Susan Sarandon, si quieres pasarte al porno de calidad, inspírate en ellas
La actriz ha declarado su intención, cuando cumpla los 80, de dirigir películas X y tacha el cine para adultos de “brutal y no placentero para las mujeres”. He aquí algunas pornógrafas que debería conocer.
“Mucha gente ha salido en contra de Susan Sarandon y se ha enfadado con su desconocimiento del porno más moderno y ético. Yo no”, comenta la directora de cine para adultos Erika Lust, en referencia a las declaraciones de la actriz y activista estadounidense hace unas semanas en Cannes, que dijo cuando cumpla 80 años le gustaría dirigir porno para adultos. “Todavía hay mucha gente que sigue pensando que las películas eróticas son todas iguales, y a mí el hecho de que Susan se haya metido con el tema y demostrado ganas de participar sólo me hace respetarla aún más. Que sepa que si quiere venir a trabajar conmigo es bienvenida. Entonces yo le contaría de las tantas otras directoras que están cambiando el mundo del porno: Jennifer Lyon-Bell, Ovidie, Jackie St. James, Vex Ashley… La lista es larga y va aumentando”.
Según ha declarado la actriz y activista norteamericana, “lo que hace realmente interesante a un acto sexual es el inicio, el primer contacto. Es un momento que hay que cuidar y que no todos hacen”. La directora sueca afincada en Barcelona coincide en que “un acto sexual siempre tiene aquel momento en que las personas «deciden» que habrá sexo, cuando el deseo sobrepasa el control y uno se entrega completamente. Este momento conlleva una razón. Nunca deberíamos dar por sentado que el sexo va a pasar, porque en la vida real no es así. La razón puede ser más o menos compleja, puede consistir en puro deseo, pero tiene que existir. Es importante que las películas eróticas la enseñen con honestidad y realismo para que se entienda que el sexo es una conexión entre dos personas, y no entre dos genitales”. Actualmente Erika trabaja en la elaboración de nuevos cortos para su proyecto X Confessions, creado con guiones elaborados a partir de fantasias sexuales que la gente cuenta, de forma anónima, en la web de esta directora
Aunque al cine de esta directora se le conoce como porno para mujeres, el género femenino no es el único beneficiado con la mejora de este género. Muchos hombres agradecen guiones e imágenes más inteligentes, para mentes pensantes. “Más de la mitad de mi público es masculino. A ellos también les gusta la atracción, el buen gusto, el respeto. Sin olvidar el hecho de que una película más cuidada no significa, en absoluto, que sea menos sexy o explícita. A excepción de lo ilegal y violento, todo está permitido”.
Cuando le pregunto a Erika qué pasaría si la actitud cada vez más abierta de la gente hacia el porno hace que un día éste pase a exhibirse en cines comerciales, ¿le quitaría eso parte de su misterio y atractivo? “Yo he tenido la suerte de presentar las películas de XConfessions en grandes pantallas por el mundo (estuve en el Festival Internacional de Cine de Chicago, en el Raindance Film Festival en Londres y en el Berlin Film Society Festival en Berlín) y tengo que admitir que se ven preciosas. Por supuesto hacemos una versión editada en la que las escenas de sexo duran menos, ya que el porno todavía es visto como algo individual y no estamos acostumbrados a vivirlo en conjunto. Esto sí, si algún día el porno se exhibe en salas comerciales tendrá que ir acompañado de una mejora en la educación sexual. La sociedad tiene que entender que el porno es ficción, fantasía, y que puede ser de calidad como cualquier otro producto cultural. Pero principalmente, tenemos que refinar nuestro consumo al elegir películas que transmitan mensajes positivos y que sean producidas de forma ética, fuera de los sistemas degradantes de la industria mainstream”.
Jennifer Lyon-Bell y la ambigüedad sexual
El lema de esta directora norteamericana que vive y trabaja en Ámsterdam es “hacer películas porno para gente a la que le gusta el cine”. Jennifer posee su propia productora Blue Artichoke Films donde crea historias que ponen el énfasis en lo que ella llama “realismo emocional”. Silver Shoes fue premiada con el Feminist Porn Awards, 2014 Movie of the Year por el London Institute of Contemporary Arts. En ella Lyon-Bell explora el mundo de las orientaciones sexuales ambiguas y poco definidas.
A pesar de que esta directora es uno de los pesos pesados del porno feminista, participa en festivales, da charlas, trabaja para museos y dirige cursos sobre la interesante relación entre sexualidad y cine, la asignatura pendiente de este mundo es, como reconocía a Erika, la distribución. “Definitivamente hay un gran interés público en el cine sexual alternativo. La única pregunta es dónde va a exhibirse. El London Institute of Contemporary Arts mostró dos de mis trabajos pero luego descubrí que solo tienen licencia para exhibir una película erótica al mes”.
