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Cariño: “Ya antes decían ‘¿estas niñas quiénes son? ¿Por qué tocan en todos los festivales?”

En un tiempo récord, el trío madrileño Cariño ha actualizado aquel género que se denominó tontipop y lo ha llevado a una nueva pantalla, a ser codiciadas por los festivales y adoradas en países como México. La escena ‘indie’ se les empieza a quedar pequeña a María Talaverano, Paola Rivero y Alicia Ros. Ahora publican su tercer disco, ‘Tanto por hacer’, con altas expectativas, pero mantienen los pies en el suelo

Cariño grupo
De izquierda a derecha, Alicia Ros lleva vestido de DSQUARED2 y zapatos de DR. MARTENS; Paola Rivero, con chaqueta de SPORTMAX, tank top de ZARA, botines de FABIANA FILIPPI y sus propias joyas, y María Talaverano viste camisa y pantalón de CARLOTA BARRERA, botines con plataforma de DSQUARED2 y sus propios anillos.ANTÁRTICA

Paola Rivero (guitarra), María Talaverano (voz y teclados) y Alicia Ros (bajo) han conseguido en poco más de un lustro lo que muchos artistas en la escena independiente española ni se habrían atrevido a soñar. El ejemplo más llamativo: en 2020, cuando solo habían publicado un primer miniálbum de ocho canciones (Movidas), recibieron una invitación para tocar en Coachella. Esto es: el festival musical más importante del mundo abordando a tres semiprincipiantes afincadas en el barrio madrileño de Lavapiés que habían salido prácticamente de la nada y hacían canciones pop breves, contagiosas y aparentemente sencillas.

La pandemia trastocó el plan, pero finalmente Cariño actuaron en la edición de 2022 y, además, con dos conciertos. “Es increíble. Es un festival que dura dos fines de semana, uno es de superpostureo y el otro no. El ambiente allí es muy guay, muy de comunidad, y estuvimos cerca de artistas a los que admirábamos. Además, aprovechamos para montar una gira de un mes por América”, explican entre las tres. De nuestro país, solo Rosalía había actuado previamente en el evento que se celebra en Indio (California) cantando en español. El trío sugiere que la oportunidad les llegó por el fiel público que el sello que las lanzó, Elefant Records, tiene en Latinoamérica y, particularmente, dentro de México. “El promotor que nos contactó para ir a Coachella era mexicano. Allí nos quieren mucho y diría que como compositoras nos respetan más que aquí”, explica María. Es lógico pensar que grupos mucho más consolidados en España que no han alcanzado esas cotas mostrasen envidia o recelo, pero Alicia asegura que no es algo nuevo, “eso sucedió antes de Coachella, ya habíamos vivido lo de que dijeran: ¿Estas tres niñas quiénes son? ¿Por qué les va tan bien? ¿Por qué tocan en todos los festivales?”.

De izda. a dcha., Alicia lleva jersey de SONIA RYKIEL y pantalón corto de MAX MARA WEEKEND; María, con chaqueta de punto de SAMSOE SAMSOE y sus propios pendientes, y Paola viste jersey efecto lavado de DESIGUAL.
De izda. a dcha., Alicia lleva jersey de SONIA RYKIEL y pantalón corto de MAX MARA WEEKEND; María, con chaqueta de punto de SAMSOE SAMSOE y sus propios pendientes, y Paola viste jersey efecto lavado de DESIGUAL.ANTÁRTICA

Cariño es uno de esos grupos a los que se podría atribuir ese cliché tan incierto de decir “lo están petando”. “Somos exitosas desde el momento en que nos dedicamos a esto profesionalmente. Hay gente a la que le sorprende muchísimo que podamos vivir del grupo y luego hay otra que se piensa que ganamos muchísimo más de lo que ganamos. En general, la gente está muy confundida”, matiza la bajista. “¿Tocar en Coachella? Sí, es maravilloso, pero nuestra idea de éxito tiene más que ver con aspectos más personales”, completa la guitarrista.

De esto va, en gran medida, el contenido de Tanto por hacer, el tercer disco de Cariño (y que publica Sonido Muchacho en coedición con Universal, como ocurriera con su álbum homónimo de 2022). Según Paola, “había una cosa que nos unía a las tres, que era esa idea de que no somos la artista perfecta, como esas a las que ves empoderadas encima del escenario. A nosotras nos cuesta más. Al final somos tres chicas a las que esto de la música les ha llegado de manera espontánea, con mucho trabajo también, pero no era algo que llevásemos toda la vida buscando. Durante estos seis años que llevamos con el grupo nos han pasado muchas cosas buenas y también malas, y el disco intenta representar las dos caras de la moneda”. El lado oculto es un tema en cierto modo clásico: aborda las renuncias que implica vivir el sueño de la música. “Nos hemos tenido que alejar obligatoriamente de amigos, familia… Tenemos menos tiempo que dedicar a nuestra vida más personal y eso es algo que echamos de menos desde que empezamos el proyecto. De ahí viene lo de canciones como Nada importa tanto, que hablan de regalar tiempo a quien se lo merece y todo eso... Eran ideas que teníamos ahí”.

“Ni un examen ni un ascenso laboral vale más que un día a tu lado”, dice un fragmento de la letra de ese primer single, y de ahí se puede inferir una mentalidad más generacional (la edad de las tres gira en torno a los 30 años): la de establecer objetivos vitales que no consistan en jugárselo todo a la carta socialmente establecida. “Pienso que somos una generación que ha puesto el trabajo como prioridad, cada vez estamos más individualizados y entonces cada vez anhelamos más esas relaciones de comunidad, que aportan mucho más”, apunta Alicia. “Yo creo que nunca hemos tenido metas profesionales, y ahí está nuestra gracia”, añade Paola.

Cariño han actualizado —y puesto nuevamente de moda— aquel sonido que emergió a finales de los años noventa para el que se acuñó el término tontipop. Es innegable la influencia musical de grupos como Los Fresones Rebeldes, La Casa Azul o Juniper Moon, pero en este nuevo álbum el grupo va más allá. Utilizan, por ejemplo, el todavía controvertido autotune en varios de los temas. Y sus letras subvierten las inercias de la canción romántica más manida con un lenguaje crudo y directo del que se infiere una aplastante sensación de verdad, siempre acompañada de un gancho melódico y un sentido del humor que les ha llevado a conectar muy fuertemente con sus fans. Según su técnico de sonido en las giras, Diego Castro, “normalmente cuando vas con una banda y hay 300 personas en el público, después se quedan 50 o menos comprando merchan. Cuando vas con Cariño, de 300 hay 250 buscando la foto o lo que sea. Generan en la gente algo muy fuerte, muy atípico y muy especial”. Se podrá comprobar en su nueva gira, que las llevará de Bilbao a Granada, Sevilla o Zaragoza para concluir en Madrid en marzo de 2025.

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