La mixóloga que revolucionó la coctelería está en Madrid (y tiene estas lecciones para ti)

“Me rodeo de mujeres talentosas, así que no tengo ningún hombre dominante alrededor que pueda detenerme”. Desde hace ya más de dos décadas, Julie Reiner no entiende de techos de cristal. Acabó con los suyos y también con los de muchos de sus compañeras, utilizando su posición privilegiada para promover el talento femenino y dejando atrás eso de que el interior de la barra es zona restringida a las mujeres. El único cristal que conoce es el de las copas que contienen sus creaciones, probablemente las más celebradas de la costa este norteamericana. Esta mixóloga con estatus de leyenda (por algo la apodan “Midas”) es la reina de la exigente escena coctelera neoyorquina gracias a locales como Flatiron Lounge, un incunable que llega ahora a la capital madrileña gracias a Seagram’s Gin. Sin jet lag ni cambio de divisas, desde el 7 al 24 de marzo, Seagram’s New York Hotel at NH Collection Suecia (Marqués de Casa Riera, 4) te ofrece la barra del bar que ha hecho de Reiner una de las diez bartenders más importantes de la historia. Y con el primer trago, entenderás por qué.

Julie Reiner se crió en Hawái, donde empezó su carrera trabajando como camarera. No fue hasta la universidad cuando empezó a ser ella la encargada de las mezclas, confirmando su talento en la excitante vida nocturna de San Francisco a mediados de los noventa. En su mudanza posterior a la costa este tuvo que enfrentarse al histórico sexismo en el sector. “En mis primeros años, particularmente en Nueva York, me ofrecían más trabajos de camarera que de mixóloga”, confiesa a S Moda. En el 2000, la apertura de Flatiron Lounge cambió su carrera y la tradición coctelera de toda la Gran Manzana. Nuevo siglo, nuevos tiempos. “Fuimos uno de los primeros bares de Nueva York en presentar cócteles frescos y estacionales. Lanzó la carrera de muchos bartenders talentosos y ayudó a definir la dirección de la industria. Era el momento correcto para introducir un concepto así. Las bebidas tenían coherencia, el bar era precioso… y 15 años después, todavía seguimos”.

Buena parte de los nombres propios que Flatiron, Clover Club o Leyenda –todos regentados por ella– convirtieron en referentes de la coctelería pertenecen a mujeres. Este hecho enorgullece como pocos otros a Reiner: “Siempre ha sido muy importante para mí ofrecer a las mujeres un espacio seguro en el que puedan trabajar y aprender en este sector”. La mixóloga deja claro que no hay sitio para clientes sexistas en sus locales (“les pedimos que se marchen”) y que lo de “bebidas para ellos y bebidas para ellas” es eso, un estereotipo sin fundamento en la realidad. En una atmósfera de activismo femenino como hace décadas que no se recuerda, la figura de esta pionera merece sin duda ser reivindicada. “Hay muchos establecimientos regentados por mujeres que ayudan y alientan a muchas otras para que prosperen en la industria. Mis locales no son clubs de chicos”, sostiene quien fuera nombrada en 2013 como “Mejor mentora de bar”.

El saber hacer y los ingredientes frescos convergen en cualquiera de los tragos dispuestos por Reiner. Su paso ahora por la capital madrileña le recuerda uno de sus cócteles favoritos: “El primero que me viene a la mente es el Bamboo”. En labores de prescriptora debido a nuestra pregunta, añade también, casi a modo de disculpa, la explicación: “Sé que los españoles amáis los gin tonics, pero ese contiene vino de Jerez”. Hasta el 24 de marzo, la batalla entre el sugerido Bamboo y nuestro venerado gin tonic, servido al estilo Flatiron Lounge, se libra en Seagram’s New York Hotel at NH Collection Suecia y al alcance de cualquiera. Solo puede quedar uno. ¿O tal vez no?