Revolución en el geriátrico: adiós a los estereotipos de la edad
¿Quién dijo que las personas mayores tienen que ejercer de ancianos? Ahora actúan en compañías de danza, se hacen grafiteros, viven en comunidad y practican ‘parkour’.
El arte urbano siempre ha sido territorio adolescente, pero ahora que a los jóvenes les ha dado por tejer, sus abuelos se echan a las calles a realizar grafitis y a hacer parkour, deporte que se practica en ciudades saltando muros o escaleras. En Portugal, un grupo de mujeres de edad avanzada se ha hecho con botes de espráis de colores, gracias al colectivo Lata 65 creado por la arquitecta Lara Seixo Rodrigues, para plasmar su arte en calles de Lisboa. «Intentamos hacer un primer taller con ganchillo y fracasó. Han preferido ser grafiteras», explica. Ella dice que el proyecto surgió de la curiosidad que las mayores mostraron por el arte callejero. «Además, queremos demostrar que la edad es solo un número».
En el territorio de las artes escénicas no se han quedado atrás. ¿Alguien podría imaginar a un bailarín de 70 años? La decrepitud del cuerpo es el mayor miedo de muchos profesionales de la danza. Concepto antagónico para Daniela Poggi, que presenta una propuesta con personas entradas en edad en el Festival Fringe de Madrid el 16, 17 y 18 de julio. En su proyecto, Fuerza de Gravedad, ha contado con exbailarines del Ballet del Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires. Galina Gladínkova tiene 96 años, y Roberto Dimitrievitch y Stella Maris Isoldi, 70. «Esta obra es una reflexión sobre el cuerpo contemporáneo y su relación con la escena. Aborda nociones como cuerpo, edad, danza, desgaste y resistencia a partir de la biografía de estas extraordinarias personas. Ha sido un proceso creativo en el que todos hemos aprendido a percibir el paso del tiempo de una manera diferente». Además de danzar sobre las tablas, en Londres un grupo de mayores se reúnen para salir a espacios abiertos y practicar parkour. Jade Shaw, director artístico del ParkourDance, cuenta que, por asombroso que parezca, ayuda a las personas con artritis, «adecuamos las técnicas a su cuerpo». Thomson, una de sus alumnas, bromea al decir que le preguntaba «si era un complot del gobierno para deshacerse de las personas de la tercera edad».
Abuelos alemanes entre 75 y 90 años han posado como sus ídolos de Hollywood.
Contilia Gruppe / Essen
Viviendas colaborativas
La otra tendencia en alza son las cooperativas de personas, a partir de los 55 años, que deciden vivir juntos en comunidad. Ellos ponen sus propias normas y las actividades las deciden entre todos. En España eCOHOUSIN Equipo Bloque Arquitectos ha desarrollado una web, cohousing.es, en la que se pueden ver estas iniciativas. Las cinco que ya están funcionando en Valladolid, Cáceres, Madrid, Jaén y Málaga, las trece que están en construcción y las que están siendo demandadas por particulares. Rogelio Ruiz es uno de los arquitectos que lo puso en marcha. Él explica que «lo más bonito es que estas personas demandan muchos espacios comunes. Están dispuestos a renunciar a metros cuadrados de sus casas para darlo a los que comparten con los vecinos».
Piscina en las viviendas colaborativas de Trabensol, Madrid.
Pablo Cousinou
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.