Las gemelas Olsen no estarán en su mejor momento, pero sus chanclas Ginza son las sandalias del verano
The Row está detrás del calzado de la temporada, unas ‘flip flop’ con plataforma que se han convertido en el modelo predilecto de multitud de prescriptoras.
Las gemelas Olsen, fundadoras de la aplaudida etiqueta The Row, han vuelto a lograr un año más el reconocimiento de los premios CFDA (Consejo de diseñadores de moda americanos), que las ha nominado en la categoría de mejor diseñador americano de mujer y mejor diseñador de accesorios del año. A pesar de que Ashley y Mary Kate Olsen cuentan con el favor de la crítica en su faceta como creadoras de moda, según publicaba recientemente WWD, la firma no atraviesa su mejor momento por culpa de la crisis derivada del coronavirus. Despidos o grandes recortes presupuestarios que incluso podrían poner fin a la línea masulina de la firma son dos de los problemas que están enfrentando las diseñadoras.
Mientras tanto, en la sempiterna calma intrínseca a las publicaciones veraniegas de Instagram, sus diseños siguen reinando. Sus sandalias Ginza, unas flip flop o chanclas de dedo, que llevan semanas copando los estilismos de las grandes prescriptoras de moda terminan por consagrarse como el calzado de verano. Basta echar un vistazo a la cuenta de Pernille Teisbaek, una de las nórdicas con más predicamento, o asomarse al perfil de la francesa Camille Charrière para advertir la obsesión que les provoca este modelo.
Reconocibles por su puntera ligeramente cuadrada, una discreta plataforma y dos llamativas tiras anchas que recorren el pie, el modelo encarna tres de las tendencias zapateras que más fuerte están pegando los últimos tiempos. Además de la comodidad, cumplen los preceptos de la estética feísta, al tiempo que obedecen al regusto noventero y minimalista que marca la pauta. Disponibles en varios tonos –las más exitosas son las negras y las blancas– el modelo está agotado en la página web de The Row y en numerosos templos del lujo online a pesar de rozar los 800 euros.
Tras el éxito que alcanzaron el verano pasado las sandalias flip flop con tacón (firmas como Toteme o Cult Gaia arrasaron con las suyas), este 2020 las chanclas piscineras se reinventan por enésima vez demostrando su versatilidad. Lo mismo funcionan en estilismos diurnos, que se adaptan a opciones más sofisticadas o pisan piscinas y playas, terreno donde se mueven con mayor soltura. Los vestidos midi son sus mejores compañeros –a juzgar por los looks más likes de Instagram– sobre todo si se apuesta por líneas tan sencillas y colores tan neutros como las propias Ginza. ¿Ganarán las Olsen el premio a mejores diseñadoras de accesorios del año? Papeletas, desde luego, no les faltan.
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