Diez motivos por los que nos fascina Suecia
Su moda, decoración, música y hasta comida convierten a este país en uno de los iconos de estilo más reconocibles del mundo.
Suecia es el típico país que siempre parece que pasa desapercibido: no es una potencia futbolística (ya se sabe, el fútbol es el deporte que más fama mundial puede aportar a una nación), no tiene celebrities de calado internacional, no genera demasiada información. Ni siquiera cuenta con una semana de la moda de la que se hagan eco todos los medios de comunicación. Salvo por el el boom de su literatura de misterio, con la trilogía Millennium como máximo exponente, poco sabemos de la cultura sueca. O poco creemos no saber ya que, de manera discreta -como todo lo que rodea a su estética-, se ha ido introduciendo en nuestras vidas.
Más allá de gigantes como H&M o Ikea, Suecia es una apetecible generadora de marcas de moda, de modelos que se salen de la norma, de diseño que va mucho más allá del minimalismo escandinavo y hasta de alimentos que parecen propios de viajeros espaciales. Te vamos a dar diez razones que te harán mirar a este país nórdico de otra manera. Y hacerte el sueco.
1. Por sus modelos diferentes
La imagen de la sueca macizorra seduciendo a Alfredo Landa, por suerte, ya no existe entre las nuevas generaciones de españoles. Sí que es verdad que la mayoría de los suecos son rubios, con ojos azules y más altos que el ibérico medio, algo que resulta extremadamente exótico en esta zona del sur de Europa. A pesar de esta peculiaridad, Suecia no suele generar top models internacionales de esas que copan cientos portadas y todas las campañas importantes del momento. Sin embargo, sí que son suecos algunos de los modelos actuales que más se salen de la norma. Quizá la que más destaca es Erika Linder, el polo opuesto -y supuesta pareja- del andrógino Andrej Pejic. Es decir, Erika explota su lado masculino y femenino a partes iguales siendo mujer.
Un poco más comercial es la imagen de Frida Gustavsson (portada S Moda hace unos meses), aunque también tiene un halo especial. Nacida en Estocolmo, con solo 19 años destila una madurez y una elegancia impropias de su edad.
No podemos terminar este punto sin hablar de Christian Göran (actualmente imagen de la firma española Ewan), el modelo masculino que ha conseguido que la barba larga se convierta en objeto de deseo más allá del gremio de los osos. Y también que se generalice como un accesorio hipster más. La virilidad sueca ya no se parece a la que vendía Fredrik Ljungberg a comienzos de los 2000…
Final del desfile de otoño-invierno 2012 de Cheap Monday.
Getty
2. Por sus firmas de semi lujo
En la Stockholm Fashion Week (o en cualquier calle suecaI) no veremos ostentación, grandes logos ni estética bling bling. Lo que sí habrá serán piezas bien cortadas, atemporales, duraderas, con un giro que las saque de la normalidad y sin colores estridentes. Firmas como Acne o Filippa K son buenos ejemplos de ese estilo entre minimalista y revolucionario. Tienen precios relativamente elevados, pero son de inmejorable calidad y sus colecciones no pasan fácilmente de moda. Los míticos grandes almacenes holmienses PUB (donde trabajó en su día como dependienta Greta Garbo) ofrecen una amplísima selección de estas exquisitas firmas, en su mayoría poco conocidas.
En modelos masculinos Suecia tampoco anda mal, o que se lo digan a Christian Göran.
D.R.
3. Por sus firmas low cost
La cadena sueca H&M es uno de los gigantes low cost globales. Desde hace poco se ha vuelto algo más exclusiva con el lanzamiento de Cos, su línea 'bien' creada para aquellos ávidos de diseño escandinavo de calidad a precios moderados. Pero esta misma casa ha ido adquiriendo en los últimos años otras cadenas más pequeñas que no han trascendido mucho internacionalmente… aunque deberían.
