Malva Vela: «Ganar un premio es algo materialista que no vale nada. Acaba cogiendo polvo en casa»
La polifacética artista madrileña capitanea el grupo protagonista de la serie ‘Cómo mandarlo todo a la mierda’, un retrato naturalista de la juventud.
A Malva Vela (Madrid, 22 años) le gusta despertarse temprano y con un libro de poesía entre las manos. Después trabaja en sus propias rimas, sale a correr y se da una ducha fría para empezar el día. “Como el subconsciente ha descansado, no han llegado todavía los agobios, puedes imaginar de una forma más libre y salen joyitas”, explica esta actriz, cantante y pintora que, a los hechos nos remitimos, saca buen provecho de los madrugones. La joven, un autodenominado “lienzo en blanco” cuya imagen debería acompañar a la acepción de ‘polifacética’ en el diccionario, centra ahora su torrente creativo en Cómo mandarlo todo a la mierda, la serie de HBO Max en la que da vida a la líder de un grupo de amigos que se lanzan a la carretera sin rumbo fijo. Ella comparte el espíritu: “Improvisar me hace sentir viva”.
¿Un nombre tan lírico condiciona la inclinación artística?
Me lo pusieron mis padres, que son muy hippies, pero de pequeña no me gustaba nada. En el colegio se burlaban y yo me presentaba con mi segundo nombre, Andrea, para ser normal y sobrevivir. Ahora por fin lo he aceptado y me da mucha paz.
¿Y ha querido alguna vez mandarlo todo a la mierda?
Muchas veces, pero luego lo relativizo y pienso que vendrán cosas buenas. En la música me ha pasado más, porque es una carrera de fondo en la que tienes que estar pico y pala. Si estás sin discográfica, como es mi caso, y proyectan algo sobre ti que al final no pasa, hay un punto de querer mandarlo todo a la mierda.
Los personajes de esta serie no parecen tan sexualizados como los de Élite o Euphoria.
Es interesante porque, en cierta manera, hemos mentido a los adolescentes al contarles que solo las drogas y el sexo les hacen conocerse a sí mismos. En esta serie no se admira tanto el físico o el género, sino cómo se gestiona la libertad y la incertidumbre.
¿La considera más próxima a la realidad?
Buscamos la verdad del adolescente, aunque esta pueda ser más cruda y aburrida porque la vida es así. No todo es fiesta y desmadre, y esta ficción va por ese concepto más naíf y auténtico.
¿Ha encontrado puertas cerradas en el camino de ser actriz?
Me he comido muchos noes, como todos los actores, pero eso es parte de la vida. Al ser rubia natural me decían que parecía más guiri que española, y yo les pedía que me tiñeran. Al final, hay que gobernar lo que cada una es.
Y qué prefiere: ¿el Oscar o llenar un estadio con un concierto?
Ganar un premio es algo materialista que no vale nada, acaba cogiendo polvo en casa. Prefiero vivir la experiencia de dar un gran concierto. Que tanta gente te escuche y comparta algo contigo debe ser brutal. Ojalá pase alguna vez.
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