El pinta y colorea es también para adultos (estresados)
Los cuadernos con ilustraciones para pintar enfocados a un público adulto son una nueva forma terapia. Se trata de una pausa para abstraerse entre pinturas de los problemas del día a día.
La moda vino de Francia. Y no, no se trata de un nuevo vino, pan artesano o el complemento it de la temporada. Es mucho más simple. Libros para colorear que prometen en sus portadas un remedio momentáneo frente el estrés diario. Parten de una premisa sencilla: la concentración que requiere pintar sin salirse del contorno ayuda a abstraerse de los problemas. El truco funciona con los adultos igual que con los niños; papel y lápices se traducen en un rato de calma. «Aunque colorear un par de horas no elimine todos los problemas que nos preocupan, sí nos aparta y nos alivia del estrés que nos abruma. Y al concentrarnos en ejercitar nuestra imaginación evadimos las presiones que nublan nuestra mente«, explica el psiquiatra Luis Rojas Marcos, que ha prologado Coloréitor (Espasa), el libro antiestrés de Forges. Ana Lafuente, su editora, señala que «colorear es una terapia habitual recomendada por psicólogos y psiquiatras» y añade que «los libros siempre han sido una fuente de entretenimiento y ahora son, también, una fuente de relax».
«Están en las listas de superventas de Francia, han triunfado en el Reino Unido y ahora llega el boom a Estados Unidos y España», explica Verónica Fajardo, de Ediciones B, que publica la colección Arteterapia, ilustrada por Richard Merrit. «Son diseños más complicados que los infantiles, que sirven para impulsar la creatividad de los adultos, que muchas veces se deja de lado al crecer«, argumentaba el dibujante en una entrevista con la BBC. «Invitan a la relajación, te absorben, te concentras, y ayudan. En la sociedad actual gustan porque se trata de un tipo de terapia muy barato», subraya Fajardo. Sus precios suelen ir de 12 a 15 euros y la demanda se nota ya en las librerías. «Se venden cada vez más, porque la gente busca relajarse y distraerse», asegura Sara Vicente, de La Central de Mapfre.
Uno de los dibujos que puedes colorear en ‘Arteterapia’.
Cortesía de Ediciones B.
Anne Le Meur, responsable editorial de Hachette Pratique, es una de las culpables de esta moda que en su país, Francia, es un verdadero fenómeno. Ella impulsó la colección Art-thérapie 100 coloriages anti-stress en 2012. Su catálogo crece cada temporada. Entre las novedades de este otoño-invierno se mezclan apuestas más novedosas, como Rap coloriages, con retratos de Queen Latifah, Ice-T, Kanye West o Jay Z dibujados por el rapero Bun B, con patrones más clásicos, como los copos de nieve de Hiver, de Julie Terrazzoni, o los diseños precolombinos de Mayas et Aztèques, de Michel Solliec. «Colorear se ha vuelto una verdadera tendencia. A mi parecer, no tiene nada que ver con una tendencia regresiva, con el deseo de volver a la infancia, sino con una voluntad de centrase en uno mismo, relajarse y sentirse valorado por una creación personal. Colorear permite liberarse de complejos», analiza Le Meur. También considera que la necesidad de desconexión en un mundo hiperconectado se esconde detrás del éxito de esta vuelta al tacto del papel y los lápices de madera: «Estamos siempre pendientes de Internet, el teléfono, etc. Todo va más y más rápido….». Quienes compran este tipo de libros, señala la editora, «son principalmente mujeres, pero de edades muy distintas».
Aunque los temas más recurrentes son motivos vegetales dignos de un libro de botánica, mandalas y objetos de diseño, también queda hueco para algo más pop. La británica Mel Elliott (ilovemel.me) es la responsable de la colección Colour Me Good, en la que ofrece unos cuadernos para colorear de lo más cool: en ellos puedes pintar los bedselfies de James Franco, las cazadoras de Ryan Gosling o imaginar nuevos diseños de cejas para Cara Delevingne. «Elijo a los personajes de los que soy fan. Es un concepto muy teenager, pienso que los adultos disfrutamos mucho con ese sentimiento fan que tenemos de adolescentes», resalta Elliott. Cree que este movimiento del pinta y colorea está ligado a «una protesta contra la tecnología, por eso también se están haciendo populares cosas como el ganchillo, el punto o hacer bordados, porque a la gente le gusta dejar de lado sus smartphones de cuando en cuando y usar sus manos para algo más que navegar por una pantalla táctil». Según su propia experiencia, la relajación está garantizada: «Es como sumergirse en un buen libro o una gran película. Concentrarse en colorear te ayuda a ignorar y olvidar el caos que te rodea… ¡Y además da buenos resultados, haces cosas bonitas!».
Dibujos de Julianne Moore, Christina Hendricks y Cara Delevigne extraidos de ‘Color me good’.
Otra británica, Johanna Basford, es la responsable de uno de los títulos más conocidos del género, El jardín secreto. MTM Editores lanzará próximamente su nueva entrega, El bosque encantado. La editorial barcelonesa es una de las pioneras en este tipo de publicaciones en nuestro país. En 2002 sacaron sus primeros cuadernos de mandalas. «Sus beneficios son muy valorados: por sus formas geométricas y concéntricas, aportan tranquilidad, mejoran la capacidad de atención, te centran y reconectan. Carl Jung los usaba a modo de terapia en sus sesiones de psiquiatría con esta misma finalidad», señala Aina Ortega, su coordinadora editorial. Aunque la teoría viene de lejos, la práctica se está intensificando en los últimos tiempos, reconoce Ortega: «Puede que debido al ajetreo constante al que estamos sometidos, al estrés y las tensiones del día a día, en los últimos años ha ido creciendo la necesidad de crear, de conectar con el niño interior, de dedicar un momento a jugar y abandonarse a esta sosegada diversión».
¿Vuelta a la infancia, liberación de complejos, necesidad de desconexión? Los motivos por los que este método está en boga son varios, y todos brotan del espíritu del tiempo actual. «Vivimos con unos niveles de estrés elevados y nos viene muy bien tener un escape creativo para combatir la ansiedad del día a día. El uso de estos libros está muy en sintonía con la práctica del mindfulness o conciencia plena, que está en auge en Occidente», afirma Alix Leveugle, editora de la colección Arte antiestrés de Plaza & Janés. Pero ¿se trata de un fenómeno puntual? Leveugle no lo ve así. «¡Los libros de colorear para adultos ya venden más que los libros de cocina en Francia! Michael O’Mara Books, una de las editoriales pioneras en este ámbito, calcula que para finales del año 2015 o principios de 2016, tendrá un millón de ejemplares impresos. También es todo un fenómeno en Holanda, Alemania, Estados Unidos, Canadá… Y los derechos de estos libros se han vendido a una veintena de países en total, desde Italia a Japón, pasando por Dinamarca. Es realmente una tendencia global».
La portada de ‘Draw, paint, print like great artists’.
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