Una es Cheap Monday, aquella que consiguió poner pitillos hasta a los más reacios. En España no es difícil encontrar algunos modelos de sus pantalones y algún complemento más; el precio no baja de los 50 euros. Sin embargo, no hay ciudad sueca en la que no haya una o varias tiendas Weekday repletas de referencias de esta marca a precios verdaderamente cheap (en rebajas hay piezas desde 10 euros) que incluyen también una completa colección textil de temporada, calzado y accesorios.
La otra es Monki, una cadena de moda femenina para jóvenes a precios muy bajos y con un diseño un tanto naïve que busca ante todo la originalidad. Se puede adquirir online aunque las tallas son un poco grandes para la española media y es recomendable probarse. Ya tiene sucursales en Noruega, Alemania, Dinamarca y, desde hace poco, en Londres.
Imagen del catálogo de esta temporada de la marca sueca Monki.
Monki
4. Por sus firmas de cosmética
Suecia es famosa por sus firmas de moda y por su diseño minimalista, pero su industria de la belleza es aún relativamente desconocida. Solamente ha conseguido ser internacionalmente reconocidas y accesibles marcas de maquillaje como Make Up Store o la baratísima Isadora. Las amantes de la cosmética nicho conocerán Face Stockholm, cuyas referencias de maquillaje de calidad son muy buscadas incluso en España. Otra marca interesante es Byredo, que especializada en perfumes ofrece la combinación perfecta entre la estética escandinava y los aromas más personales. Eso sí sus precios son ciertamente elevados (un frasco de perfume no baja de los 140 euros).
Ya para entendidas y amantes de la cosmética bio, destacan pequeñas joyas como Björk & Berries y Estelle & Thild. Y es que Suecia es uno de los países con más conciencia ecológica del mundo, algo que también se tenía que notar en un ámbito como el de la cosmética.
Uno de los últimos lanzamientos de la firma de perfumes Byredo.
D.R.
5. Por la música
ABBA es uno de los grupos de música más conocidos universalmente. Y sí, son suecos. Pero esto no es más que la punta del iceberg de una escena musical muy variada que abarca grandes fenómenos como Roxette Europe, Neneh Cherry,The Cardigans, Robyn, Jay Jay Johansson, The Sounds o Mando Diao. El mundo del indie es aún más rico que el del mainstream, y hoy son ampliamente reconocidos por la crítica los trabajos de The Sound of Arrows, iamamiwhoami, First Aid Kit, Amanda Mair, Jens Lekman y un largo etcétera.
Que nos olvide que este año la ganadora de Eurovisión, Loreen, es sueca. Su canción Euphoria lleva desde mayo sonando en toda Europa y por méritos propios. Es la primera vez en años que un tema digno se alza con este título que parece destinado a cantantes líricos híper azucarados. Por cierto, Loreen publicará disco el 22 de octubre y está despertando ya bastante expectación.
La última y flamante ganadora de Eurovisión, Loreen, es sueca.
Cordon Press
6. Por la decoración sueca
Quien no tenga un mueble de Ikea en su casa que levante la mano. Esta multinacional democratizó el diseño escandinavo funcional y minimal en todo el mundo. Pero hay otras formas (suecas) de decorar más allá de las líneas rectas y el blanco y negro. Hay tiendas baratísimas como Lagerhaus, muy en la línea de la danesa Tiger pero con más variedad, donde apuestan por el pop, algún toque barroco, el colorido y las influencias un poco kitsch. Todo ello pasado por el filtro sueco del buen gusto y la falta de recargamiento.
Así ven los salones en el último catálogo de Ikea.
