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La danza cumple años de puntillas

La Compañía Nacional de Danza celebra su 35 aniversario. Reunimos a su primer y último director con algunos de los vestidos míticos de las distintas etapas de la formación.

Compañía Nacional de Danza

Treinta y cinco figurines de vestuario escénico se alzan en los vestíbulos de los madrileños Teatros del Canal, como homenaje al aniversario de la CND, hasta el 19 de octubre. Esta exposición surgió por casualidad. El actual director, José Carlos Martínez, lo narra como un cuento. «Estábamos visitando los almacenes donde se guardan los decorados y vestuarios de todos estos años. De pronto, apareció una caja de la que, con un haz de luz, salió el tutú dorado de Maya Plisétskaya [que en la foto lleva puesto Seh Yun Kim]. Fue como una revelación.

Había mucho material que, bien seleccionado, era digno de ser visto por la gente». Así, Martínez junto con todo su equipo de vestuario, ha escogido los trajes «haciendo hincapié en las colaboraciones de diseñadores más relevantes y aquellos que lucieron las principales figuras de la Compañía».

La bailarina Jessica Lyall aparece con un vestido perteneciente al ballet El Madrid de Chueca, que en 1982 bailó y dirigió el propio Víctor Ullate. Éste, a quien todos llaman maestro cuando pasan por su lado, lo mira con cariño y recuerda aquel tiempo en el que creó, de la nada, la primera formación nacional en España. Cuenta cómo se lo ofrecieron cuando, con 32 años, ya era un bailarín importante. «Mi ilusión y empeño me hicieron seguir adelante, porque aquí nadie tenía ni idea de cómo organizarlo. Fue muy duro. Cambiaban de ministros y había que volver a empezar a explicarlo todo».

Seh Yun Kim con el tutú del ballet Raymonda Divertimento; José Carlos Martínez, actual director; Elisabet Biosca con el traje militar para Nippon-Koku; y Kayoko Everhart con el vestido del ballet Alas de Nacho Duato.

Mirta Rojo

Corría 1979 y en este país la Transición daba sus últimos coletazos. Se pasaba de la oscuridad al color y Ullate aprendía a conseguir imposibles. «Yo le pedía a las autoridades cosas como un piano, unos camerinos para cambiarnos e ir al servicio o un espacio para ensayar… Y me miraban como si estuviera loco. Al final, nos cedieron el Centro Reina Sofía. Pero estaban arreglando el tejado y teníamos que bailar entre charcos. Nos salieron unos sabañones horrorosos en los pies», dice riendo.

Moda española. María Luisa Ramos, actual regidora de vestuario de la CND, fue, curiosamente, pareja de baile de Ullate en El Madrid de Chueca. Ella, que parece tímida mientras organiza las perchas del vestuario, oculta esta información cuando tiene en su mano el traje que lució en los escenarios. Pero Víctor recuerda su dúo en voz alta y ambos hacen algunos pasos de aquella coreografía. «Cada director tiene su diseñador fetiche, aquel con el que se entiende mejor. Con un repertorio tan variado a lo largo de estos años, no existe un figurinista principal que pueda destacar por encima del resto», explica Martínez. Ramos descuelga una falda amarilla de Gianni Versace con la que algún chico del elenco de Nacho Duato bailó la pieza Herman Schmerman de Forsythe. También muestra las colaboraciones que se llevaron a cabo con Devota & Lomba o Francis Montesinos cuando Duato estaba al frente de la CND.

De vuelta a escena. Los próximos días 18 y 19 de octubre, José Carlos Martínez intentará reunir a «todo el mundo posible que represente la danza española» en unas galas donde se bailará con parte del vestuario que no esté expuesto. Trajes que mandaron diseñar Ullate, De Ávila, Barra, Plisétskaya, Duato, Hervé Palito y Martínez. «La intención es rendir un homenaje a todas las épocas de la compañía y que los bailarines salgan a escena con algunos de los trajes originales. Lo malo es que no se conserva el conjunto de un ballet entero, sino algunas piezas sueltas». Pero, por ejemplo, el tutú dorado de Pedro Moreno, encargado por la gran Plisétskaya para Raymonda Divertimento y punto de partida de la exposición, volverá a lanzar destellos de luz sobre las tablas.

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