«No significa que las chicas solo quieran sexo»: por qué Cyndi Lauper cambió la letra de ‘Girls Just Want To Have Fun’
El hit con el que la artista se dio a conocer al mundo en 1983 es una versión de una canción compuesta por Robert Hazard pocos años antes. Su mensaje original era totalmente distinto.
Por mucho que hayan pasado los años el Girls Just Want To Have Fun de Cyndi Lauper no ha perdido ni un ápice de su frescura y sigue siendo considerado uno de los primeros himnos feministas de la generación MTV. Pero como ya ocurriera tiempo atrás con el Respect de Otis Reading que en 1967 consagró la carrera de Aretha Franklin, antes de que la estadounidense se animara a grabarla en el estudio para incluirla en su álbum de debut de 1983, She’s So Unusual, la pieza originalmente no desprendía ningún atisbo de empoderamiento.
Corría 1979 cuando el estadounidense Robert Hazard, en apenas 20 minutos, escribió en el baño de un hotel este tema. Él nunca publicó su Girls Just Want To Have Fun de forma oficial, pero sí que registró una demo que años después inflaría su cuenta corriente reportándole más de un millón de dólares en royalties. Aquella primigenia cinta llegó a las manos de Rick Chertoff, el productor de la puesta de largo de Lauper, y tan pronto la escuchó supo de inmediato que ahí había un potencial hit. No obstante, nuestra protagonista se mostró reticente a grabarla. Tal como reveló en su autobiografía publicada en 2012, Cyndi Lauper: A Memoir, «al principio no quería hacerla porque pensé que no sería especialmente buena para las mujeres». Aquellas dudas estaban más que justificadas porque en la versión de Hazard había versos del tipo: “Algunos chicos toman a una chica hermosa. Tratan de ocultarla del resto del mundo. Todas mis chicas tienen que caminar bajo el sol. Porque las chicas solo quieren divertirse”. En la cama, se sobreentiende.
La pareja y mánager por aquel entonces de Lauper, David Wolff, fue quien verdaderamente le hizo cambiar de parecer. Después de contactar con Hazard y que él accediera a que la intérprete de Time After Time pudiese cambiar libremente parte de la letra para hacerla suya (es decir, cantarla desde una perspectiva femenina), nació el Girls Just Want To Have Fun que todos conocemos y hemos intentado emular en los karaokes. «No significa que las chicas solo quieran follar o tener sexo. Simplemente significa que las chicas quieren tener la misma maldita experiencia que cualquier hombre podría tener», apuntó la artista en sus memorias sobre ese nuevo significado que le dio.
“En los ochenta las mujeres todavía luchaban por ser vistas iguales que los hombres. Cuando el movimiento feminista realmente comenzó a principios de los años 60 y 70 me sentí empoderada y fue emocionante para mí. Pero en la década de los ochenta parecía que gran parte del duro trabajo que hicieron personas como Betty Friedan y Gloria Steinem se estaba olvidando y las mujeres, una vez más, aceptaban el statu quo. Habíamos llegado lejos, aunque no lo suficiente, así que canté Girls para que todas las mujeres del mundo recordaran nuestro poder”, explicó Lauper en 2018.
A pesar de que la canción se quedó sorpresivamente a las puertas de llegar al número uno en las listas británicas y estadounidenses (tuvo que conformarse con el segundo puesto), nadie puede discutir que fue un auténtico fenómeno social. Lauper, que en su adolescencia tuvo que soportar cómo sus compañeros de instituto en Queens se mofaban de ella por sus inusuales vestimentas, hizo de su extravagante imagen (y su voz) su mejor carta de presentación. A ese ascenso mediático también contribuyó un divertido videoclip emitido hasta la saciedad en la etapa dorada de la MTV que, además, fue un claro ejemplo de sororidad en clave pop. «Quería que Girls Just Want To Have Fun fuera un himno para las mujeres de todo el mundo, y me refiero a todas las mujeres, dando el mensaje de que somos seres humanos poderosas. Me aseguré de que cuando una mujer viera el vídeo se sintiera representada, ya fuese delgada o corpulenta, más o menos glamurosa o de cualquier raza», contó ella misma en el libro I Want My MTV de Rob Tannenbaum y Craig Marks. Por algo los buenos clásicos nunca quedan desfasados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.