Ikea
7. Por los souvenirs
Imanes, muñecas regionales, dedales, delantales, tazas con inscripciones 'humorísticas'… Esto es lo mínimo que uno espera de una tienda de souvenirs del centro de una ciudad. Pero en Estocolmo y Gotemburgo (también ha llegado ya a Oslo y Copenhague) hay una cadena llamada Designtorget donde venden lo más representativo de Escandinavia: su diseño. Está adaptado para turistas en forma de objetos de todo tipo (desde bayetas o paños de cocina pasando por utensilios del hogar, camisetas y un largo etcétera) concebidos por diseñadores suecos con muy -muy- buen gusto. Son como tiendas de decoración pero ubicadas en el centro de las ciudades, en plena zona turística, donde te puedes llevar el souvenir más chic de tu vida. Por supuesto que también existen lugares donde adquirir los dedales y las camisetas de 'Swedish do it better', pero incluso ahí su género no resulta tan ordinario como el que se encuentra en la costa levantina, por ejemplo.
Un look de otoño inviero de la firma sueca Acne.
Getty
8. Por sus tubos de comida
Si hay un plato sueco ampliamente conocido ese son las albóndigas. También el salmón. No es un tópico: ambas cosas se consumen masivamente aunque lo más sorprendente viene en tubos similares a los de la pasta de dientes. Y es que en los supermercados suecos hay una enorme sección de alimentos en formato crema contenida dentro de un tubito.
En España, y gracias a Ikea, ya conocemos su caviar Kalles, que no es otra cosa que una pasta de pescado que se unta en el pan. Pero en Suecia cualquier cosa puede estar comprimida en un cilintro para acompañar con un panecillo (sueco): pescado, gambas, tomate, carne, bacon, queso, rábano, champiñón, ¡chorizo!… Bueno, no es la manera más deliciosa -hay gustos para todo- de comer pero sí una de las más sorprendentes.
La comida en tubitos, como el caviar Kalles, es un clásico sueco.
Kalles
9. Por su exquisita oferta hotelera (barata)
En estas líneas no hemos hablado lo suficiente de que Suecia es un lugar caro para el español medio. A excepción de cosas como esta moda low cost, la comida en tubos, Ikea y poco más, una visita a este país supone un gasto importante. El alojamiento es uno de los mayores escollos ya que los hoteles tienen precios muy elevados comparables a Londres o París. Pero, a diferencia de otras ciudades, la posibilidad de alojarse en un hostel o albergue juvenil no es nada descabellada.
Cuando uno piensa en uno de estos sitios lo primero que le viene a la cabeza es una oscura habitación infecta con camas incómodas, sucios baños compartidos y sin una ventilación decente. En Suecia los albergues son caros pero son lugares extremadamente limpios, con una decoración sencilla pero muy cuidada para que el huésped esté cómodo, con wifi gratuito en cada rincón y un ambiente muy alejado del de campo de refugiados a los que muchos hostels nos tienen acostumbrados. Sirvan como ejemplo este albergue en Estocolmo, pulcramente decorado en blanco y negro, o éste más familiar en Gotemburgo. ¿A que apetece quedarse?
En el centro de Estocolmo es muy recomendable el hostal Lanholmen, una antigua cárcel reconvertida en alojamiento de precio medio y bajo. Efectivamente se duerme en una celda pero ésta es cálida, con un suave edredón nórdico, la limpieza es diaria, el personal es amable y servicial y está ubicada en un parque que dispone hasta de una pequeña playa en verano.
10. Por conseguir que su calzado tradicional se convierta en moda
¿Te imaginas que las madreñas se convirtieran en el calzado fashionista en todo el mundo? Algo así ha sido lo que ha sucedido con los zuecos de madera y cuero, el zapato tradicional de Suecia que hoy sigue siendo una pieza imprescindible de moda. La firma Swedish Hasbeens es la principal culpable, con un extenso catálogo y modelos nuevos cada temporada a precios que rara vez bajan de los 120 euros. Son piezas de moda pero también conservan su esencia: son cómodas y de gran calidad, de esas que duran bastantes años. La versión menos cara (e igual de duradera) se llama Gunnel's.
¿Un catálogo de decoración? No, el hostal Langholmen, que fue una cárcel.
D.R.
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