Giorgia Lupi: “Todos los datos pueden estar sesgados, están sujetos a la interpretación humana, no son objetivos”
La diseñadora de información italiana repiensa, interpreta y da forma a la idea de infografía y defiende el concepto de ‘humanismo de los datos’. Socia del estudio de diseño Pentagram, colabora con firmas de moda y museos.
Se crio entre telas y patrones. De niña, lo que más le gustaba a Giorgia Lupi era pasar horas en el negocio de su abuela clasificando botones e hilos. “Estaba en una pequeña ciudad cercana a Módena y era primordialmente una tienda de mujer. Mi otra abuela era costurera, algo habitual en aquella época en Italia”, matiza la diseñadora de 40 años. Le gusta la exactitud, precisar las cosas. Habla rápido e incluso en una conversación a través de Zoom se nota que su mente no descansa. “Ahora, viéndolo en retrospectiva, es más fácil decir que ya entonces era una recopiladora de datos, aunque en ese momento no fuera consciente y solo estuviera interesada en la organización visual de los objetos, de la información, en clasificar y categorizar… Son cosas que siempre me dieron un gran placer. Para mí era muy divertido llegar cada día a la tienda y ponerme a ordenarlo todo cada vez con unas reglas distintas: un día por tallas, otro por colores, otro por características similares… Veía posibilidades infinitas, inventaba nuevas reglas en cada momento”.
Estudió Arquitectura pero nunca ha diseñado un edificio. Dice que lo hizo por descarte: “Por aquel entonces no sabía que la visualización de datos fuera algo a lo que yo pudiera dedicarme. Para mí la carrera fue una forma de fusionar mi necesidad de organización científica y a la vez poder expresarme de forma creativa”. Cuando tiene lugar esta entrevista acaba de participar virtualmente en la última edición del Festival Offf Sevilla; es una buena divulgadora –tiene una popular charla TED–, y le apasiona explicar su trabajo. Cree que la suya es “una mentalidad planificadora” y que dibujar a mano en la facultad en una época en la que no todo el diseño se hacía con ordenadores le hizo “aprender a trabajar con la información y ser meticulosa”. Esas características –rigor científico, meticulosidad y creatividad– la han llevado a ser una diseñadora de información prestigiosa (ha trabajado con museos como el MoMA o firmas de moda como & Other Stories), referente en el mundo de la infografía y, desde 2019, socia del puntero estudio de diseño Pentagram en su sede de Nueva York.
“Para mí el diseño de información trata sobre crear formas en las que la gente, ya sean usuarios, visitantes, clientes o clientes de mis clientes, acceden a la información y la complementan a través del diseño. Esa es la definición amplia de lo que hago y luego, específicamente, yo me centro en los datos y en cómo visualizarlos y diseñarlos. Con mi equipo de Pentagram busco aprenderlo todo sobre el cliente, cuál es su público, sus objetivos, sus proyectos, la definición de éxito en su trabajo… Reunimos toda la información disponible y a veces elaboramos conjuntos de datos para ellos y luego los traducimos a través del diseño a una experiencia interactiva, en una pieza impresa… Nunca nos atamos a un formato, no existe una sola forma establecida para traducir la información en visuales que la gente comprenda”, subraya.
Porque para ella “los datos son como un lenguaje más, a través del que puedes explicarlo todo”. No los ve como algo frío, distante y objetivo, sino como algo vivo e interpretable. En un mundo definido por algoritmos y marcado por las estadísticas y la gran cantidad de información disponible, Lupi advierte de que hay que tener cuidado y saber interpretar esa información: “Es importante que la gente entienda que todos los datos pueden estar sesgados, porque están sujetos a la interpretación humana, no son objetivos. Incluso la forma en la que se recolectan cuenta con la intervención humana; aunque provengan de un sensor, ha habido un ser humano que ha creado ese aparato y decidido cómo se iban a recoger. Una persona ha programado ese algoritmo, no hay objetividad la mayor parte de las veces”.
Ahí entra también su concepto de data humanism (humanismo de los datos): “Trata sobre procurar siempre que las personas se puedan relacionar con los datos, con las historias que se cuentan a través de ellos, es una manera de reconectar esas informaciones con lo que representan en la vida real”. Los trabajos que Lupi desarrolla ponen énfasis en este punto. En el MoMA creó un gran mural para su primera exposición de moda en 70 años, Items: Is Fashion Modern?, en 2017, y tuvo que pensar qué quería contar y cómo integrarlo en el espacio público para lograr que atrajera a los visitantes del museo; con & Other Stories desarrolló estampados que resumían las vidas e hitos de tres científicas; en Dear Data buscó demostrar que incluso una amistad se puede basar en el intercambio de datos, y durante el confinamiento impulsó Dear New York, para analizar la evolución de la ciudad y sus habitantes en un momento excepcional.
Todos son proyectos que, además de manejar muchísima información, son bonitos. De hecho, algunos recuerdan a las obras de artistas como Vasili Kandinsky, Piet Mondrian o Paul Klee. Para Lupi es lo natural: “Siempre digo que si necesitas un diseño para tomar una decisión rápida, como el camino para que un piloto aterrice, no puedes hacer un precioso dibujo con una leyenda para que la gente lo entienda, sino algo sencillo, lo que se necesita. Pero en mi trabajo los datos suelen ser densos, complejos y ricos. Los gráficos de barras o tarta no te pueden contar la historia que hay detrás. Para mí no se trata de hacer un dibujo bonito, sino de diseñar de la mejor manera para que esos datos sean representados. Pero si además de funcional es bello puedes obtener mejores resultados. La belleza es un poderoso detonante para que las personas se interesen por comprender más”.
*Todas las imágenes son cortesía de Giorgia Lupi.
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