Yana Olenich, la diseñadora que huyó de Odesa a Grecia para tratar de mantener a flote su marca
La creadora ucrania fundó Olenich en 2016, una firma de moda sostenible y de producción local que ahora está tratando de salvar.
Aún no sabe cómo seguir adelante, pero tiene claro que va a hacerlo. “Yo no tengo hijos, mi marca es lo más parecido. Llené seis cajas con la colección del próximo otoño, me metí en el coche y conduje durante tres días hasta llegar a Atenas”, cuenta la diseñadora. Lo hizo a petición de su marido, que le rogaba cada día, desde que estalló la guerra, que se marchara de Ucrania. “Él se ha quedado porque ha decidido luchar”, explica Yana al teléfono. Sus padres también siguen allí. “Odesa, por el momento, no ha sido atacada. Y me cuentan que se respira una normalidad terrible. Lo contrario a la normalidad, porque siguen con sus vidas sin saber qué va a pasar”, explica. Yana eligió establecerse en Halkidiki, al norte de Grecia porque allí habían encontrado asilo su socia y la madre de esta. “Ahora estamos viendo cómo poder producir la colección y continuar diseñando la siguiente”, explica [la entrevista se realizó el 6 de abril]. No es fácil, Olenich, la marca que fundó en 2016, está centrada en la sostenibilidad y en la producción local. “Tengo la esperanza de volver a fabricar en Odesa, aunque ahora no pueda. Estamos mirando talleres en Portugal y recibiendo información de gente de la industria que nos está ayudando”, dice.
Dos años después de crear Olenich, en 2018, Yana desfilaba por primera vez en París. Sus prendas, básicos artesanales realizados con tejidos innovadores, de la seda reciclada a la piel vegana, llamaron la atención de los medios especializados. “Nos incluyeron en las listas de nuevos diseñadores a los que prestar atención”. La primera persona a la que eligieron como imagen de campaña fue a Julie Pelipas, directora de moda de Vogue Ucrania y toda una celebridad local. “La comunidad de moda ucrania siempre ha estado muy conectada y nos hemos dado apoyo mutuo”, cuenta, “una de las diseñadoras de mi país con más proyección, Anna October, está uniendo fuerzas desde su showroom en París para mantenernos en contacto y encontrar apoyo para continuar”.
Desde hace dos años, las camisas y vestidos de Olenich (y especialmente los trench, su prenda estrella) se venden, entre otros, en Galerías Lafayette y en Sensse, quizá la tienda multimarca digital más importante del mundo en lo que a diseñadores jóvenes se refiere. “El problema es que no sabemos cómo completar los pedidos todavía”, cuenta la diseñadora. Cuando estalló la guerra, a finales de febrero, Yana decidió quedarse en Ucrania y no ir a la Semana de la Moda de París a presentar sus propuestas a los compradores. “Eso ha hecho que la demanda sea menor, y ahora ya no tienen casi presupuesto”, comenta. No obstante, le van llegando encargos para hacer prendas a medida y mantiene cierto volumen de trabajo gracias a los pedidos que pudo cumplir antes de marcharse. “Ahora mismo no tengo otra opción que seguir adelante. Afortunadamente, mis compañeros de equipo están a salvo y mi familia está bien, pero no sé cuánto va a durar. En Odesa se mantiene aún esa normalidad falsa porque el trabajo y la rutina les ayuda a seguir adelante. A mí me ocurre lo mismo, me levanto cada mañana con miedo, pero tengo un proyecto que me ayuda a no volverme loca”. Mientras tanto, Yana intenta no leer demasiado la prensa. “Mi entorno ya me cuenta cómo el horror crece cada día”. La colección que Olenich realizó para el próximo otoño, y que ideó en 2021, habla, trágica e irónicamente, de una mujer que vuelve al hogar después de un tiempo. Era, dice, su forma de argumentar el diseño de prendas de abrigo donde la textura y el confort marcan la pauta. “Nunca imaginé que tu vida pudiera cambiar por completo en un segundo, pero los ucranios somos fuertes y venimos de una larga historia de supervivencia. Seguiremos adelante”.
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