el cristal le llevó a emprender ambiciosos diseños como la decoración de los salones de alta costura de la diseñadora Madeleine Vionnet o la fuente de más de 12 metros con grandes estatuas mitológicas de cristal que diseñó para la Exposición de 1925. Unos años más tarde, entre 1933 y 1934, puso su talento como vidriero al servicio de la decoración Art Decó de la iglesia de San Mateo en Jersey, al norte de Francia, que le valió al edificio el sobrenombre de “La iglesia de cristal”. Otra iglesia en la que participó es la de Saint-Nicaise de Reims, cuyas vidrieras son obra suya.

6. Tuvo a femmes fatales como grandes clientas. Sus diseños sensuales casaban a la perfección con el carácter de las mujeres más atrevidas de la época. Además de vestir con sus joyas a la misteriosa marquesa Luisa Casati, la actriz Sarah Bernhardt fue la mujer que más se vincula a sus diseños, debido a su estrecha relación con la joyería escénica. Para su papel en Teodora en 1902, el diseñador proyectó varios tocados entre los que se encontraba uno con una serpiente en la frente respaldada por dos nudos hechos con otras dos serpientes que escupían ristras de perlas (un motivo sinuoso, por cierto, muy recurrente en la obra de Lalique que lucieron a menudo tanto Casati como Bernhardt). Una de las piezas más míticas fue una diadema de sirenas, hecha en bronce y piedras opales, que la actriz usó tanto dentro como fuera del escenario. Se dice también que no podía salir a recitar su Fedra sin aquellos peines de filacterias y perlas firmados por Lalique.

Diadema tallada en cuerno y oro esmaltado con dos langostas sobre una rama de ciruelo en flor (c. 1903)
Diadema tallada en cuerno y oro esmaltado con dos langostas sobre una rama de ciruelo en flor (c. 1903)Carlos Azevedo-Museu Calouste Gulbenkian-Coleção Fundador /Cortesía de Casa Lis

7. Como Mariano Fortuny, fue un diseñador que patentó sus creaciones. Concretamente, tuvo 16 patentes. Cuatro involucraron el uso de la luz y otras estaban relacionadas con el proceso de elaboración de objetos de cristal. Una de ellas fue la que solicitó en 1914 vinculada a una técnica conocida como ‘cire perdue’ (cera perdida) en la que se elaboraba un modelo positivo de cera que era cubierto con una mezcla de arcilla o yeso y se dejaba secar. Después, se calentaba para derretir la cera del interior, obteniendo como resultado un molde vacío en el que se introducía el vidrio.

8. Enamoró a las grandes firmas de coches: Pronto adaptó la imaginería de sus frascos de perfume a las mascotas que servían de tapón para el radiador de los coches de la época. Se pusieron de moda con la exposición de 1925 en la que André Citroën presentó una nueva versión del Cinq Chevaux (Cinco Caballos) con mascota especial de Lalique incluida, claro. Uno de los más famosos fue la llamada ‘La Victoire’, inspirada en la Victoria de Samotracia, que también se conoce como ‘Espíritu del Viento’. Fueron tan distinguidos que hasta la reina Victoria Eugenia se lo ofreció a sus hijos. Rolls Royce o Bentley fueron otras dos marcas de automóvil que también tuvieron ‘mascotas’ firmadas por Lalique.

9. Está enterrado junto a Jim Morrison René Lalique murió el 5 de mayo de 1945. Sus restos se encuentran en el cementerio parisino del Père Lachaise, famoso por dar descanso a grandes figuras como Chopin o Jim Morrison. La lápida incluyó un crucifijo de vidrio  que él mismo había diseñado.

10. Sigue siendo una empresa viva especializada en varios sectores. La empresa se convirtió en un negocio familiar que pasó de padres a hijos. En 2008, bajo la mano de Silvio Denz, el grupo suizo Art&Fragrance adquirió la firma con el propósito de aumentar su producción en el trabajo del vidrio y convertirla en una compañía global. En la actualidad se conoce como Lalique Group y abarca firmas de perfume como la de Bentley, Jaguar, Lalique, Grès, Alain Delon y una de protección solar, Ultrasun. Además, cuenta con varias subdivisiones orientadas al sector del lujo, siempre con el vidrio como punto de partida: en la parte de decoración pueden encontrarse espejos de 9.000 a 16.000 euros y en joyería hay piezas cuyos precios parten de los 3.000 y pueden alcanzar  los 35.000 euros, como algún diseño creado en colaboración con la Ópera Garnier de París.

Broche ‘Ojos de gato’ en marfil, oro, esmalte y cabujones con forma de ojos de gato (1899-1901).
Broche ‘Ojos de gato’ en marfil, oro, esmalte y cabujones con forma de ojos de gato (1899-1901).Carlos Azevedo-Museu Calouste Gulbenkian-Coleção Fundador /Cortesía de Casa Lis
Con esta viñeta llamada ‘La vitrina de Lalique’, el dibujante Félix Vallotton dejó constancia de la expectación que generó las joyas de Lalique en la Exposición Universal de 1900.
Con esta viñeta llamada ‘La vitrina de Lalique’, el dibujante Félix Vallotton dejó constancia de la expectación que generó las joyas de Lalique en la Exposición Universal de 1900.Cordon Press

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