Ovidie y la edad de oro del porno francés
La directora francesa, empezó en la industria del porno como actriz, en el año 2000, para experimentar en carne propia la explotación que sufrían estas profesionales. Muy al contrario, encontró mujeres agrupadas en agencias, que eran felices, ganaban dinero y eran tratadas correctamente. Tras aparecer en más de 30 películas decidió pasar al otro lado de la cámara para dirigir. Sus guiones son más largos y narrativamente más complicados de lo que este género está acostumbrado. Según Ovide, debido a la influencia que en ella tuvo “la edad del oro del porno francés”, allá por los años 70. Como contaba en una entrevista con Erika Lust, “cuando empecé, las feministas me consideraban una traidora y la industria el porno me decía que no había mercado para lo que yo trataba de hacer. Es curioso, porque la mayor parte de los productores que me veían con un aire de desdén ahora han desaparecido. El porno feminista no es solo una pequeña parcela de la pornografía, es todo un movimiento”.
Jackie St James contra 50 Sombras de Grey
Esta norteamericana entró en el negocio del cine para adultos cuando, en 2010, participó en un concurso convocado por una productora, New Sensations Romance Series, y ganó el premio al mejor guión con su Dear Abby. El galardón incluía la producción de una película para adultos y allí Jackie conoció la trastienda del porno.
Su película más conocida The submission of Emma Marx, de la que lleva tres entregas, cuenta las aventuras de una mujer embarcada en relaciones BDSM. Una especie de versión feminista y pornográfica de 50 Sombras de Grey, que figura entre las cintas más odiadas por St James. En Salon, reconocía en una entrevista las bondades del lado alternativo y feminista de esta industria. Uno de los pocos lugares, según ella, en los que una mujer puede hacer carrera tan rápidamente como un hombre. “Cuando entré en el mundo del porno quedé cautivada por la cantidad de gente creativa que hay en él. ¿Dónde, especialmente si eres una mujer, puedes conseguir un trabajo y llegar a ser productor manager, director o guionista en solo unos meses? Muchas mujeres en Hollywood trabajan duro muchos años para llegar al mismo puesto”.
Vex Ashley y el porno hecho en casa
Esta fotógrafa ha decidido ir por libre y desde su webcam y con su propio estudio audiovisual, Four Chambers, realiza vídeos en los que la atmósfera, el decorado, el color y la ambientación atrapan al espectador casi más que las imágenes explícitas. Los fondos en el trabajo de Ashley provienen a menudo de crowfundings, aunque la creatividad es abundante y no necesita de financiación. Además de una alternativa diferente al porno dirigido a hombres heterosexuales, Ashley pretende, con su sistema de trabajo, mantenerse al margen del lado más detestable de esta industria. Como comentaba a la revista GQ, “cuando la gente piensa en porno poco ético generalmente se imagina en un tipo indeseable con una cámara que dice a las chicas lo que hay que hacer y cómo. Casi siempre son largas jornadas de trabajo, mal pagadas y con parejas no demasiado apetecibles. Y aunque tu hayas dicho que no vas a tener sexo anal, seguramente tendrás que hacerlo aunque no quieras, porque queda muy bien para esta escena”.
Pandora Blake y su cruzada contra la censura
The Audovisual Media Services Regulations (AVMS), en el Reino Unido, y concretamente sus nuevas normas sobre material pornográfico le trajeron problemas a Pandora Blake, con una web de BDSM llamada Dreams of Spanking, ya que desde diciembre del 2014 el gobierno inglés prohibía determinadas escenas en los contenidos sexuales. Pero esta directora porno recurrió a los tribunales que, finalmente, le han dado la razón. Como comentaba a la revista Dazed, “prohibir el face sitting (sentarse en la cara), pero no las felaciones revela una profunda misoginia que sospecha de la dominación sexual y del placer femenino. Prohibir la eyaculación femenina pero no la masculina es una prueba de que estamos asentados en la vieja creencia de que solo los hombres deben obtener placer del sexo, de que el orgasmo masculino está bien pero el femenino es obsceno”.
Frente al argumento de las autoridades inglesas según el cual las imágenes de violencia sexual son negativas para los jóvenes y los hacen más proclives a cometer crímenes sexuales en el futuro, Blake cree que “la evidencia nos dice lo contrario y demuestran que la accesibilidad al material erótico reduce la violencia sexual. En los lugares donde la pornografía está prohibida, como Utah, es donde hay más altos índices de crímenes sexuales, embarazos en adolescentes, enfermedades de trasmisión sexual y divorcios”.
Más mujeres que están dando qué hablar
New Level of Pornography, liderado por Zara Kjellner y Alicia Hansen es un colectivo sueco que propone una manera radicalmente nueva de entender el concepto pornografía. Lo que hacen a través de imágenes, poemas, vídeos, audios y escritos líricos. Petra Joy autodenomina sus películas como artcore en oposición a hardcore y como silicone-free zone, en las que tienen cabida todos los pesos y medidas y no solo el “ideal” de lo que debe ser una mujer deseable. Morgana Muses, es una mujer madura con su propia productora, Permission 4Pleasure. Muchos de sus trabajos, en forma de documental, utilizan su propio personaje para la exploración sexual; mientras Julia Ostertag realiza una especie de pornografía underground. Su SexJunkie con una estética muy cuidada, en blanco y negro y voz en off dejaría a muchos directores independientes a la altura del Hollywood más comercial.
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