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Melania Trump vende su fondo de armario de primera dama en una subasta NFT

Bajo el nombre “Colección Jefe de Estado” y con un precio de salida de 250.000 euros ofrece a quien desee pujar el sombrero que lució en un encuentro con los Macron en 2008 y un retrato acuarelado.

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Raquel Peláez

Cuando una primera dama abandona la Casa Blanca, lo usual es que ceda sus vestidos más icónicos al Smithsonian, el museo nacional de historia americana que custodia más de tres millones de objetos en los que se cuentan, entre otros, los vestidos inaugurales de Jackie Kennedy, Pat Nixon, Betty Ford, Rosalyn Carter, Nancy Reagan o Michelle Obama, todos expuesto al público en una sección específica que la institución localizada en Washington dedica a ello. Melania Trump, sin embargo, no es una primera dama usual, y cuando se cumple un año del ataque al Capitolio, ha decidido sacar a subasta una parte de ese patrimonio estilístico convertido en obra de arte digital o NFT, en un movimiento sin precedentes que ella misma ha anunciado a través de su propia cuenta de Twitter el pasado día 4, antes de Reyes.

La «Colección Jefe de Estado” incluye el sombrero blanco de ala ancha que el modisto francés Herve Pierre creó específicamente para la visita de los Macron a los Trump en 2018 y sobre el que él ha estampado su rúbrica, un retrato de Melania ejecutado con acuarela y firmado por el artista Marc-Antoine Coulon y esta misma acuarela, transformada en un archivo GIF con una sencillísima animación por la que el comprador recibirá un certificado digital de propiedad exclusiva. La iniciativa es sorprendente por varios motivos. El primero, porque nunca antes una primera dama había intentado lucrarse de una forma tan evidente con el fondo de armario con el que la esposa del presidente acude a actos en los que no representan intereses privados sino la voluntad del pueblo americano (motivo por el que normalmente estas prendas pasan a formar parte de los archivos nacionales).

El segundo, porque el hecho de convertir en “obras de arte digitales” las propias imágenes generadas en estos actos es un gesto muy elocuente en cuanto al valor simbólico de la ropa de las primeras damas. Y el tercero, porque por si la dudosa ética de toda la operación no era suficientemente obvia, el precio de salida en la subasta, que se cierra el próximo 11 de enero, es un cuarto de millón de dólares que se pueden pagar en su equivalente en la criptomoneda escogida por Melania, llamada Solana. No es la primera vez que la antigua primera dama hace algo así: a mediados de diciembre lanzó su primer paquete NFT que vende en su propia plataforma y que consistía en un dibujo acuarelado de su famosa mirada felina realizado por el mismo artista cuyo texto promocional era cuando menos sorprendente: “El viaje personal de Melania Trump ha sido inspirador; desde Eslovenia a través de Europa hasta Estados Unidos, donde se convirtió en primera dama. La belleza de las dificultades que fue encontrando a lo largo de su camino, los majestuosos paisajes y la excelente arquitectura que vio entraron por la lente de sus ojos y se quedaron en su corazón. Esta asombrosa acuarela representa los ojos azul cobalto de Melania Trump y proporcionan al coleccionista un amuleto al que aferrarse. La mirada de Melania es fuerza y esperanza”. 

Este lanzamiento representa, sin embargo, un paso más allá, que voces otrora cercanas a la primera dama, como la que fuera su asistente personal y organizadora de los eventos inaugurales de la presidencia Trump, Stephanie Winston Wolkoff, han criticado abiertamente: “Quien quiera que le haya dicho a la señora Trump que esto es una buena idea, está muy equivocado”, difundió a través de sus redes sociales hace dos días.

A pesar de que supuestamente el dinero recaudado por la subasta iría a parar a la fundación Be Best con la que Melania apoyaba iniciativas relacionadas con la infancia y canalizaba todas sus actividades benéficas durante el mandato de su marido, el hecho de que no se especifique qué porcentaje exactamente tiene fines altruistas ha despertado las suspicacias de The Washington Post, en el que la periodista Helaine Olen resumía todo el ardid de esta manera: “Nadie se casa con alguien como Donald Trump por accidente. En lo relativo a su familia, el foco siempre está en conseguir beneficios, y la última aventura de Melania Trump prueba esta afirmación. No hay una agenda oculta. Lo que se ve es lo que hay”.

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Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.
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