_
_
_
_

Del ‘Tiny Desk’ a los Grammy: cómo la rapera Doechii pasó del anonimato a ‘servir’ en el olimpo de la música

La cantante de Florida ha construido su carrera a base de esfuerzo, creatividad y un estilo único que la ha convertido en una de las artistas más innovadoras de la música actual

Doechii
Doechii durante su actuación en los Grammy.Kevin Winter (Getty Images for The Recording A)

Quizá para algunos la culpa la tuvieron Ca7riel y Paco Amoroso. Para otros Chappell Roan, Sheer Mag o el hecho de que comenzaran a actuar allí artistas españolas como María José Llergo o Silvia Pérez Cruz (y un poco antes C Tangana). Lo que está claro es que en los últimos meses, mucha gente ha empezado a estar muy pendiente de lo que pasa en los Tiny Desk Concerts, de la radio pública estadounidense, para intentar abrir alguna grieta en su algoritmo musical.

El formato, que nació buscando la sencillez y la autenticidad en la música, está experimentando últimamente un claro resurgir gracias a que algunos artistas están haciendo todo lo contrario: complicar y pervertir esa simpleza original, convirtiendo sus actuaciones en pequeñas joyas sonoras y visuales.

En esas estábamos a principios de diciembre del año pasado cuando los cerebros de este creciente grupo de seguidores del formato experimentaron un pequeño sobresalto gracias a la actuación de una artista, algo desconocida por estas latitudes, pero que, con un outfit del diseñador Willy Chavarría, uñas de una longitud imposible y una especie de cinta adhesiva a ambos lados de la cara que le rasgaba los ojos, parecía probar el sonido frente a su micrófono: “Boom bap, rap, rap, rappity-rap-rap, rappity-rap, pfff, boom bap-bap-bap-bap”.

En realidad, se trataba de Doechii interpretando los primeros compases de su tema BOOM BAP. Una canción en la que la artista mostraba sus cartas con total sinceridad. En los versos de la canción dejaba claro aquello por lo que estaba allí y a lo que había venido a combatir: la discriminación que siguen sufriendo las mujeres en la industria del rap (“Quieren rap auténtico de una tía como si fueran mejores rapeando que una tía”), el hecho que de que la apariencia física siga siendo lo más importante (“Ese culo es un imán, lo entiendo, ya sabes, atractivo y todo eso”) y que para llegar hasta donde ella ha llegado, nadie regala nada (“Entregué mi alma a esta mierda, tragué carbón ardiendo por esto”).

Estos escasos 24 minutos que dura el vídeo de la NPR, fueron suficientes para darla a conocer en España. Así lo confirman los datos de Google Trends, la herramienta de la multinacional de Silicon Valley que mide las tendencias de búsquedas por países. La semana en la que se publicó si Tiny Desk, su nombre comenzó a buscarse en España y ahora, tras haber conseguido el Grammy al mejor álbum de rap, estas consultas están alcanzando sus cifras máximas.

Como tantas veces, en España llegamos un poco tarde. Ya hace tiempo que Doechii es una estrella a nivel mundial: sus canciones se han hecho virales en TikTok varias veces, hace tiempo que firmó un contrato con Top Dawg Entertainment —la antigua casa de Kendric Lamar y actual de SZA, de quien fue telonera en su gira de 2021—. También ha pasado ya por el show de Jimmy Fallon, donde dio una actuación memorable, ha desfilado para Balenciaga y ha publicado tres mixtapes, la última de ellas, Alligator Bites Never Heal, galardonada ahora con el Grammy al mejor álbum de rap de 2024.

Pastel de frutas asqueroso y pegajoso

La historia de Doechii, cuyo nombre real es Jaylah Ji’mya Hickmon, comienza en Tampa, Florida, donde nació en agosto de 1998 en el seno de una familia monoparental y 100% femenina formada por su madre y sus dos hermanas gemelas. Se da la coincidencia, o quizá no tanto, de que su padre biológico también se dedica a la música bajo el nombre de SnatchaDaBoss.

Desde que era muy pequeña, su madre comenzó a animarla a participar en actividades extraescolares relacionadas con las artes escénicas: fue animadora, bailarina y cantó en un coro. Cuando llegó la hora de ir al instituto, Jaylah insistió en hacer el bachillerato artístico en un centro fuera de su distrito escolar, el mejor de la zona, en el que, aunque no le correspondía, la acabaron admitiendo debido a sus increíbles capacidades vocales.

Allí recibió una sólida formación académica y cuando se graduó tenía pensado dedicarse profesionalmente a cantar en coros o hacerse profesora de canto. Pero entonces se dio cuenta de que las nuevas tecnologías habían facilitado mucho la posibilidad de desarrollar una carrera musical como artista independiente y se puso a ello: componiendo sus propias canciones, creando contenido para redes y cantando allá donde la dejaban. Poco a poco, fue acumulando una pequeña base de seguidores en SoundCloud y en YouTube.

“Entonces, yo me encargaba de todo”, explicó en una entrevista a la revista DIY. “Creaba mis propios vídeos, hacía el marketing, me grababa, me sacaba las fotos, era mi estilista, escribía la música y grababa los videos. Lo hacía todo yo sola”.

