Lolita Aldea o cómo una futura bióloga de Ceuta acabó dibujando la serie manga de El Rubius
Decidió estudiar Bellas Artes, pero siempre tuvo claro que quería dibujar manga. Arranca la segunda temporada de ‘Virtual Hero’, de la que es directora de arte, en Movistar+.
Siempre pensó que iba a dedicarse a las ciencias, pensaba estudiar Biología. Pero cuando decidió ir a la universidad cambió probetas por rotuladores y cursó Bellas Artes en Granada. De esta forma, Lolita Aldea se volcó en el mundo del manga y se ha convertido en una de las ilustradoras de este estilo más populares de España. “Desde pequeña quería dibujar y cuando me tuve que plantear qué hacer con mi vida supe que sin hacer esto sería infeliz”, explica. En la facultad le enseñaron los fundamentos clásicos del mundo del arte, pero ella sabía que no quería pintar al óleo paisajes ni hacer esculturas en mármol: “A mí lo que más me gustaba era hacer cómic. Y, dentro de eso, la estética manga. Veía animación japonesa en la televisión y sabía que quería formar parte de la creación de esos mundos, de esos personajes”.
Lo ha logrado. Y con creces. El 28 de febrero, se estrenó en Movistar+ la segunda temporada de Virtual Hero, la serie de animación del youtuber El Rubius, en la que Lolita Aldea es la directora de arte. “Ni en mis sueños más salvajes yo hubiera imaginado que iba a terminar así, viendo animados a estos personajes que han salido de mis manos, es una sensación extraña, me parece ciencia ficción”, asegura. Con más de 37 millones de suscritores en su canal de YouTube, Rubén Doblas Gundersen, especializado en el mundo de los videojuegos, es uno de los youtubers más populares del mundo. Lolita entró en contacto con él en 2015, cuando su editorial, Temas de Hoy, le propuso ilustrar los cómics manga Virtual Hero que Rubius quería lanzar. “Empecé a trabajar con El Torres, el guionista, presenté una serie de bocetos y a Rubén le gustaron. Hubo química desde el primer momento y fue muy bien”.
La ilustradora sintió la presión de trabajar con un personaje conocido. “Algunos seguidores de Rubén al principio pensaban que el cómic era solo un producto de marketing, no se pararon a pensar que él no había hecho cómics nunca, pero que buscó un equipo profesional que sí. Luego estos comentarios se fueron acallando y el libro gustó”, explica. Pese a la fama del youtuber, la ilustradora asegura que “se trabaja genial con él, no es un divo, tiene la cabeza bien puesta y lo hace todo fácil”. Para la serie, Lolita ha creado todo un universo, llamado los Mundos de Juego, en el que un álter ego animado de Rubius vive distintas aventuras. “Un capítulo puede tardar en hacerse cuatro meses. Primero se hace el guion, luego se aprueba y llega a preproducción, que es donde estoy yo como directora de arte. Creo los mundos, los escenarios y personajes y una vez acabado esto trabajamos con estudios coreanos para hacer la animación; en esto se tarda un mes por capítulo, con cientos de personas trabajando… Una vez acabado eso se manda de nuevo a España y llega el proceso de poner música, el doblaje y ya entonces se cierra el producto final”.
Tener a un personaje muy sexual no está mal, pero no todos deben ser así; debe haberlo cuando sirva al guion, no gratuitamente
Lolita sabe bien cómo es trabajar para equipos en los que hay implicadas muchas partes y el trabajo tiene que recibir distintos vistos buenos. Ella se encargó de realizar un manga protagonizado por los jugadores del FC Barcelona para promocionar al equipo en Japón y China. “Fue muy interesante adaptar a los futbolistas al anime, que se parecieran, se vieran lugares reconocibles turísticos…”, indica. Afirma que el hecho de ser mujer en un mundo en el que predominan los nombres masculinos no ha frenado su carrera. “Lo bueno del dibujo, y lo malo también, es que una persona ve tus ilustraciones e inmediatamente sabe si vales o no, da lo mismo si eres mujer u hombre. Ser dibujante de cómic es muy difícil, hay muy pocas oportunidades de meter la patita”. Ella comenzó presentándose a concursos, y en 2011 ganó dos premios importantes, el de Norma Editorial y el Desencaja. Fue todo un desafío, reconoce: “Pasé de no tener trabajo a tener que hacer dos proyectos en un mismo año”.
En el manga, explica, existe una tradición de ilustradoras, algo no tan común en otro tipo de cómics: “Siempre te vas a encontrar con alguien que a lo mejor piensa que no puedes hacer superhéroes porque tienes menos testosterona en las venas, pero en mi carrera solo me he encontrado a una persona así”. En cuanto a la sexualización de los personajes femeninos, Aldea subraya que “el discurso va cambiando con el tiempo. Tener a un personaje muy sexual no está mal, pero no todos deben ser así; debe haberlo cuando sirva al guion, no gratuitamente”. Ella es partidaria de que la realidad se plasme también en la ficción: “Solo hay que mirar a la calle, hay gente de todo tipo, y eso se tiene que trasladar a los cómics. No soy partidaria de que todos los personajes tengan que ser de la misma manera”.
Sus referentes:
CLAMP: “Es un cuarteto de autoras japonesas. Me gustan porque son camaleónicas, cada obra que hacen es diferente a la anterior. Me admiraba, y me admira, su capacidad para adaptarse y hacer cosas diferentes”.
Dr. Stone: “Es una serie de manga japonesa que trata de un mundo en el que la humanidad ha sido convertida en piedra y la tecnología se ha perdido. Mezcla conceptos científicos con una historia personal, ciencia ficción y un mundo distópico. Me parece muy buena forma de mostrar al mundo juvenil temas científicos de forma didáctica”.
Akira: “Para mí es el clásico de referencia. Se hizo hace treinta años y sigue estando vigente, el guion te estimula la cabeza. Cuando lo leí por primera vez me marcó”.
Slayers: “Fue la serie que vi en televisión a finales de los noventa y me hizo querer dedicarme a esto. Aquí se llamaba Reena y Gaudy, era una serie de fantasía épica con magia y espadas. Fue mi punto de inflexión, la vi y pensé quiero hacer esto en mi vida, que otras personas sientan lo mismo que siento yo cuando lo veo”.
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