El barrio es esto, ‘Chavalas’: por qué la película revelación del año va de amistad femenina y desclasamiento
Carol Rodríguez debuta con una reivindicación de los orígenes y de la amistad en una película que bebe más de Greta Gerwig que de Fernando León de Aranoa.
«¿Por qué siempre nos miran con condescendencia?». Cada vez que la fotógrafa y cineasta Carol Rodríguez (Cornellà de Llobregat, Barcelona, 1981) veía una de esas películas en las que las personas de barrio o son criminales, están machacados socialmente o, directamente, funcionan como arquetipos cómicos para reírse de su incultura por el mero hecho de ser pobre, se hacía la misma pregunta. «¿Por qué siempre esos prejuicios? ¡Pero si es maravilloso vivir aquí! Está muy bien que lo sean, pero ni todas somos chonis ni todos son quinquis. Aquí las señoras sacan las sillas al fresco para charlar con sus vecinas, tenemos los mercadillos, las plazas, ¡hay tantísima vida! A mí me encanta el cine social, me parece muy necesario, pero necesitaba huir de esos clichés», contó al otro lado del teléfono, en pleno montaje de Chavalas, la película que se llevó la Biznaga de Plata Premio del Público en Málaga el pasado verano y que llega hoy a las salas de cine.
Chavalas es un debut en largometraje que bebe más del Frances Ha de Greta Gerwig y Noah Baumbach que del Barrio de Fernando León de Aranoa. Recogiendo el espíritu de tres libros que marcaron profundamente a su directora –Les ciutats invisibles (Marc Andreu), Listas guapas, limpias (Anna Pacheco) y Paseos con mi madre (Javier Pérez Andújar)–, el largometraje es un guion con tintes autobiográficos desarrollado por la hermana pequeña de la directora, Marina Rodríguez.
La suya es una tragicomedia naturalista que explora la amistad y paso a la madurez de cuatro amigas del instituto criadas en Cornellà. El regreso al barrio de Marta, fotógrafa y creativa que se mudó al centro durante la carrera, volverá a unir al grupo que conformaba con su amiga fiel y cuadriculada, la trabajadora de marketing Bea (Elisabet Casanovas), la nómada Desi (Carolina Yuste) y la dueña de un bar en la barriada, Soraya (Ángela Cervantes).
El sentimiento de no pertenencia y la vergüenza de clase marcan el carácter de Marta. «La suya es la historia de nuestra vida. Cuando eres más joven buscas tu hueco en entornos creativos y tus orígenes te avergüenzan, los escondes. Es una pena, porque después comprendes que precisamente de dónde vienes es lo que define tu personalidad y que, de hecho,
esa puede ser tu mejor inspiración artística», explica la directora.
Mientras prepara el ensayo fotográfico documental Extrarradio, tutorizado por Manolo Laguillo, Carol Rodríguez rememora uno de los momentos más emotivos del rodaje, cuando grabaron frente a los bloques en los que se criaron ella y su hermana. «Los vecinos estaban encantados, nos decían: ‘¡Por fin una película del barrio que no habla de cosas chungas!».
*Este artículo se publicó inicialmente en el número de septiembre de 2020 de la edición impresa de S Moda y ha sido actualizado con datos del festival de Málaga.
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