Doechii celebrando su Grammy.
Doechii celebrando su Grammy.Frazer Harrison (Getty Images)

Pronto, la ambición de su proyecto resultó demasiado grande para la asfixiante atmósfera pantanosa de Tampa y, en 2019, se mudó a Nueva York a probar suerte. Allí se vio obligada a compaginar su carrera musical con un trabajo como asesora estudiantil en una facultad de medicina, pero combinar la música y el trabajo no siempre era fácil.

Cuando llegó la pandemia, Doechii decidió que era el momento de dejar su empleo y meterse en serio con la música, convirtiendo su subsidio de paro en una especie de subvención para vivir mientras grababa su primer EP Oh, The Places You’ll Go, que vio la luz en noviembre de 2020.

Pocos meses después, el abril del año siguiente, uno de los temas del EP, Yucky Blucky Fruitcake (que puede traducirse como Pastel de frutas asqueroso y pegajoso), explotó en TikTok, sacándola de golpe del anonimato. La canción es un relato autobiográfico donde repasa su infancia, sus inseguridades y su evolución personal con un tono sarcástico y juguetón. Esa dualidad constante entre vulnerabilidad y fortaleza es una de las claves que ha caracterizado su música desde el principio. Una forma de contar su historia y a la vez conectar con su público.

Pronto, su música, una mezcla de hip hop de los 90 con temáticas más actuales, llegó a los oídos de los jefes de varias discográficas que se interesaron en ficharla. Finalmente, Doechii se convirtió en la primera rapera en fichar por Top Dawg Entertainment (TDE), un sello discográfico fundado en 2004 por Anthony “Top Dawg” Tiffith en Carson, California, conocido por haber sido el hogar de algunos de los nombres más influyentes del hip hop y el R&B, como Kendrick Lamar, SZA, ScHoolboy Q, Jay Rock y Ab-Soul.

Las mordeduras de caimán nunca sanan

Tras fichar con TDE, Doechii invirtió los años siguientes consolidando su nombre en la industria a fuerza de singles —como What It Is (Block Boy—, actuaciones en festivales y colaboraciones con artistas top como Tyler The Creator, Katy Perry, SZA, Janelle Monáe o Beyoncé, acumulando millones de reproducciones y fascinando a la crítica y a un público cada vez más numeroso.

Sin embargo, todo el mundo parecía estar esperando su álbum de debut. Un LP del que ella misma llevaba hablando desde 2022. Finalmente, en el verano de 2024, Doechii lanzó Alligator Bites Never Heal, un disco ecléctico y diverso que fue adorado por sus fans y por la crítica.

Por ejemplo, Lily Goldbergn de la revista Pitchfork, le dio una nota de 7 sobre 10, destacando que “Alligator Bites Never Heal es un disco de debut a lo grande, sólido y enfocado, que retoma las facetas más juguetonas y melódicas de la artista pero sin escatimar con el hip hop más contundente”. El Grammy obtenido ahora no hace más que confirmarla como una de las voces más innovadoras e interesantes de la música actual.

Pero por si eso fuera poco, y quizá gracias a su preocupación por tenerlo todo controlado desde sus inicios, la artista presta mucha atención también a su estilo. De hecho, en 2023 la artista fue una de las personas incluidas en la lista “Celebridades a seguir” del Consejo de diseñadores de moda americanos. A raíz de esta inclusión, Doechii afirmó en la revista Interview que le gustaría ser en el futuro como Rihanna en el sentido que el estilo de la bahameña ha sido casi tan influyente como su música.

Según declaró Sam Woolf, el estilista que lleva trabajando con ella desde hace unos dos años, al New York Times, “cuando Doechii se prueba un vestido, le gusta observarse y hacerse una serie de preguntas como: ‘¿Quién es esta chica?’ ‘¿A dónde va?’ ‘¿Qué está haciendo?’ También quiere contar una historia con sus looks”.

Pero, aparte de su estilo, sin duda, una de las cosas que más llama la atención respecto al aspecto de Doechii es su uso de la face tape, un elemento habitual en el maquillaje de las drag para levantar y definir los rasgos faciales, pero que suele quedar oculto bajo la peluca. Ella la luce a la vista y, según explicó Woolf en el mismo artículo del The New York Times, entra dentro del plan de la artista de “exponer lo que se supone que debe estar oculto, mostrar aquello que no se debe enseñar”.

Como no podía ser de otra manera, Doechii subió a recoger su Grammy con la face tape, pero también aprovechó para, además de reivindicar que solo tres mujeres han ganado ese premio (la añorada Lauryn Hill, Cardi B y ahora ella), hablar sobre todo lo que le ha costado llegar hasta ahí y mandar un mensaje a todas las chicas negras que la estuvieran viendo: “Quiero decirles que pueden hacerlo. Todo es posible. Que no permitan que nadie proyecte estereotipos sobre ellas, que les digan que no pueden llegar hasta aquí, que son demasiado oscuras o que no son lo suficientemente inteligentes o que son demasiado intensas o demasiado ruidosas. Son exactamente como necesitan ser, están justo donde tienen que estar y yo soy un testimonio de ello”. Y, probablemente, lo será durante mucho tiempo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_