Shatavari, la tisana india que recupera tu apetito sexual
Esta hierba regula las hormonas sexuales femeninas e incluso ayuda a controlar los ciclos hormonales evitando la falta de deseo sexual.
En sánscrito significa ‘la de los 1.000 esposos’ y no se trata de una ironía. La capacidad del shatavari como estimulante del deseo sexual en las mujeres es de sobra conocido en India. De hecho, la infusión de esta hierba forma parte de los remedios que aconseja la filosofía de la Ayurveda desde hace siglos; y ahora, gracias a un grupo de científicos del país asiático, da el salto también a la medicina gracias a su papel como regulador hormonal.
Su función principal es permitir un deseo sexual real en aquellos momentos en los que el apetito desaparece, especialmente durante algunas fases de la menstruación o en la menopausia. Pero va más allá. Como explica el doctor Ajay Kumar Pandey, de Banaras Hindu University (afamada por sus investigaciones en biotecnología), las infusiones de shatavari tienen beneficios también en lo que al impacto del estrés se refiere.
En un estudio que vio la luz el pasado verano, Pandey puso de manifiesto el poder de esta hierba para mitigar los dolores menstruales (especialmente en los ovarios), como regulador del estrés corporal y hormonal, e incluso abrió la puerta al desarrollo de la misma como atenuador de problemas de infertilidad. “Es una de las tisanas más conocidas gracias a la Ayurveda y, sin embargo, de las menos estudiadas. Ya sabíamos de su poder como estimulador sexual, pero su poder como regulador hormonal va mucho más allá”, afirma el profesor.
La importancia del shatavari en la Ayurveda es clara. Para esta filosofía, “la energía sexual es la creadora del universo. No solo biológicamente, sino también a nivel físico, mental, emocional y espiritual”, explica Pilar Franco de Sarabia, CEO de Harit Ayurveda y Presidenta de la Asociación Ayuseduca. “Se trabaja con masajes, yoga, alimentación y, junto a otros, con plantas ayurvédicas que, como es el caso del shatavari, no tiene efectos secundarios. Se ha demostrado que combate la sequedad vaginal y resuelve problemas menstruales”, prosigue.
De la planta de shatavari se usa tanto la hoja como la raíz. Se puede tomar en polvo, en pastillas o en extracto líquido. “Tradicionalmente se toma mezclado con un vaso de leche tibia (puede ser vegetal) y azúcar natural sharkara, jagery, panela o miel pura sin calentar, pero se puede mezclar también en diferentes platos, bebidas o tés. La dosis recomendada es de 500 a 1.000 mg. dos veces al día”, explica Pilar.
No podemos esperar un efecto inmediato. “Quien recurre a terapias naturales sabe que necesita paciencia y que le pueden servir para aprender a conocer mejor su cuerpo, y así trabajar su mente”, afirma Elena Iracheta, psicóloga clínica y sexóloga de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional. “El shatavari es un tónico que mejora la fertilidad, regula la ovulación y alivia el dolor premenstrual, además de restablecer la líbido en la menopausia. Influye positivamente en la armonía de la vida de la mujer, en su trabajo y en sus relaciones laborales y sociales. Pero no todas las terapias sirven para todo el mundo ni debemos dejar de pedir consejo a los ginecólogos que son los médicos de referencia”, matiza.
Los ginecólogos piden ser cautos. Como dice el propio profesor Pandey, es ahora cuando se empieza a comprobar científicamente el poder de esta hierba, más allá de la tradición. “No se trata tanto de terapias fuertes o débiles como de eficaces y seguras, basadas en la evidencia científica”, explica María Fasero, ginecóloga del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. “No es más saludable combatir los problemas de apetito sexual con productos naturales que con fármacos. Podemos y debemos ayudarnos de profesionales especializados, como son los sexólogos, y contamos con fármacos probados”, añade.
A la venta como suplemento natural, el shatavari es fácil de encontrar en herbolarios y tiendas especializadas en este tipo de productos. Se puede comprar en pastillas, en polvo o en forma de jarabe, por lo que varían las dosis y los tamaños, pero rara vez el precio supera los 8 euros (el tratamiento de un mes, a razón de dos pastillas o dos cucharadas diarias). La procedencia puede ser India o Nepal, ya que crece en el Himalaya, en alturas de 1.300 a 1.400 metros (sus raíces pueden llegar al metro de longitud), y es fácil adquirirlo con certificados de ecosostenibilidad.
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